capítulo 4

Desperté y miré que mi alrededor, no sabía donde estaba.

La habitación era muy grande con paredes en tonos negros y grises, la cama era gigante, unas ventanas enormes con cortinas del mismo tono que las paredes.

En ese instante sentí que alguien entraba y no dude en preguntar quien era al ver que era el mismo hombre al que mi padre le debía ese dinero.

-¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi papá?

-Tranquila, te desmayaste y te traje hasta mi casa.

Me sentía que tocaba el cielo con las manos, esa mujer me hacía temblar, no podía creer que estaba ahí sentada en mi cama.

Me levanté de inmediato diciendo:

-Gracias por tu amabilidad, pero ya debo irme a mi casa.

La miré... sorprendido.

-No, no puedes irte a partir de ahora vivirás acá y serás mi mujer nos cansaremos en dos días.

Al escuchar esas palabras comencé a llorar, me temblaban las manos, recordé cada palabra de mi padre, esto no había sido un sueño, era verdad, mi propio padre me había vendido para saldar su deuda.

Corrí hasta la puerta, debía escapar, pero él no me iba a dejar ir tan fácilmente, lo sentí tomarme de la cintura y me apretó contra su cuerpo, yo sentí una electricidad que recorría cada centímetro de mi ser, pero no podía demostrar debilidad.

Debía salir lo más pronto posible de esa casa.

-Tu padre tenía una deuda de juego, me debe muchísimo dinero y la única forma de cobrarme esa deuda es que tú te cases conmigo.

Lo golpeaba en el pecho y trataba soltarme de su agarre, no podía creer mi propio padre me había entregado a un desconocido.

-¡Primera muerta antes de casarme contigo!

-Eso lo veremos, pero de acá no saldrás, le dije enojado y salí sin decir más nada, esta mujer sacaba lo peor de mí.

...****************...

Entré a la cocina y le dije a Delia que preparará la cena para mi y para Sofía.

Delia asintió con la cabeza sin preguntar nada.

...****************...

Entré al baño que había en la habitación me metí a la ducha, necesitaba relajarme un poco y pensar, todo esto era una locura, no podía creer, odiaba a mi padre y odiaba a Manuel, por lo que ambos habían hecho conmigo.

Después de varios minutos en el agua salí envuelta en una toalla, al pasar la puerta ahí estaba él nuevamente.

Al verla salir del baño no podía creer lo que veían mis ojos era tan hermosa, todo mi cuerpo reaccionaba con solo mirarla.

-¿Qué haces ahí mirando?, date la vuelta necesito cambiarme pero no tengo ropa limpia.

-Mande a traer ropa nueva para vos, en el vestidor tienes todo lo que necesitas y si precisas algo más solo pídelo.

Lo miré sorprendido con lo que me dijo, entonces fui hasta el vestidor, era enorme de un lado estaba toda la ropa de él y hacia el otro lado toda mi ropa nueva, era verdad había mandado a comprar todo esto para mí.

Me puse un jeans negro, un sweters color blanco y unas zapatillas.

No tenía paciencia para esperar que ella viera y eligiera que ponerse así que le dije en voz alta:

-Ya está lista la cena te espero abajo y salí de la habitación.

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Me tomé varios minutos para bajar, sentí que fue más una orden que un aviso de que ya estaba la cena lista así que me tomé mi tiempo.

Cuando ya vi que era hora bajé y él ya estaba sentado en la mesa.

Delia traía los platos con comida.

-¡Buenas noches, señorita Sofía!

Yo la saluda amablemente y le dije dime Sofía por favor y me senté a comer, moría del hambre.

Nos mirábamos mutuamente yo quería disimular, pero el solo mirarlo me provocaba esa electricidad en todo el cuerpo que ya había sentido antes al tenerlo cerca de mí.

Comimos sin decir una palabra, me levanté y subí a la habitación, él se quedó unos minutos más sentado sobre la mesa.

Entré y busqué un pijama para ponerse estaba cansada solo quería dormir y no despertar jamás.

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