Muerte.

Narra Emily....

Hoy amaneci con la noticia de que papá está enfermo, el está recostado en la cama casi sin poder hablar, intenté llevarlo al hospital como su médico recomendo, pero el insistió en que no, me encuentro sentada a su lado leyendo un libro mientras lo veo palidecer.

Eulises: Cariño.

Emily: Dime papá.

Eulises: Sabes, ya no podré estar contigo más tiempo.

Emily: No digas eso papá, con los medicamentos mejoraras.

Eulises: Cariño, llevo meses enfermo, pero no e querido preocupar a nadie, se que esta vez no la brincare.

Emily: Es encerio? tú sabías y no dijiste nada?.

Eulises: Hija, yo soy viejo, tu madre no pudo buscar a uno más viejo que yo, es solo que no quería dejarte como lo hizo tu mamá.

Emily: Papá, pero yo no quiero que te vallas.

Eulises: Tengo 75 años, e vivido lo suficiente, y lamento no haberte tenido antes, pero te dejo en las mejores manos.

Emily: Papá, tengo algo que decirte.

Hablé entre lágrimas.

Eulises: Puedes decir lo que quieras cielo.

Emily: Te he engañado, hace algunos meses que trabajo en un restaurante, no paso tiempo con amigos.

El hizo un gran intento por sonreír y luego dijo.

Eulises: Como crees que uno de los hombres más poderosos de Italia no sabe lo que su pequeña hace.

Emily: Tu sabías?.

Eulises: Claro que sí amor, siempre lo supe, pero solo quiero que seas feliz.

Emily: No estás enojado?.

Eulises: Claro que no, quiero que estudies y en un futuro seas la más exitosa de Italia, quiero que busques a un buen hombre, no importa quien sea mientras seas feliz.

Yo no podía parar de llorar, en ese momento la puerta se abrió de golpe y la figura que ví frente de mí me hizo ponerme de pie de inmediato.

Era Enzo, estaba un poco informal y con una enorme cara de preocupación.

Enzo: Hermano, demonios por qué nunca me dijiste.

El abrazo a mi padre muy fuerte y se sentó a su lado.

Eulises: Tranquilo, sabías que esto pasaría algún día.

Enzo: Pero no Eulises, este no es el momento.

Yo entendía muy poco de lo que hablaban, pero claramente Enzo estaba muy preocupado por papá.

Enzo: No puedes solo irte y dejarlo todo, eso no te lo permito.

Eulises: Solo quiero que me prometas que cuidaras de ella.

Enzo: No, no lo haré, tu no te irás hermano.

Eulises: Porfavor, ella aún es mi niña, enséñale las cosas duras de la vida, no quiero que seas bueno, solo que seas el mejor.

Enzo: Demonios, Eulises, esto no puede ser posible.

Eulises: Hermano, mi corazón no aguanta más, necesito saber que cuidaras de ella, promételo.

Enzo: Lo haré, sabes que lo haré hermano.

Eulises: Los amo, a ambos, gracias por formar parte de mi vida.

Entonces papá me llamo a su lado, yo me puse de pie de inmediato y camine hacia el, el me tomo de la mano y me beso.

Eulises: Se una buena niña amor, recuerda que cuando quieras hablar con papá, el estará ahí.

Dijo mientras tocaba mi corazón.

Emily: Papá, te amo.

Eulises: Y yo a ti cielo.

Mi papá serró sus ojos lentamente y yo me arrodille a su lado a llorar, no podía entender por qué la vida me había quitado a las únicas personas que tenía, ahora nada sería igual.

Narra Enzo.....

El corazón se me rompió, no entendía nada de lo que ocurría, no sabía lo que era sentir dolor, solo podía verla arrodillada llorando desconsolada por la muerte de mi amigo, el estaba descansando, pero ella por qué tenía que ser infeliz, yo camine hacia ella y con mucha facilidad la cargue y la abraze, ella se acurrucó en mi y serró sus ojos, no sabía cómo cumpliría la promesa que le había echo a mi amigo, pero si sabía que lo tenía que hacer.

Narra Emily......

Abrí los ojos, me encontraba en mi habitación y al frente mío un hombre de traje estaba de pie.

Emily: Quien eres?.

Massimo: Soy Massimo, estoy aquí para cuidarla.

Con mucho cuidado me puse pie y camine hacia mío closet, tome un conjunto de ropa y camine hacia el baño, mientras me cambiaba lloraba aún más, sabía que al bajar estaría el cuerpo de mi padre postrado en un ataúd.

Salí del baño y abrí la puerta de la Habitación, el señor del traje se paró de tras mío y me miro salir para después salir de tras mío, baje las escaleras y habían 100tos de personas en la sala de estar y a unos metros de distancia estaba el ataúd de mi padre, por el ventanal se veían las estrellas, eso significaba que toda el día había dormido.

Baje las escaleras y muchos que no conocía se acercaron a darme el pésame, Enzo estaba en uno de los sillones con la mano en la barbilla, sabía que a él igual le dolía, pero no podía consolarlo sabiendo que me dolía mucho más ami, esa noche fue una de las más triste de mi vida, pero sabía que ese duelo tendría que pasar, tenía que ser muy fuerte e independiente ahora que papá no estaría, tendría que vivir sola y aguantar muchas pruebas que la vida me pondría, así que solo tome asiento y comencé a asimilar mi dolor.

Narra Enzo......

Todo era más complicado, ahora tenía que hacerme cargo de todas las cosas que Eulises había dejado, tenía que hacer el doble de trabajo, sin duda el vacío que mi amigo había dejado en mi no se compara a con todas las responsabilidades que tendría ahora.

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