III
El Policía Municipal fue el número 42 en la estadística de las Flores de la Muerte en 7 años de carrera, según el conteo de la policía. Pares de hombres asesinados por año. En este año faltaban 2, pero la policía no lo sabía.
No tenían la misma edad, ni la misma educación, no se conocían, no tenían el mismo peso, ni vivían en las mismas ciudades, algunos eran casados a los que les gustaban las aventuras secretas, otros divorciados, no compartían la misma raza ni religión, tampoco los credos políticos. Solo tenían una cosa en común. Pertenecían a los hombres que en duplas pares eran asesinados por las Flores de la Muerte, a veces 2, 4, 6 como máximo en un año. Era una cantidad par de hombres que anual, metódica y religiosamente eran asesinados por las Flores de la Muerte.
IV
Roger Cruz y Evaristo Juanchez eran amigos. Habían pertenecido a la 93 Brigada de Patrulla de Caminos y Fronteras. Mucha experiencia en combates contra la guerrilla. Mucha experiencia en salvarse de las anacondas en los recodos de los ríos. Mucha experiencia en los mortales enfrentamientos contra los contrabandistas y narcotraficantes. Cuando salieron vivos e ilesos de los 24 meses de servicio, se encontraron que vivían en la misma pequeña ciudad. Por eso regularmente se encontraban los sábados y visitaban bares y bares. Conocieron a Matilde y Rosita. Dos obreras de las textileras Norteamericanas. Comenzaron a llevarlas a bailar. Después a los moteles. Luego, inevitablemente alquilaron cada quien su casa, Evaristo compró un viejo Fiat Croma Turbo Diesel y Roger una destartalada Pick up Peugeot Diesel. Ambos Proclamaron que la vida era bella.
Rosita tiene un atraso— informó Evaristo ese sábado temprano en la tarde. Motivo perfecto para beberse 72 Botellas de cerveza Balachi en el bar del Colombiano, antiguo combatiente de la guerrilla y ahora gran amigo de los dos. Lo más seguro es que se darían de trompadas con algún par de maricos que no sabían lo que era el servicio militar, y casi arrastrándose se irían cada quien a la casa. El domingo, el que se despertase primero, llamaría al otro, se iría con la mujer. Volverían a beber y comer bastante carne a la parrilla. Después la misma rutina del lunes, martes, etc, etc...
Casi al calco así fue. A las Dos y media de la mañana, en el éxtasis de una borrachera se fueron en la Peugeot de Roger, solo que la manejaba Evaristo.
--¡Qué onda mi hermano¡. Me quedo en tu casa. —dijo Evaristo con difícil voz y gestos casi telegráficos. – Si sigo, me duermo manejando.
--Yo soy derecho—le dijo Roger—así que tendrás que buscar hombres que te hagan el servicio a 3 cuadras de mi casa.
--¿Ah sí?. Pero tú eras el que estaba enamorado del sargento... Hola mi sargento... a la orden mi sargento... mi sargento para arriba...mi sargento para abajo.-- Remedó el hombre, manejando difícilmente.
--Idiota—ripostó Roger dándole un golpe en el brazo, mientras ambos se desternillaron con risa de borrachos.
Llegaron a la casa. Silenciosamente y trabajosamente descendieron. Al mismo tiempo Ambos las vieron. Eran tres adolescentes paradas en la esquina de abajo, alumbradas por el potente foco de luz del poste esquinero. Igualmente las chicas los vieron. Comentaron algo entre ellas.
--Mira nada más—dijo Evaristo terminado de descender de la pick up, mientras Roger igualmente lo hacía. Ambos repentinamente despiertos
--¿Te fijas porque yo insisto en que Matilde viva en su casa?. La noche va a mejorar. Tres chica Pre pago.. Nada más para nosotros—dijo Roger contemplando a las chicas, que desde la esquina inmóviles los veían.
--Hola niñas. ¿Quieren un trago?—Exclamó Roger, invitándoles con un gesto a venir. Mientras el otro les enseñaba una botella de Whisky Black and White
Evaristo se rió fuertemente. La noche era buena. Sin duda terminaría mejor.
Las muchachas comenzaron a caminar hacia ellos. Muy lentamente. Una directamente hacia Roger, otra dando un pequeño rodeo y la otra ... .hacia Evaristo.
Roger con una estúpida sonrisa sacó sus llaves del bolsillo y las lanzó a Evaristo.
Abre la puerta – dijo, mientras mascullaba, dirigiéndose a las muchachas que se acercaban.—Ya éste negro las va a hacer chillar por un buen rato. Van a tener que abrir muy bien esas piernas a ver si les entra completo. Van a llorar de dolor. Jajá..
--¿Efectivo o Máster Card?—insistió Roger, viendo que ellas comenzaron a caminar un poco más rápido.
Evaristo recibió las llaves y ya se disponía a girar despreocupadamente hacia la puerta para abrirla, cuando su alerta se le disparó. Fue un instante. Las chicas no se dirigían hacia Roger. Algo le dijo que venían de ... .cacería contra los dos.
En ese instante las detalló. Una con un cuerpo de diosa, demasiado para su edad. Otra muy fuerte y en shorts, la que se acercaba más a su amigo, con un inmensa sonrisa adornando la cara… El término le pareció odioso. Pero la tercera era distinguida y elegante. Igualmente a la que se le acercaba con una sonrisa. Una sonrisa que en las tres fue cambiando a…..malvada...Cruel. Ninguna llegaba a los diez y seis años. Pero parecían mayores ... .muy mayores. A medida que se acercaban sus caras no eran tan bonitas…. No es bueno
Roger—gritó francamente asustado Evaristo—Negro. Ten cuidado. Esas tipas son unas ladronas…
Fue tarde. La más fuerte se inclinó y a gran velocidad cortó la pierna de Roger con algo, quien sorprendido se detuvo y trató de darle un golpe. La otra se le abalanzó y lo derribó, inmediatamente y brutalmente clavó con saña y mucha fuerza varias veces un punzón en medio del pecho y la otra se dirigió directamente a él.
Evaristo entendió que no llegaría a la puerta.
Estupefacto, por un instante vio tendido a su amigo, mientras daba los estertores de la muerte. No lo pensó más. Corrió desaforadamente. Su ebriedad desapareció por encanto, y con el susto no le salía la voz para pedir auxilio. Todavía lograba correr a gran velocidad a pesar de su sedentarismo. Entendió que ellas lo dejaban correr. Querían agotarlo. Querían cazarlo. Lo disfrutaban. Casi sentía sus alientos y sus risas contenidas en su espalda.
Vio la casa. Maldito seas Roger. Era efectivamente una casa de Gays. Había muchos en el jardín y la fiesta tenía toda la intensidad posible.
Entró como una tromba.
¡Hey amigo¡—le saludó un joven maquillado y pelo pintado de anaranjado, vestido de negro—no te exaltes. Que nadie se va a ir de aquí.
--Llama a la policía. Por favor llama a la policía—jadeó Evaristo, viendo aterrado a las tres adolescentes paradas justamente en la pequeña puerta del jardín, mirándolo atentamente, muy quietas, con una cínica y cruel sonrisa, absolutamente bañadas por la luz de la luna llena. Paradas exactamente junto a los chicos, que despreocupadamente bebían sentados en la baranda del jardín. La reja del mismo estaba abierta. Apenas tres metros los separaban.
--No dudo que existan algunos de ellos como “nosotras”. Pero hay un chico que está vestido así. Es sumamente activo pasivo—informó el muchacho, sacando su lengua, pasándola por los labios, moviéndose al ritmo de la música electrónica que hacía vibrar la estructura de la casa...
--Llamen a la policía—gritó aterrado Evaristo, señalando a las chicas—Esas malditas acaban de asesinar a mi amigo Roger...
¿Quiénes?—dijo el muchacho repentinamente serio y viendo hacia la calle.
Ellas no estaban.
De esa manera Evaristo Juanchez fue el primer testigo de la cadena de asesinatos de las Flores de la Muerte. Y el primero de los tres hombres que habían conocido a las mujeres y sobrevivido a ellas. Y Equivocadamente Roger fue el número uno de la estadística de la policía…
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Updated 51 Episodes
Comments
Irma Rocha Cruz
oh por Dios....
2024-03-25
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Irma Rocha Cruz
qué horror 😱😱😱... qué crueles..
2024-03-25
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