capítulo 13- la noticia de un compromiso roto

-no puedo creer que lady Yue haya roto el compromiso...lo siento mucho lord David.

David estaba en el pasillo del palacio, con la cabeza gacha después de contarle lo que sucedió a Nina, la chica tomo asiento a su lado para hacerle compañía, debe sentirse muy mal por romper con Yue, pues ella sabe que aunque no estuviese enamorado de ella, le tiene un cariño especial, desde la ventana de su oficina, Adrian observa a ambos, aunque algo molesto, pues no le gusta del todo la cercanía de ese chico con Nina.

- tal parece que finalmente sucedió lo inevitable, lord Jensen fue dejado por su prometida.

Menciona un hombre ya mayor, es Miller el secretario del príncipe, un hombre que lo ha cuidado desde que el príncipe era un niño, así como otros, Miller, cree que Nina no es una chica adecuada para llevar el cargo de futura emperatriz, pues pese a recibir distintas clases, la chica sigue sin pasar de lo más básico y rápidamente acude a sus amigos.

- un día le comente que debería prestar más atención a su prometida y no venir cada vez que lady Joly le llamara, pues ella también debe aprender a no depender tanto de otros.

- David es terco, pero inesperadamente su ex prometida, cambió mucho o quizás era así desde siempre.

- quizás alteza, la vio muy pocas veces.

Adrian no responde más, pero recuerda muy bien la mirada tan desafiante que tenía Yue esa noche del baile, no titubeó en ningún momento a la hora de decir lo que pensaba, aunque no le gusto mucho lo que dijo sobre Nina, pero lo ha notado, ella siempre acude a otros cuando no puede hacer algo, la ha visto llorar ante David y Axel, algo que le molesta un poco, porque sabe que ambos están enamorados de ella, desde la ventana ve irse a Nina y a David, ambos caminan por el pasillo hasta perderse de vista, así que decide salir, pero pronto es interceptado por uno de los sirvientes.

- príncipe, se nos ha informado que el Archiduque Shadow vino anoche al palacio preguntando por el emperador.

- ¿que? Pero nunca nos llegó una solicitud para verlo.

- quizás solo llegó de imprevisto.

Menciona Miller, sabe un poco del Archiduque y es conocido no solo por ser un mujeriego, si no, también por ser poco prudente, actúa sin pensar mucho en las consecuencias. Miller le sugiere no tener mucho en cuenta esa visita, en casa de que regrese, se le dirá que el emperador esta fuera y si necesita algo urgente, el príncipe puede atenderlo. Mientras tanto en la mansión Jones, Kenia estaba furiosa, no sabía que es lo que había pasado, estaba segura que Yue era perfecta para lo que planeaba, pero, en esa fiesta, la vio actuar totalmente diferente, incluso ya se ha anunciado el rompimiento oficial de su compromiso con David.

- debo encontrar la manera de deshacerme de esa estúpida princesita.

No logra entender que es lo que tiene de buena Nina, solo es una cabeza hueca, pero aún así tiene a tres de los mejores chicos tras de ella. Sonríe, el rompimiento aún es reciente, quizás si convence a Yue de que Nina tiene toda la culpa, aún la pueda usar; le pide a su doncella que mande preparar un carruaje que tiene que salir, es hora de aprovechar el momento. Yue por su parte, estaba en el jardín trasero de su casa, con un par de sacos arena colgados de los árboles, había notado algo desde hace días pero olvidaba comprobarlo, pues cuando golpeó a aquel Barón en Black-Sun, lo hizo tan bien que no podía creer que tuviese tanta fuerza, además se le hizo fácil someter a Ares, siendo un hombre muy fuerte y alto, así que leyó un poco sobre la magia en ese mundo, era algo que muy pocos poseen y por eso son preciados, entre esos pocos, estaba la protagonista, que tenía la habilidad de controlar muy bien la energía eléctrica, el príncipe también proviene de una familia de grandes magos y no es la excepción, su magia consiste en crear explosiones en la dirección donde desee, por eso les fue más ventajoso ganar contra Ares, el también tenía magia, pero no recuerdo muy cual era, pero nunca se mencionó nada de Yue, pero ella misma a notado que podría tenerla.

- lady, no me diga que quiere golpear esas cosas, se va herir las manos.

- tranquila, se lo que hago.

Yue se coloca en posición y lanza un puñetazo contra el saco de arena, al tocar con su puño el saco, este se rompe y ella nisiquiera sintió dolor, así que sonríe, tal vez su magia consiste, en poder aumentar la fuerza de su cuerpo, es perfecto, será como la mujer maravilla, aunque no va poder volar, ni será inmune a las armas, pero algo es algo, le ordena a sus guardias que traigan más sacos, debe perfeccionar y entrenar su cuerpo; el Vizconde observa todo desde lejos y sonríe.

- nuestra hija, se parece a ti...querida.

El hombre deja salir un suspiro, extraña no ver a su amada esposa, pero es feliz sabiendo que ella esta bien, solo espera regrese pronto, tiene mucho que contarle. Pronto a la mansión llega Kenia, quien solicita ver a Yue, así que una de las doncellas va en busca de ella, Yue le pide que la haga pasar a la sala de invitados y que le sirvan algo, mientras ella va a cambiarse, ya que esta toda sucia por la arena de los sacos; después de unos minutos se presenta ante Kenia haciendo una reverencia y toma siento frente a ella.

- lady Becker, vine a verla porque escuché que su compromiso se canceló ¿como se encuentra?

- que amable por preocuparse, pero, estoy de maravilla, no sabe lo bien que se siente deshacerse de la basura.

Kenia no esperaba esa reacción, pero cree que solo finge para que nadie vea lo destrozada que esta.

- no tiene porque hacerse la fuerte, se lo duro que debe de ser perder a la persona que ha amado mucho tiempo.

- en realidad no me importa, pero veo que a usted aún le duele haber perdido al príncipe. Lady Jones, hay más hombres en el mundo, salga y conozca algo mejor.

Yue le sonríe de manera tan relajada mientras habla con los brazos extendidos hacia arriba.

- puede conocer grandes hombres, valientes y candentes.

La albina se abraza así misma haciéndo una expresión como si degustara de algo sumamente delicioso, pero cambia a una mirada feroz.

- pero no ponga sus ojos en el Archiduque, es mío y no dudaré en rebanarle el cuello si pone sus ojos en él.

Kenia sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, Yue estaba totalmente distinta a la que ella solía conocer.

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