Capítulo 8

-De verdad no creí que vendrías, nadie es tan idiota para regresar -ser molestado por este chico empezaba a ser molesto.

-Me dijiste que viniera y...aqui estoy - respondió temblando.

-¿Porque tiemblas tanto? ¿Estas asustado?.

-Si...mucho.

-¿Porqué viniste entonces chico idiota? Debiste quedarte en casa.

-Yo...

-Deja de verte tan asustado ¿Tu...acaso eres virgen? -se burló sarcástico, Mau le lanzó una mirada de pánico.

-Si, por lo que no se que hacer ni si te va a gustar lo que sea que vamos a hacer.

-¿lo que sea que vallamos a hacer?.

-Lo siento, no tengo experiencia.

-Mm ya veo, ven acá -ordenó haciendo que el chico se sentara en sus piernas para besarlo, León quería asustarlo, pero el chico no se dejaba asustar tan fácilmente. Además era suave olía a fresas y no renego cuando lo tocó, estar en prision no era fácil, si cometias un solo error podía ser fatal y por lo general nunca se podía relajar porque bajar la guardia significaba que si sacarían de la cárcel en una bolsa. Conseguir mujeres en este lugar no era difícil, lo realmente difícil era conseguir a alguien que no estuviera intentando obtener información de él, León lo beso y tocó por diversión, Mau se de dejó hacer sorprendido de la suavidad con la que el íntimidante hombre lo besaba y tocaba-. No tengas miedo prometo no lastimarte mientras tu seas sólo mío seré muy bueno contigo -León estaba cambiando de opinión porque el chico era muy lindo e ingenuo y no quería que nadie, aparte de él, se aprovechará de su Inocenci-. También cuidare de tu novio si vienes cada semana a verme.

-¿Cada semana?.

-Si...-

-De acuerdo, vendré, pero por favor cuida de él.

-Lo haré, pero si no vienes entonces...-Leon solo estaba aburrido y muy estresado, este chico parecía que sería una buena diversión.

-Vendre, Vendre, lo juro -y así lo hizo jueves tras jueves durante los siguientes meses, Mau estuvo viniendo. León en realidad no le hacía nada íntimo, aparte de meterle la lengua en la boca hasta casi asfixiar lo y tocarlo un poco, León amaba la piel suave, tersa y pura de Mau. Se sentía tan sucio tocarlo, era casi un sacrilegio que un ser tan inmundo como Leon tuviera el privilegio de tener entre sus manos tanta Inocencia. Mau estaba asustado al principio de todo esto, pero el tipo grande y malo, en realidad no era tan malo, el era incluso un poco dulce muchas veces. Todos los jueves traía un regalo para el chico y Mau parecía emocionado por cada pequeña cosa que Leon le daba. Mau en cambio solía traer comida preparada por el mismo para León, esto calentaba el corazón del aterrador tipo. Una de las muchas veces que se sentaban a comer en aquel lugar, Mau derramó la sopa caliente sobre sus piernas, de inmediato León le arrancó los pantalones para evitar quemaduras. El chico estaba usando una tanga de encaje rosa pastel con pequeños adornos alrededor de la cintura, la ropa interior femenina no podría verse mejor en nadie, ni siquiera en una chica. Mau tenía un trasero parado, redondito y bastante abundante para ser un chico flaco que no pasaba del metro cincuenta y cinco. Mau se quedó quieto sin saber que hacer, León arrastró su barbilla por toda la perfecta redondez del chico.

-¿has estado usando este tipo de ropa cada vez que vienes? -pregunto mientras el chico seguía sobre su vientre en la cama.

-Si...dijiste que usará algo sexi cuando viniera a verte, no se mucho de esas cosas así que compre lo que me pareció bonito, lamento si no es de tu agrado.

-Mierda...

-¿Te molesta?.

-¡No! Te ves...te ves muy bien -el pene de león estaba de acuerdo-. ¿Entonces también estas listo para mi?.

-Si...

-¿De verdad?.

-Si, me preparó cada vez que vengo, no se si lo hago bien porque aun no lo he hecho con nadie -explicó, cielos....a Leon no le iban los hombres, en este lugar habían muchos. Pero este chico impertinente era sexi como el infierno.

-Eres tan lindo que es pecado solo pensar en hacerte lo que quiero hacerte.

-Hazlo, yo...dije que haría lo que quieras, pero...ahora también tengo...tengo deseos. Desde hace un tiempo cuando me estoy preparando yo...siempre pienso en ti.

-No deberías seguir Mau, eres un bocado demasiado delicioso y yo soy un depredador.

-Lo siento -Mau se puso de pie y se inclino para recoger los pantalones manchados de sopa para vestirse, el chico no lo hizo a propósito, pero no debería haberse inclinado frente a Leon ya que este tuvo una vista completa de su agujero que era apenas cubierta por el delgado hilo de la tanga.

-No me culpes por esto después -Leon lo puso sobre la cama y le arrancó la tanga, Mau no mentía, realmente estaba excitado. León abrió las piernas del chico y enterro su cara entre sus nalgas, Mau suspiró de placer al sentir la lengua de Leon moverse. Era el cielo, después de un tiempo León reviso los cajones, donde afortunadamente había lubricante y preservativos no iba a hacerla nada sin un condon. No porque desconfiara de Mau, no...mas bien no quería contagiarlo de cualquier cosa que pudiera haber pescado mientras lo hacía con algunas prostitutas y otras chicas. León tomó el lubricante y aplicó mucho, no había mentido, de verdad era muy grande y lo menos que quería era herir a esta hermosa flor que le provocaba tantos sentimientos tan cursis. Después de un rato metiéndole los dedos el cuerpo del chico estuvo listos, eso era algo bueno porque estaba enloqueciendo, Leon se puso sobre el chico que lo miró con expectación mientras sus labios entreabiertos temblaban ligeramente. León lo beso y se introdujo un poco en Mau, este se tenso, León lo acarició para que se relajara, cuando se relajo metió el resto y se quedó quieto besandolo con dulzura, Mau suspiró.

-P-por favor...muevete -rogó.

-Espera...podria lastimarte.

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