capítulo 11- pasión

Las ropas ya no eran obstáculo para ambos, aunque Ares seguía impresionado de lo activa que era Yue, era la primera vez que se encontraba con una mujer así, una que incluso se atrevió a atarlo, si bien puede romper fácilmente la atadura, quiere esperar un poco, quiere saber que es lo que Yue hará, la ve subirse a la cama, sentada a su lado y pasa su mano suavemente por su cuerpo, la desliza hasta casi llegar a la entrepierna, pero sube nuevamente, poniendo más ansioso al chico, gruñe por ello, causando una sonrisa en Yue, así que, se pone a gatas montando el cuerpo de Ares a la altura del abdomen y se inclina un poco, lo suficiente para tener sus senos cerca del rostro de chico.

- adelante, debes complacer a tu ama...

Ares sonríe y atrapa ese pequeño botón rosa entre sus labios, causando que el cuerpo de Yue se estremezca y deje salir un suspiro, puede sentir como mueve su lengua sobre él, succionando suavemente, Yue deja salir un leve jadeo, pero se aparta al poco tiempo, moviendo su cuerpo hasta tener su intimidad a la altura del rostro del chico, Ares no esperaba algo así, la albina realmente lo sorprende con sus actos.

- si puedes complacerme, te daré un premio.

- este esclavo le demostrará a su ama lo hábil que es.

Pasa su lengua suavemente por la intimidad, jugueteando con ese punto que le causa placer, Yue apoya sus manos sobre la cabecera de la cama debido a que su cuerpo tiembla de placer con cada movimiento de la lengua, Yue deja salir un par de gemidos, en algo tenía razón el Archiduque, es realmente hábil en lo que hace. Ares mantenía la vista fija en la expresión de Yue, ya que ella estaba cabeza inclinada hacía delante, mientras sus labios dejan salir sus gemidos, Ares mueve los labios y lengua, como si de un beso fogoso se tratará, Yue aprieta las manos en la cabecera, su cuerpo tiembla ligeramente hasta sentir que estaba por alcanzar el clímax, pero, apoya la mano en la frente de Ares para empujarlo un poco, el chico muestra una sonrisa.

- espero mi recompensa, ama.

Se relame los labios, para después mostrar una sonrisa, Yue se desliza hacía atrás, frotando su pechos sobre el cuerpo ajeno hasta tener ante ella la evidente erección del Archiduque, en la novela nunca se dijo que fuese bien dotado, pero eso le gusta, sujeta el miembro entre su mano pasando su lengua sobre este, el Archiduque levanta un poco la cadera dejando escapar un gruñido, le alegra haber hecho gran trabajo, al tener esa recompensa tan buena. Yue pasa su lengua de arriba hacía abajo, hasta que decide solo, mover la lengua en círculos sobre glande, hasta introducirlo entre sus labios, Ares mueve las manos, desea poner hacer algo, pero también quiere seguir con ese juego de ser dominado por esa mujer mueve su cabeza un poco deslizando sus labios sobre la piel de la erección, repitiendo esto varias veces, mientras que Ares se remueve un poco por el placer.

- mi lady...

Acto seguido, Yue aparta los labios atrapando el miembro entre sus senos, usando sus manos para apretarlo y mueva su cuerpo de adelante hacia atrás estrujando entre sus senos la erección, el Archiduque estaba más que complacido con algo así, era chica era tan buena en lo que hacía, siente que pronto alcanzará su propio orgasmo, pero, Yue se detiene, cambiando de posición, estando ahora con su intimidad rozando palpitante erección, baja suavemente sobre ella, sintiendo como se abre camino a su interior, era doloroso, la erección era grande y ella más pequeña de lo normal, Ares pudo ver su expresión.

- no me diga que en realidad es su...

- si, es el primero, siéntase honrado...

Yue baja despacio hasta sentirlo dentro por completo, su respiración era agitada, pero cuando el dolor era más leve, comenzó a moverse, flexionando las piernas y sintiendo como la erección rozaba cada parte de su interior llegando a lo más profundo, Ares dejaba salir leves gruñidos por lo bien que se sentía estar dentro de la chica, aguanto lo más que pudo, pero finalmente rompió su atadura para sostener de la cadera a Yue y arremeter contra ella con más brusquedad, aún estando abajo le era fácil moverse porque el cuerpo de Yue era ligero, las embestidas eran profundas y feroces, Ares siente como el interior de Yue le aprieta de manera tan placentera, hasta que finalmente alcanzan el clímax, Yue quien mantenía las manos sobre el pecho del Archiduque, aprieta las uñas sobre la piel de este, mientras que el Archiduque, aprieta con fuerza los glúteos de la chica, eran tan suaves y redondos; Yue se deja caer sobre el cuerpo de Ares mientras ambos respiran con agitación. La albina levanta un poco la cabeza, ahora que lo recuerda en ningún momento se han besado, así que, con su respiración ya más tranquila, aprovecha para darle un apasionante beso, el cual Ares corresponde de inmediato, mientras gira con ella en brazos para dejarla bajo de si, pues, no planea hacerlo una sola vez.