Al llegar a casa, mis padres estában en la sala, mi mamá terminaba de hablar con su equipo y les daba las gracias.
- Hola papá, me acerque a el, mi padre cargaba a Renata, ella dormía profundamente.
- Hola hijo.
- Si claro, diviértete hermanito, decía mi mamá.
Mi mamá saltaba de emoción, me abrazo.
- ¿Dime cómo estuvo?.
- Genial mamá, no es lo mismo verlo con todo el público, que mirarlo en privado.
- Me imagino.
- Todos gritaban tu apellido, retumbaba, que hizo que la piel se erizara.
- Massimo, deberíamos de ir a una carrera y sentarnos entre el público, quiero sentir esa sensación.
- Pues solo que te disfraces y lleves a Doroteo.
Ella lo miro enojada.
- ¿Quién es Doroteo?.
Mi papá se reía.
- Doroteo, fue un disfraz que use cuando no podía entrar a las carreras, me vestí de hombre pero tu papá siempre estaba queriendo molestarme y quería contratarme, sabiendo que era yo disfrazada.
- Pues yo creo que solo disfrazados podrían estar entre el publico mamá
- Massimo, vamos sería divertido.
El se reía.
- Amor, lo abrazo y lo miraba como niña chiquita.
- Ya veremos Dayana, ahora déjame acostar a tu hija que cada día pesa más.
- Tu tienes la culpa, decía mi madre.
- Vamos a preparar la cena Bomboncito.
- Si mamá.
Ella comenzó a sacar las cosas del refrigerador.
Después me miró y me abrazo.
- Romi, lamento no decirte que Fabiola iba estar en el equipo, pero la verdad pensé que te sentirías incómodo.
- Esta bien mamá, me da gusto que tengas un gran equipo.
- Es que no tenía de otra, todos los novatos que entraron a la escuela McLarn son principiantes, no teníamos tiempo de entrenarlos y hablamos con ella, le dijimos que con una semana que la entrenará Will iba funcionar y creo que mi padre es un gran entrenador.
- ¿Se va quedar?, dije como si no me interesara.
- No, regresará con su esposo argentina. Regresara una semana antes de las competencias.
- A ok.
Mi padre entraba a la cocina
- Estuve pensando y creo que acepto disfrazarme, ¡pero solo una vez Dayana!.
- ¡Si amor!
- Dejaremos a Renata con Graciela.
- Si, será genial una cita tu y yo.
- Y yo, dije serio.
- ¡Así y mi hijo favorito!, decía mi mamá.
Al día siguiente en la escuela la profesora nos preguntó sobre la carrera, todos comenzaron a participar, yo me quedé callado, no respondí nada, no por que no supiera, pero la verdad es que en toda la carrera solo observaba la avioneta de Fabiola.
- Román, no vas a decir nada, decía Aria asombrada.
- No tengo ganas.
- No tienes ganas, decía enojada. Más vale que participes, no pienso dejar que otro bobo sea mi pareja, decía enojada en voz baja y pellizcándome.
- Ok, dije sobando mi brazo.
Alcé el brazo.
- Si Román, decía la maestra.
- Creo que al equipo Tornado le falta que practiquen su despegue, lo hacen tan lento que pierden tiempo.
La maestra me miró asombrada
- lo tomaremos en cuenta Román, gracias.
Aria me sonrió.
Mientras desayunamos el bufet de la mamá de Aria, Kalim me abrazo.
- Sabes algo sabelotodo, no pudimos obtener un autógrafo, pero mira esta foto que publicaron en la página de comité, no está hermosa. ¡Esa Fabiola es un bombón!
Me enseñó la foto, ella abrazaba a su hermano y sonreía, se miraba hermosa, se cortó el cabello.
- Mirá, aquí hay otra dónde está sola.
- Su esposo es un hijo de perr*, imagínate lo que se come.
Yo deje de mirar y tome un pedazo de waffles, lo metí en mi boca.
- Bueno ya basta de hablar de bombones, decía Aria. La siguiente carrera nos iremos juntos, ¿verdad?.
- Sí, decía Kalim
- Lo siento chicos, pero voy a ir con mis padres.
- ¿Pero se sentarán con el grupo?
- No solo voy a presentarme con la maestra y me sentaré en otro lugar, mi papá ya compro los boletos.
Ellos me miraban enojados.
- Ok, hablaré con mi padre.
- Sabes que me molesta Román, que huyas de nosotros, pensé que éramos amigos, decía levantando sus cosas y caminando enojada.
Kalim me palmeó la espalda.
- Si amigo, a veces siento que te avergüenzas de nosotros.
- No es verdad.
- Tu conoces a mis padres y a los de Aria.
Conoces donde vivimos y nosotros no sabemos nada de ti.
- Amigo es que mis padres son raros.
- Si claro, se levantó enojado.
- Dios creo que no voy poder decir mentiras siempre.
Le dije a mi padre si podría conseguir otros tres lugares más cerca de nosotros, que mis amigos quieren conocer a mis padres y tengo que aprovechar que irán disfrazados.
Mi papá me miró enojado.
- Tienes que decirles la verdad Román, son tus amigos y te van a entender.
Sabes que el último año la clase de historia de la aviación la da tu abuelo.
- Si ya se.
- Pero el me dijo que me va ignorar.
- No lo sé.
- Papá solo consigue los boletos si.
- Ok.
En la mañana tome mi mochila y bajaba rápido, ya era tarde.
- ¡Román!, gritó mi papá que salía del despacho.
- Si
- Toma, tres boletos extras.
- Gracias papá, lo abracé, pensé que te tardarían.
- Hijo soy parte del comité.
- Es verdad, ¡gracias!. Grite
Aria y Kalim estaban cerca de la biblioteca.
- Hola chicos.
Kalim me miró
- ¿Que quieres Román?
- Solo quería decirles que mi padre consiguió boletos, por si quieren ver la carrera conmigo.
Aria me miró enojada.
- No te creo
Le enseñe los boletos.
- Si no quieren ir, está bien, buscaré a otros compañeros que no quieran estar casi a las afueras del estadio.
La verdad es que los lugares que conseguían para los estudiantes eran un asco.
Aria me arrebató los boletos y los miró.
- Son buenos Kalim.
- ¿Conseguiste para mí novia?, decía Kalim.
- Si claro.
Aria me regreso el boleto.
- Prefiero estar con los demás.
- Aria por favor, lo siento.
Ella me ignoró.
Todo el día me ignoro.
Kalim me decía
- ignorala mañana se le pasara.
Al día siguiente ella estaba con algunas chicas, seguía ignorándome.
Hoy tuvimos competencias en la alberca, así que nos pusieron a los dos a competir, ella siempre me ganaba, pero está vez estaba decidido a ganarle.
Todos gritaban como locos.
- ¡Muy bien Roman!, acabas de ganarle a la señorita Aria, decía el profesor
Aria me miró con odio.
En la siguiente clase, se me acercó.
- Dame mi boleto, dijo enojada.
- ¿Disculpa?.
- Quiero mi boleto Román .
- No te entiendo.
- Lo siento ok, eso querías escuchar, ahí esta, lo siento, acepto tu invitación amigo.
Le entregué el boleto, ella me abrazo.
- Sabía que me dejabas ganar en la alberca, eso te va costar Román Norths, decía en mi odio.
- Solo me esforcé de más.
- Si claro, decía golpeando mis mejillas.
Nos sentamos de nuevo juntos en el desayuno.
- ¡Te extrañe!, gritaba Kalim.
- Yo también, mi mamá se enojo por que regrese la comida.
- Aquí están tus waffles Román.
- Gracias amiga.
- ¿tu no me extrañaste?, dijo dándome el jugo.
- Demasiado, le arroje un beso.
Ella me arrojo una uva.
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Comments
Contreras Yecenia
hay roman debe decir la verrdad si son tus amigo entenderan
2021-11-08
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