Capítulo 12

Parpadee varias veces antes de darme cuenta que estaba asintiendo. Me detuve y miré mis manos.

—Debo hablar con mi compañero. Intentaré quedarme.

—Gracias —Un lenta sonrisa se formó en su rostro, así que sonreí y di media vuelta para salir de la habitación. Le marqué a Maikel.

— ¿Cómo ha ido todo? —Pregunté bajo en cuanto contestó.

—Es una desastre, dice que no está seguro de que fuese el asesino —Soltó un suspiro —Dice que cree que sí, pero que no estaba exactamente “llevándosela” sino que más bien la chica iba con él porque quería. Jodida mierda

— ¿Miró al hombre con el que iba?

—No, llevaba gorra, y él estaba en un tercer piso mientras miraba todo.

— ¿Cómo sabe que era la victima?

—Conocía a la chica de vista, siempre solía usar una chaqueta azul, ya sabes, él simplemente la conocía sin ver su rostro. Se la topaba de vez en cuando —Exhaló —Pero no está seguro de sí ese hombre era el asesino o solo un amigo de la chica y que al parecer la recogía en una camioneta oscura.

— ¿Camioneta oscura?

—Sí… al parecer verde oscuro… mira, ahora mismo estoy conduciendo de regreso a la comisaria, allá te termino de contar después de redactar el reporte.

—Sí, sobre eso…

— ¿Ahora qué?

—No podré volver.

—Andrick…

—Salió un improvisto.

— ¿Oliver, al detective Andrick le ha salido un improvisto antes como para faltar o no volver al trabajo?

Ronde los ojos.

—No, nunca ha faltado —Se escuchó la voz de Oliver  en el fondo.

—Es improvisto por algo —Contesté.

—Improvisto mis narices. Ese improvisto tuyo lleva por nombre Renee.

—Maikel, son cerca de las 4:30 p.m. ir a la comisaria me hará llegar después de las 5:00 p.m. y salgo a esa hora. Si a eso le quitamos la hora de comida que no pude tener porque estaba…

—Ya, ya cállate. No regreses, no vas a hacerlo de todas maneras.

Miré hacia la puerta que estaba cerrada aun, entonces regresé mi mirada hacia el florero frente a mí.

— ¿Te veo mañana?

—Pues ya que. Prepárate para tus descuentos en tu paga.

—De acuerdo —Sonreí —Adiós —Colgué.

Caminé hasta la habitación y toque antes de entrar.

—Listo, puedo quedarme. Ya hablé con Maikel.

Se levantó de la cama y caminó hacia mí.

— ¿Hablabas de él?

— ¿Uh?

—Preguntaste que si “miro al hombre” —Junto sus manos en su pecho mientras me observaba con miedo —Hablaste de la camioneta oscura.

— ¿La camioneta oscura?

Asintió.

—Su camioneta, era oscura.

— ¿Cómo lo sabes? —Lo observé confundido.

—Él lo dijo… “La he pintado de verde oscuro, justo como el color de la naturaleza y ahora es extremadamente hermosa”

Abrí mis ojos sorprendido. El hombre no era “un amigo”, el hombre que miró el chico debió ser el asesino.

— ¿Estás segura? —Di un paso al frente — ¿Lo recuerdas bien?

—Sí —asintió rápidamente —Una noche lo mencionó mientras limpiaba.

—Bien —Asentí rápidamente y volví a sacar mi celular —Quédate aquí. Hablare a la comisaria.

Regresé a la estancia y me dedique a hablar con Maikel por otro par de minutos, entonces la miré salir de la habitación con un cuaderno en sus manos y fue hasta la pequeña mesa para dos de uno de los extremos. Tomo asiento, entonces empezó a dibujar. Cuando finalice la llamada me acerque lentamente.

—Gracias —Murmuré mientras me sentaba frente a ella, así que detuvo su lápiz y me contempló.

—Perdón…

— ¿Por qué?

—Yo… —Movió el lápiz —Escuché a tu compañero. Debías interrogarme más tiempo, pero yo solo me ponía a llorar…

—No te preocupes por él —Sonreí —Haremos esto. Todas las noches hablaremos tú y yo, aquí, solo nosotros solos. Me contaras si has podido recordar algo nuevo y que no esté en tu declaración pasada, entonces si me doy cuenta que algo debe estar registrado en los papeles, te prediré que te prepares y haremos una declaración de complemento, ¿bien?

Me observó y una lenta sonrisa se formó en su rostro.

—Sí, gracias.

—Bien —Asentí y bajé mi mirada hasta su dibujo. Era una silueta, pero al verla desde este ángulo, no podía distinguir quien era — ¿A quién dibujas? —Señalé el cuaderno y lo cerró rápidamente.

—Solo… solo es alguien que miré en la calle mientras venimos aquí —Sonrió tímida —Pero no está terminado y no me gusta que lo miren antes de eso.

—De acuerdo —Levanté mis manos mientras sonreía para demostrarle que estábamos bien —No pediré que me los muestres —Me puse de pie —Iré a hablar con el oficial Smit.

— ¿Puedo pedir de comer? —Se giró y me miró aun desde la silla.

—Sí.

— ¿Deseas algo en especial?

—No, solo pide lo que quieras.

—De acuerdo —Sonrió mientras iba por el teléfono.

Me encontré con Bram en el pasillo.

—Me quedaré aquí, así que puedes retirarte.

—Bien —Asintió —Mañana regresaré a la misma hora.

—Perfecto, gracias.

—Es un orgullo hacer esto —Sonrió —Me iré ahora —Señalo hacia el levador.

—Bien.

Volví al interior del departamento y la encontré hablando aun por teléfono, así que me senté en el sillón.

—Pedí macarrones con queso ¿Está bien? —Preguntó mientras se sentaba a mi lado.

—Sí, está bien.

La comida tardo como quince minutos en llegar a la habitación, así que fue mi turno de recibir el carrito con comida y darle una pequeña propina al chico.

—Tengo una duda detective Andrick —Preguntó mientras empezaba a comer en el sillón frente a mí. Había una mesa, pero no la usábamos, era más cómodo los sillones.

—Dime —Sonreí por escucharlo llamarme “detective” de nuevo.

— ¿Qué hace un día común cuando regresa a su casa después del trabajo?

La observé un segundo antes de bajar el tenedor.

—Bueno… regularmente voy directo a la cama después de un día tan pesado.

— ¿Nunca sale con amigos?

—Mm… no tengo mucho tiempo para esas cosas.

Sus ojos me mostraron su comprensión.

—En verdad solo vive para trabajar, ¿cierto?

Tomé un respiro y asentí.

—Creo que sí.

— ¿Y no tiene una novia?  —Esa pregunta me tomó desprevenido, así que me atragante un poco con el agua que estaba tomando —Lo siento, fui demasiado lejos —Se rio nerviosa.

—No, no es eso, está bien, uh… no tengo novia —Puse el vaso en la mesita y miré el resto del agua moverse levemente — ¿Y tú? ¿Tienes un novio?

—No, yo no tengo pareja. Nunca me sentí cómoda como para tener una —Una lenta sonrisa triste se formó en su rostro.

—Entiendo, lo siento por…

—Está bien, yo pregunté primero —Sonrió y continuo comiendo en completo silencio, así que hice lo mismo.

El resto de la tarde fue nuestra misma rutina del día anterior, mirar algo de televisión, entonces por la noche nos turnamos para tomar un baño, la diferencia fue que cuando salí mi espacio junto a la cama ya estaba acomodado.

—Yo… me tomé la libertad de ayudarte —Sonrió desde la cama —Espero no importe.

—No, está bien, gracias —Dejé mi maleta en la silla, entonces fui a dar una última revisión a las ventanas y la puerta, entonces regresé con ella. Me metí debajo de las mantas y recargue mi cabeza en la almohada fijando mi vista en el techo.

— ¿Apago la lámpara? —Preguntó.

—Sí por mi puedes apagarla —La miré hacerlo, entonces la oscuridad nos invadió. La luz de la luna era poca, así que realmente estaba muy oscuro.

La escuché moverse varias veces en la cama, lo cual me inquieto un poco.

— ¿Sucede algo?

—Mm… —Escuche la duda en su voz, así que me enderece y logré mirar el bulto bajo las mantas.

— ¿Qué ocurre?

—Yo… no me gusta que esté tan oscuro.

—Puedes prender la lámpara si lo deseas.

—No quiero incomodarte…

—Estaré bien.

—No, así está bien. Dormiré en un segundo.

—Bien —Solté un suspiro y volví a acostarme.

Pasaron muchos minutos antes de que escuchara su respiración relajarse, pero por alguna extraña razón no pude dormir. Así que volví a enderezarme y fui hasta la sala. Me senté en el sillón y sentí el deseo de beber algo de alcohol, pero no estaba en mi departamento y aquí no tenía nada. Me enfoqué en el ventanal al que le tenía miedo y sonreí. Observé la ciudad por mucho tiempo antes de que los sonidos empezaran a escucharse. Una alarma interior se encendió dentro de mí, así que corrí a la habitación y me aproxime a encender la lamparita. Renee no estaba gritando como la noche anterior, pero si se movía agitada.

—Oye, Renee —La moví levemente de sus hombros, pero no reaccionó —Despierta, soy Andrick —Nada. Continuo retorciéndose en mis brazos —Renee, por favor, reacciona —Mire a los lados desesperado, necesitaba algo que me ayudara a calmarla, pero no sabía qué —Despierta.

—No… —Murmuró con su voz rota, entonces se encogió abrazándose a sí misma.

— ¿Renee? —Me acerqué hacia su rostro levemente —Renee, ¿estás despierta?

—No puedo… —Lloriqueo —Por favor… —Suplico mientras una lagrima corría por su mejilla.

Trague duro mientras la observaba, así que me aproxime y tome sus manos fuertemente apretadas y las agarre entre las mías.

—Es una pesadilla, es una pesadilla Renee, despierta, soy yo… Andrick.

Sorbió por la nariz antes de lentamente abrir sus ojos y observarme. No habló por varios segundos, entonces se enfocó en mis manos entrelazadas con las suyas.

— ¿Era una pesadilla? —Murmuró antes de verme a los ojos.

—Lo era —Asentí antes de hacer ademan de soltarla, pero no me dejó. Apretó sus manos mientras no dejaba de verme con sus ojos húmedos por las lágrimas.

—No se vaya…

—No voy a irme, me quedaré —Miré hacia mi cuerpo y, lentamente sin soltarla, me acomodé frente a ella. Deje que mi cabeza cayera sobre la almohada y así poder observarla —Estoy justo aquí.

Volvió a sorber y asintió antes de cerrar sus ojos.

—Voy a soltarlo, cuando termine la noche… la noche mala… voy a soltarlo, lo prometo —Murmuro sin mirarme.

Algo en mi pecho se removió. Era la segunda vez en el día que mencionaba la “noche mala” ¿Qué era una noche mala?

Apreté sus manos entre las mías y asentí, aunque sabía que no podía verme.

—Está bien, Renee, solo… quedémonos así.

No habló y lentamente observé como fue quedándose dormida. No quería cerrar mis ojos, no quería dejar de observarla, no quería que una noche mala volviera y yo no la estuviese sosteniendo.

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