Mamá

Hoy era definitivamente un mal dia, tendria que dejar el departamento donde estaba viviendo pues alguien mas llegaria a ocuparlo y ella ahora tendria que cuidar sus gastos. Aridne habia dejado un fondo educativo y sus ahorros pero ya no podia darse el lujo de pagar la vivienda.

Vika le habia ofrecido su casa pero en el fondo le dolia ver todos los dias a su madre y recordar a Aridne, era la unica madre que habia conocido y la amaba a pesar de tantas mentiras.

Asi que se fue a casa de Mary, su madre nunca estaba en casa, se conformaba con llenar la despensa y pasar el menor tiempo posible con su hija lo que hacia ideal su estadia en sus casa. Llevo apenas su maleta y entre sus cosas la caja que Aridne dejo, tenia que averiguar como abrirla asi que su primera parada fue la biblioteca, el lugar en el que habia encontrado ese libro tan raro que parecia seguirla a todas partes.

Al llegar a la biblioteca resulto que no habia rastro de la mujer que la atendio y menos habia un registro del libro que pidio prestado, asi que desde ahi algo andaba mal. Cansada de verificar con la anciana bibliotecaria que nadie mas trabajaba ahi se fue a dar una vuelta por la biblioteca, su sorpresa fue que entre las mesas leyendo estaba la mujer que la habia atendido.

-¡¡Eres tu!!!- dijo Helen

-¿Me buscabas? das mucha lata para ser una adolecente...jajaja-

-sabes quien soy, lo sé porque me diste un libro que ni sisquiera es propiedad de la biblioteca-

-¡¡¡Pruebalo!!!- y como provocandola le saco la lengua y camino lejos a manera de burla, Algo en el interior se Helen se descontrolo y con un destello azul lanzo a la chica por los aires pero antes de tocar el piso un destello rojo la salvo de caer fuertemente en el piso y le regreso el ataque que no pudo evitar hacerla caer al piso

-valla valla, sacaste los hermosos dones de tu madre...y el caracter de tu padre- Helen abrio mucho los ojos, ella sabia quienes eran sus padres

-¿Dime sus nombres?-dijo furiosa levantandose del piso

-¿Para que quieres saber?-dijo subiendose en una mesa, acaso estaba loca estaban en una biblioteca pero nadie parecia darse cuenta, el resto de las personas eran ajenas a su discucion

-Dime maldita sea, estoy cansada de que me oculten cosas importantes por mi bien- dijo Helen levantando la voz, se sentia bien descargar un poco de la ira contenida

-tu madre se llama Ameli-dijo riendo

-¿Como lo sabes?-queee como que "se llama"

-Porque soy yo- y como si fuera una pintura que se deslava con el agua pudo ver atravez del hechizo que tenia en el rostro, haciendo una reverencia como presentandose...

-nooooo-

¿Esto no podia estar pasando?, hace no mas de una semana habia perdido a su madre, ganado poderes y hermanas, ahora esto. La mujer la miro un poco inquieta cuando Helen comenzo a reir, pero no divertida si no desquisiada, de la risa paso al llanto, creyo no poder mas y se dejo caer en una silla, la mujer tambien se sento y la observo hasta que se calmo. Falta de confianza penso Helen pero necesitaba un abrazo.

-espero que te hayas tranquilizado un poco, mi nombre es Ameli y cuando naciste fuiste robada por Ariadne pues queria entregarte a la reencarnacion viviente de Helios, nuestro aquelarre se deshizo desde entonces y nos separamos. Eramos tres pero Aridne sacrifico a Agatha para ponerte ese hechzo de proteccion que tenias hasta hace muy poco, tienes que venir conmigo, debo protegerte porque hay alguien que te esta buscando y quiere lo que tu tienes.-

Ameli suspiro y miro a Helen pero sus ojos se veian dilatados. Helen no lo estaba prosesando bien.

Helen sentia que el mundo se caia encima de ella, ¿Qué podia tener ella, que alguien quisiera a como para haber torturado a Ariadne?, tantos años considerandola su madre que no podia evitar estar molesta con esta desconocida por hablar asi de ella.

¿Y si era cierto y en realidad no conocia a Aridne? Evidentemente no fue honesta con Helen en cuanto a su origen.

Esto estaba cada vez peor...

De pronto tubo una vision mientras hablaba Ameli, Una pareja, cabellos negros y luego sangre, todo se torno rojo y de pronto todo era obscuridad y por primera vez en todos sus sueños a lo largo de estos años, se abrazo de esa obscuridad como si la necesitara.

-.-

Al despertar lo primero que noto es que estaba en el lugar que habia dejado hace poco, sabia que alguien lo habia alquilado nuevamente pero ahora tenia una idea de quien podia haberlo habitado recientemente. Ameli. Penso ese nombre en su cabeza y podia jurar sentir un poquito de reconocimiento pero asi como venia se hiba.

La recamara donde estaba recostada era la que ella usaba todas sus cosas estaban aqui, excepto un objeto, la caja que dejo Ariadne, por dos segundos sintio panico hasta que vibro en su bolsa del pantalon su telefono, habia un mensage de Mary.

"No te preocupes tengo la caja".

Sintio un gran alivio, las unicas personas que sabian sobre ese objeto eran sus hermanas y de momento asi queria que siguiera. Suspiro sentada en la cama cuando sintio que su estomago gruñia, su naris detecto un aroma delicioso de rollos de canela y algo que no desifraba pero olia delicioso. Al salir Ameli estaba horneando y le tendio una taza de te.

-Sientate pequeña, hay algunas cosas que tenemos que discutir aun. Tengo muchas cosas que contarte, ademas estoy segura de que tienes muchas preguntas que ni siquiera tu aquelarre con esos dondes tan maravillosos podrian saber- Helen penso en como lo sabria, en peligro no estaba pues si no sus hermanas ya estarian aqui y no hubiera recibido un mensage tan simple de Mary, Vika definitivamente ya la tendria que haber tacleado penso con humor. Su madre verdadera, incluso al pensar en esas palabras dolia, todo lo que creia estaba distorcionado. Se sento y probo el te, era de manzanilla y estaba delicioso. Ameli le acerco un poco de azucar pero la verdad es que asi estaba perfecto. -valla no te gusta el azucar- dijo Ameli.

-no es eso solo que esos rollos ya tienen suficiente azucar, suponiendo que me des uno claro- dijo balbuciendo las ultimas palabras, Ameli sonrrio y le tendio un rollo calientito, Helen lo probo y se quedaba corto el aroma, estaban deliciosos. -Come despacio aun estan muy calientes- dijo Ameli.

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