Aun que ella no fuera

★Hola antes de comenzar a leer, les doy las gracias.

💘Esta novela tiene contenido explícito (Erótico +18)

💘No  está editada por lo tanto contiene faltas ortográficas y de redacción.

💘 Si no te llegará a gustar por favor solamente deja de leer.

💘QUE ESCRIBA ESTE TIPO DE NOVELA NO SIGNIFICA QUE ESTÉ A FAVOR DE ALGUNOS SUCESOS.

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 cuando Edward salió del baño ya no vio a la joven por ningún lado así que decidió llamar a luis.

- Luis ya me voy encárgate del contrato y de mi mujer -

Dice Edward al teléfono mientras sale de la mansión.

El la buscó por todos lados más no la encontró, una sirvienta le comentó que había salido con Luis.

- Sí señor!- dijo luis mientras miraba a la joven a través del retrovisor

Edward puede ser muy celoso y controlador pero confía ciegamente en Luis.

Mientras él viaja a la ciudad donde está su hermano, Itzel y su esposa entran a la casa Mo.

El lugar se ve desolado y extremadamente triste.

Su padre no está por ningún lado, la sonrisa cálida de su madre tampoco está, los recuerdos lindos de su infancia ya no están, no hay nada bueno en ese lugar donde solo estuvo sufrimiento y dolor para su madre.

- Luis me puedes dejar sola?-- lo que más quería era solo perderse a sí misma en esa soledad y no volver jamás.

Dice la joven entrando por completo a la casa.

- El señor Edward, me pidió que no me alejara de usted- pone como objeción Luis

- Luis no tengo a dónde ir solo quiero un momento de duelo a solas.- Le dice con lágrimas en los ojos

- Está bien señora la dejaré sola.- dice Luis saliendo de la casa Mo.

Mientras la señora Li recorre la casa, tienta algunos muebles, todo le recuerda a su madre

Por aquella vez que casi fue abusada por el intendente de la escuela, ella vivió un infierno lejos de su mamá, si en aquel entonces Carl no hubiera estado hay sin duda ese hombre la hubiera tenido a la fuerza, pero de qué servía que ese joven la hubiera salvado si ahora su verdugo hacía con ella lo que quería a diestra y siniestra

Por alguna razón ella deseaba verlo de nuevo a ese joven que la salvó de las garras del intendente y poderle agradecer.

Más después de que se dio la noticia del intento de suicidio de su hermano Héctor, el murió eso fue lo que dijeron en las noticias.

Aunque la realidad era muy diferente, quién podría imaginar que su torturador era el mismo niño que la salvó hace años.

Ella entra a la sala de costura de su madre y se recuesta en el sofá quedando totalmente dormida entre lágrimas solo de recordar a su madre.

Mientras tanto Edward bajaba de su jet privado.

- Doctor- saluda

- Joven Edward bienvenido sea!- el doctor lo saludó con gentileza

- ¿Cómo está mi hermano?- preguntó Edward sin detener sus pasos.

Van caminando por la azotea mientras entran en el elevador del edificio “Moments” que está a nombre de Edward.

- Él ha estado muy bien, sus problemas respiratorios han mejorado drásticamente- comentó el doctor.

- ¡Muy bien, entraré a verlo!- dijo él.

Edward entra a la habitación de su hermano el cual lo recibe con una cálida sonrisa.

- Hermano Carl!- dijo él con evidente felicidad, los momentos más felices son cuando ve a su hermano y le trae noticias del exterior.

- Héctor, no hables con la boca llena- dijo Edward al ver que lo estaban alimentando.

- Te presento a mi sexy enfermera- Dice Héctor haciendo que su enfermera se ruborizo y él le guiñe un ojo.

- ¡Déjame a mí!- le dice Edward quitándole el plato de comida a la enfermera haciéndola salir, Hector y la enfermera sonríe coquetamente.

- ¿Qué haces aquí hermano, no deberías de estar en tu luna de miel?- preguntó héctor después de que la enfermera saliera de su campo de visión.

- Ha eso, su madre murió ayer!- dijo Edward mientras extendía la cuchara con comida hacia su hermano.

- ¿No tuviste nada que ver con eso, verdad? - preguntó Hector conociendo a su hermano no le sorprendería.

- No por qué lo haría, bueno si lo hubiera hecho no hubiera arruinado mi noche de bodas- dijo él con una sonrisa.

- Jajaja- Héctor no pudo evitar reír a gran voz que terminó ahogándose .

- ¿De que te ríes?!- lo cuestiono Edward mientras le daba palmadas en la espalda.

- Si no te conociera diría que te has enamorado!, ¿Edward te enamoraste?- preguntó él viéndolo fijo, pero Edward solo se concentró a negar con la cabeza.

- Claro que no, ella solo es un juguete para mí!- respondió y metió una cuchara de comida en la boca de su hermano para que no hable más.

- Aja si claro, si es aún la chica que recuerdo, ella es muy dulce cualquiera se enamoraría de ella-Dijo Hector al terminar su bocado 

- No, nadie puede amarla, ella es mía ahora!- intervino Edward ante tal afirmación de su hermano, nadie pondría los ojos en su mujer que viviría para contarlo.

- Eres muy posesivo!- dijo Hector 

- ¡No lo diría así!, bien dime ¿cuándo te irás a mi casa?!- Edward trató de cambiar el tema por uno más ameno.

- Sabes que aquí tengo los cuidados necesarios, además de unas sexis enfermeras !- Hector suspiro.

- Héctor, ella hay más probabilidades de tratamientos y lo sabes!-protestó —Además sexis en enfermeras ahi en todos lados—

- Si pero no quiero estorbarte estás recién casado. - dijo tratando de convencer a Edward de no ir pero él es muy terco.

- Por favor, yo puedo disfrutar de mi mujer en cualquier momento- dijo el, Rector no saldría de su recamara y la mansión es muy grande.

- Edward está bien, hablaré con mi doctor para que autorice- dijo Hector resignado a que sería una carga para su hermano.

- Bueno eso no es todo quiero hablar de Viviana Rin- interrumpió Edward la melancolía de su hermano

- ¿Qué quieres saber?-- dijo Hector en voz fría ya no parecía el mismo chico de hace un momento hasta su aura cambie drásticamente.

-Luis me comentó que ella fue a verte antes de que intentaras quitarte la vida!- dijo Edward

- Si ella fue a ofrecerme apoyo!- dijo sin dejar de ver a su hermano.

- ¿Apoyo? ella te hacía bullying- protesto.

- ¿Edward qué quiere realmente?- preguntó Héctor sin pestañear ni por un milésimo momento.

- ¿Fue por culpa de ella no, no por culpa de mi mujer, que tú acabaste así?- pregunto el sin pelos en la lengua, si la respuesta era si no valía la pena todo lo que le había hecho sufrir a esa pobre joven.

- Ella iba a verme, me decía cosas muy feas y me hacía sentir que la vida no tenía sentido, me dijo que “Tu mujer" Disfrutaba de la vida mientras yo era señalado- expresó Hecctor con desdén.

- ¿Héctor dejaste que la odiara todo este tiempo?, cuando la única que te lastimó fue esa maldita mujer- Edward estaba molesto.

- Ella mintio en el juicio ya lo olvidaste?, si ella no hubiera mentido nunca nadie me hubiera tratado como un violador, yo no la toqué fue ese maldito hombre!- héctor estaba enojandoce.

- Él no la tocó y yo la salve!- dijo su hermano, recordando como la niña que era en ese entonces corría a sus brazos sin parar de llorar.

- Edward, ahora por qué te importa, de todos modos juraste vengarte de esa familia por lo que le hicieron a la tuya!- dijo Hector en justificacion.

- Si tienes razón que importa, quien te metió la maldita idea de suicidio!- dijo él con indiferencia..

- ¿Edward a dónde vas?- Edward se puso en pie necesitaba salir de ahí antes de perder el control contras su propio hermano.

- Necesito pensar!- dijo

Edward salió del edificio.. con dirección a la casa de su madre.

La mujer se emocionó al verlo ya que su hijo no es un hijo devoto que va a verla muy seguido.

- Hijo que milagro que nos visitas, Zury está aquí.- dijo la mujer muy emocionada, ya que Zury es la mujer que siempre ha deseado para su hijo que cuando se enteró que se casarían casi saltaba de gozo.

- Hola zury, hola madre, que disfruten de su velada!- dijo Edward dando media vuelta para irse, sabía que ver a su madre no fue buena idea, y menos con la mujer que estaba en ese momento acompañando a su madre.

- No te vayas hijo acompaña a Zury a su casa ya es tarde!- dijo la mujer apuntando a la joven, quien no dejaba de ver a Edward coquetamente.

- Creo que ella puede pedir un taxi madre, o pídele al chófer que la lleve!- dijo él en voz fría

- Carl, espera no hagas pasar corajes a tu madre.- dijo Zury corriendo a su lado tomando la mano de Edward 

- Deja de querer controlarme madre y si rompí mi compromiso con Zury es por algo, a y ya me case!- dijo él sin prestar atención a la joven que lo sujetaba, se soltó de su agarre y sus palabras solo fueron para su madre.

- ¿Que te casaste, tan rápido?- preguntó Zury con tristeza.- Carl yo te amo!-

- Por favor Zury, no me amo ni yo ¿tu crees que te amaría!?- dijo él con frialdad y seriedad, zury dio un paso atrás. 

- Carl no digas eso nos divertíamos!- agrego la chica

- Hijo deberían de hablar en privado!- dijo la mujer tratando de persuadir a su hijo.

Edward se va sin prestar atención a las mujeres, entra a su cuarto.

Más Zury va detrás de él.

- Espera Carl, ¿como es que te has olvidado de mí tan pronto?- dijo la joven 

- ¡No te amo, y nunca te he amado!- dijo él sin dejar su rostro frío y mezquino.

- ¿Ya olvidaste la bien que la pasábamos en la cama?-

Ella trata de pasar los brazos por los hombros de él.

- Suéltame Zury, no me interesas en lo absoluto, sobre la cama, ¿que se siente ser cogida mientras tú pareja piensa en otra?, sabes me case con ella con la mujer que imaginaba cuando te tocaba!- dijo él con una sonrisa al recordar el cuerpo puro y perfecto de su mujer.

- Eres un maldito Edward-

- Ten algo de dignidad Zury y alejate de mi y de mi madre-

- ¡Ella es la que me invita a venir!-dijo ella en lágrimas.

- Pues ya no vengas, no quiero que estés aquí cuando yo venga!-

- Edward, Carl te conozco, sé que terminarás enfadando de ella, pero aquí estaré para ti- dijo ella tratando de besarlo pero él la agarro y la eljo con fuerza.

- Jajaja no me gustas las cosas fáciles Zury, y tampoco me gustan las zorras como tú!-

Claro, de tener a una mujer Fácil como Zury a tener a una mujer que solo ha sido suya y de nadie más prefiere mil veces a su torturada y joven esposa.

- Antes no te importaba!- dijo ella

- Largo de aquí me das tanto asco!-

Ella se abalanza para besarlo.

Más él la detiene con fuerza.

- Aléjate de mí y de mi familia es la última vez que te lo digo, a la siguiente no será con palabras- la amenazó 

- ok- Dice ella con temor, Edward puede hacer temblar a quien sea.

El entra a su habitación.

Saca del cajón un foto de su joven esposa que guardaba desde su infancia, a pesar de que era su cuñado, le fascinaba verla sonreír lástima que no lo hacía para él, lo hacía para Héctor, ahora ella no emitía ninguna emoción cálida, todo en ella es llanto y sufrimiento, si solo su hermano le hubiera dicho que Viviana Rin es la que le metió ideas a la cabeza no hubiera sido tan rudo con su mujer.

Los días transcurren dos semanas en sí, él se quedó más de lo pensado arreglando algunos negocios turbios.

En todo ese tiempo no estuvo en contacto con Itzel sino con Luis.

El le informaba todo lo que sucedía mientras él no estaba.

- Señora, el señor llegará en unos minutos, debería de salir de la cama- Dice Luis al ver a la joven tirada en la cama, desde que recibió las cenizas de su madre ella no se ha levantado solo ha ir el baño y comer de ahí regresa a la cama.

- ¡No me importa, no quiero salir de la cama!- la joven había intentado quitarse la vida la vez que fue a la casa Mo pero no tuvo el valor.

- ¿Segura que no quieres? - Dice Edward que justo escucho eso cuando iba entrando al cuarto.

- ¿Ya llegaste?- dijo ella dando un salto de la cama

- ¿Así recibes a tu esposo?, sal de la cama y date un baño te llevaré a un lugar- dijo Edward ordenandole.

- ¿Qué, a dónde?- preguntó la joven aturdida.

- Ya lo verás!- dijo el  serio

Ella hace lo que él le pide y baja, en unos vaqueros y tenis deportivos.

Cualquier mujer se vestiría con vestidos y joyas más ella no lo hace, no quiere despertar el deseo de Edward así que a decidido dejar de usar vestidos y vestir más recatada

- lista- Dijo ella bajando de las escaleras él la esperaba aún lado de la puerta de salida.

Entran al auto.

- ¿Edward adónde me llevas?- preguntó ella al ver que el auto se alejaba de la mansión.

- ¿No has ido a clases?, ¿quieres dejar la universidad? Por mi está bien así te tendría todo el día en la cama!- dijo él con una sonrisa de lado.

‘¿Acaso está de buenas?’ se preguntó la joven.

- ¡No, solo no me he sentido bien!- dijo ella.

- ¿Aún estás de duelo?, no olvides que solo te permití guardar duelo por una semana ya han pasado dos- 

- ¿Cómo puedes ser tan cruel? mi madre es la que murió!-

- si la misma que te abandonó en un internado de monjas!- dijo el mientras detenía el auto por un semáforo en rojo.

- ¡Eres un!-  antes de que ella pudiera decir más el dejo de verla y se concentró en solo conducir.

- Ya llegamos!- dijo el

- ¿Por qué me trajiste aquí?- preguntó la mujer confundida.

Es un campo de tiro.

- Quiero que aprendas a usar un arma- dijo él sin evidente emoción.

- ¿Para que?-

—Bajemos— la joven estaba renuente pero aun así bajó del auto 

Edward la tomó por la mano con fuerza y la hizo entrar.

- no quiero aprender a usar estás cosas!- dijo la joven

- Es necesario-protesto el

Lo que Itzel no sabe es que durante la ausencia de Edward varias veces intentaron entrar a su mansión a querer hacerle daño, más la vigilancia de Edward es muy buena que no dejaron señales de lucha ni rastros de muertos.

Edward le da una pistola a Itzel.

- ¿Sabes que puedo matarte con esto?- Dice la joven apuntando a Edward, edward sonrió ante las palabras de su mujer.

- Quiero verte intentarlo, para empezar cariño así no se agarra un arma, terminarás haciéndote daño antes de que logres lastimarme - Le dice sosteniendo con fuerza la mano de su esposa.

- no te da miedo Edward? te odio y aquí aún que me lastime podría matarte!- por alguna razón la joven se siente indestructible con el arma en las manos.

- Primera las balas son de salva, no me harías ni cosquillas, y segunda ¿crees que moriría por ti? tu no eres capaz de matar a alguien, ahora sí no quieres que te coja justo aquí será mejor que le des al blanco!- dijo él en voz firme y el poder que la joven sintió se evaporó en un parpadeo.

- ¿Qué?- dijo ella tragando saliva ante la amenaza de su esposo.

Edward mueve algunos de los blancos, toma un arma y les da en el blanco, sin fallar ninguna bala.

- Ahora es tu turno!- dijo el 

Ella sostiene torpemente el arma.

El se pone detrás de ella y sostiene sus manos con fuerza en la pistola, a ella no le gustaba la cercanía de su marido.

- si no sujetas con fuerza te lastimaras, tienes que tratarla como algo valioso pero a la vez como algo de lo cual no podrías soltar aún que tu vida dependiera de ello-

Suelta las manos de su esposa y la toma por las caderas.

- Estás muy tensa, relájate y ahora dispara- dijo el cerca del oído de su esposo.

Ella da algunos disparos y no le atina a nada.

- Bueno por algo se comienza!, hagamos otra cosa, imagina que el blanco soy yo y dispara!- dijo Edward muy serio, sabía que eso funcionaría.

Ella vuelve a intentar y le atina una sola vez directo en el blanco.

- ¡Bien creo que estoy muerto!- Dice él con una sonrisa. - Quién lo diría solo te faltaba motivación, sigue practicando! -

Ella continúa mientras él sale a fumar un cigarro con Luis.

- señor, eran de la misma pandilla, aún no sabemos quién es el líder, pero es obvio que quieren hacerle daño a ella, nos atacaron la vez que la lleve a casa de sus padre y en la mansión en dos ocasiones-

- Ya veo, quiero que aumenten la vigilancia y no quiero cabos sueltos, a los que capturaron, quiero que los torturen y los hagas hablar de quién siguen órdenes y que es lo que quieren con mi mujer!-todos los ataques eran dirigidos a la joven no a él así que le parecía muy extraño y lo extraño no le gustaba ni un poco.

- Sí señor- dijo Luis como siempre obediente y sumiso a las órdenes de su patrón.

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