Capítulo 3

Mis ojos se quedaron trabados en la chica de la fotografía.

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— ¿Dónde se encuentra? —Escuché que preguntó Maikel.

El hombre observo unos segundos los documentos, entonces tomo una hoja.

—Ya que su identidad fue cambiada, no quiso que la relacionaran con su familia —Nos miró —No quería ponerlos en peligro, lo cual era entendible, así que fue situada en una nueva ciudad que ella eligió.

— ¿Sola? —Pregunté asombrado —Pero… solo tenía diecinueve.

—Fue puesta en una casa de vigilancia en lo que se adaptaba a su nueva vida. No estaba sola, había una mujer de servicio social con ella, eso suele hacerse en estos casos—Soltó un suspiro mientras ponía su mano en su barbilla —Fue difícil para ella, pero era una chica valiente. Entonces a los veinte decidió vivir sola, lo cual era completamente permitido.

— ¿Qué ciudad es en la que está ahora? —Algo en el fondo de mi pecho me decía que ya sabía esa respuesta.

—En Rotterdam —Respondió mientras miraba la hoja, entonces nos observó de nuevo —En la ciudad de la que vienen ustedes dos, caballeros.

Dejé que mi cerebro procesara la información. Miré a Maikel y lo encontré observándome. Creo que ambos sabíamos lo que esto indicaba.

—El asesino la encontró —Murmuré lentamente.

Maikel asintió.

—Me temo que sí —Dijo el jefe —No sé cómo esa asquerosidad de ser humano ha logrado dar con la chica. Así que ahora como oficiales a cargo de este caso, deben llegar a ella antes que él.

Lo miré.

— ¿No sabe dónde está?

Negó levemente.

—Cuando se fue a otra ciudad dejo de ser nuestra responsabilidad, ahora su caso se pasó a su jurisdicción y lo único que sé, es que se presenta dos veces al año a declarar. Ya saben, hablar con una psicóloga para que den seguimiento a su programa de protección, ya que el asesino… lamentablemente nunca pudimos atraparlo.

—Tal vez el asesino aún no sabe dónde está —Dijo Maikel —Sabe que está en esa ciudad, pero no la ha encontrado, por eso los asesinatos. Quiere que la chica sepa de su regreso.

Tragué duro mientras miraba la fotografía.

—De igual forma, debemos localizarla rápido —Los miré y noté como el hombre asentía en concordancia.

—Pueden llevarse los papeles que necesiten, pero creo que por ahora…ya no pueden hacer mucho desde aquí.

—Muchas gracias por ayudarnos —Maikel se puso de pie y le estrecho la mano —Ha sido de mucha ayuda para el caso.

—No se preocupen —Sonrió cansadamente —Lo que este en mis manos para atrapar a esa escoria, la daré definitivamente.

—Gracias —Me puse de pie igual y estreche su mano.

***

— ¿Deberemos regresar hoy? —Me preguntó Maikel cuando íbamos de camino al hotel.

—Creo que es lo mejor —Miré el montón de folders en mis piernas —Esa chica corre peligro, ni siquiera deberías preguntarme eso.

Se rio levemente sin humor.

—Acabo de redactar un informe a la base con los datos, así como la fotografía que nos pasaron de la chica. Les di la orden que es foco rojo, debemos localizarla lo antes posible.

— ¿Cuándo redactaste todo eso?

Sonrió y levantó su celular.

—El tiempo es crucial.

Asentí y miré de nuevo por la ventana.

—Debemos regresar hoy, podemos descansar un par de horas, entonces tomar el vuelo nocturno.

—De acuerdo, eso me parece bien.

***

Llegué directo a mi departamento, pues era cerca de las 12:00 a.m. Ir a la comisaria no era una opción.

Dejé los papeles en mi mesita de centro y me senté en el sillón. Contemple los folders por varios minutos hasta que finalmente tomé el de su caso.

Leí por segunda vez su declaración de lo que vivió durante esos siete meses y sentí cómo mi sangre se congeló. Las sospechas resultaron ciertas. Ese hombre había desarrollado una fascinación por Gemma Hoek que rozaba la locura.

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—Tiene un amor enfermo por Ge… Renee Visscher —Dije a la nada y cerré el documento, entonces lo dejé.

Había cosas ambiguas, estaban los detalles de los comportamientos del asesino. Sus rutinas diarias y la forma de tratarla comúnmente, pero entonces cuando hablaba de lo privado, de lo íntimo, del… posible acoso, la chica respondió lo mismo...

<<él me conoce bien>>

***

— ¿Dormiste? —Me preguntó Maikel.

—Poco. ¿Ya la localizaron? —Lo miré sentarse en la silla frente a mi escritorio.

—Creo que sí —Soltó un suspiro.

— ¿Crees?

—Bueno, Oliver  encontró tres direcciones pertenecientes a una Renee Visscher.

— ¿No es más sencillo contactar a las personas que le dan seguimiento a su caso de protección?

—Pensé que así sería, pero primero deben revisar los datos, entonces nos notificarán en… —Miro su reloj de mano —Cuatro horas más.

Me lleve las manos al cabello estresado.

—Bueno, pues visitemos esas tres direcciones.

—Eso venía decirte cuando miré tu cara de muerto viviente.

—Los vuelos en avión no son lo mío y dos en un solo día fueron peor.

—Tú fuiste el que decidió volver ayer mismo —Levantó las cejas divertido.

—Olvídalo —Me puse de pie mientras agarraba mis cosas —Debemos ponernos a trabajar.

— ¡Sí, jefe! —Se burló y se fue a su propio escritorio por sus cosas.

Una de las direcciones quedaba al extremo contario de las otras dos, por lo que decidimos empezar por las que estaba más cercas entre sí.

— ¿No había una fotografía en la base de datos cuando comprobaron las direcciones? —Murmure mientras nos bajábamos del auto y nos acercábamos a un edificio viejo de departamentos de unos diez niveles.

—Eran las tres que no tenían fotografía —Murmuró levemente mientras me miraba y de nuevo al edificio.

—De acuerdo —Nos metimos al lugar y nos encontramos con el guardia. Le mostramos nuestras identificaciones y preguntamos por Renee Visscher.

—Oh, sí. Esa chica está en su departamento ahora. No han salido el día de hoy.

— ¿Han..? ¿No vive sola? —Pregunté.

—No, vive con su esposo y su bebé —Sonrió pero al instante borró su sonrisa — ¿Ha…cometido algún delito?

—No —Se rio Maikel —Solo queremos hablar con ella por motivos oficiales, pero no porque sea una delincuente, sino por otros motivos muy distintos. No se angustie. ¿Podemos subir?

—Claro. Piso ocho, departamento B86.

—Gracias.

Caminamos hacia las escaleras, ya que el ascensor no servía.

— ¿Crees que sea ella y se casó? —Pregunté sin verlo.

—Eso lo comprobaremos ahora.

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