capítulo 4- inevitable atracción

El chico simplemente agradeció su ayuda y se despidió, Yue continúa con su paseo hasta que se va haciendo de noche, pero justo al llegar a su hotel, había un hombre con uniforme oscuro, este se presenta como un mayordomo de la mansión del Archiduque y le entrega una nota, donde le dice que la invitada a quedarse en la mansión Shadow, Ana se extraña, pues no recuerda que Yue conociera al Archiduque.

- siendo el Archiduque no puedo rechazar esa invitación.

Al aceptar, el mayordomo le dice que ya la espera un carruaje donde puede subir su equipaje, los guardias de Yue son quienes cargan todo y lo colocan en el carruaje. La mansión era enorme y estaba a la salida del pueblo, en la entrada del bosque.

- que increíble, no se como lo hizo mi lady, pero que honor dormir en un sitió así.

- sorprendente ¿verdad? Te digo que soy una genio.

Al llegar fueron bien recibidas por las doncellas que de inmediato las guían a su habitación, a Yue le dan la suit exclusiva para los invitados más importantes, a Ana una habitación cercana, al ser la doncella de Yue debe estar cerca, Ana la ayuda con su equipaje, ya que la habitación estaba lista desde que llegaron.

- lady Becker, el Archiduque esta ocupado por hoy, pero dice que la verá mañana durante el desayuno.

- de acuerdo, dígale que agradezco su hospitalidad.

Las doncellas se retiran para dejarla descansar, Ana también la deja después de que Yue ya ha tomado un baño. Estando en cama, no esperaba que todo fuese tan fácil, pero no se debe confiar y ahora que lo recuerda, las doncellas han dicho que el Archiduque estaría trabajando hasta tarde, así que se sale de la cama y de la habitación, con mucho cuidado, camina por los pasillos, por suerte la luna estaba clara o no podría ver por donde iba, deambula por varios pasillos, hasta darse cuenta que se ha perdido, bien, ahora ya no sabe como regresar, se detiene mirando por todos lados hasta que escucha un ruido, entonces trata de correr chocando con alguien y cae al piso, al levantar la vista, era el Archiduque quien ya estaba por desenvainar su espada hasta que nota que es la chica.

- usted es...el chico de la mañana...

- ¿que haces aquí sola? Puede ser peligroso.

Le ayuda a ponerse de pié, aunque desvía la mirada al verla en camisón.

- lo lamento, me perdí, quise caminar un poco y cuando me di cuenta, no sabía a donde ir. Pero ¿por qué esta usted aquí? ¿Trabaja para el Archiduque?

- yo soy el Archiduque, para ser una noble, no sabe nada.

- ¿disculpe? ¿Y como se que si es el Archiduque? Soy una noble de bajo rango, nunca he visto al Archiduque...

- entonces lo verá mañana, ahora regrese a dormir.

La hace una seña para que Yue le siga, caminan un poco hasta llegar a la puerta de la habitación.

- se lo agradezco. Buenas noches y ya veré mañana si es quien dice ser.

Yue le sonríe con algo de burla y entra cerrando rápidamente la puerta, el chico solo sonríe para después seguirle su camino. A la mañana siguiente, Yue llegó al comedor junto con Ana, la doncella quien les ha guiado le deja pasar, el Archiduque ya estaba sentado, Ana no esperaba ver a ese chico.

- lady, ese hombre...

- al parecer salve a alguien importante.

El Archiduque se pone de pié y la hace una seña para que tome asiento, Yue agradece y se sienta cerca del chico, la comida pronto es servida, Ana se va a la cocina con las otras doncellas, así sirve y consigue un poco de información.

- ¿se ha quitado la duda, lady?

- veo que no mentía y eso me agrada.

- supongo que aprecia a los hombres que no engañan, a diferencia de su prometido.

- veo que se ha informado muy rápido, pero, no era necesario, yo le habría dicho todo.

- entonces dígame ¿por qué no se ha deshecho de ese prometido suyo? Escuche que usted, lo ama mucho.

- si, lo quise en su tiempo, pero eso quedo en el pasado, un hombre como David Jensen, no merece mi amor, yo merezco algo mejor.

- vaya ego que se carga, lady.

- se llama amor propio lord, si se quiere triunfar en la vida y ser amada, primero hay que amarce a uno mismo.

- palabras muy sabias, me agrada, es bueno estar orgulloso de uno mismo.

- exacto, usted no solo es guapo, también sabe de su propio valor, eso me gusta en un hombre.

Yue la observa fijamente a los ojos, con una sonrisa un tanto coqueta, por supuesto, el Archiduque se ha dado cuenta de ello, pero no le desagrada para nada, por el contrario, hay algo en esa chica que le atrajo desde que la vio golpear a ese sujeto mientras lo defendía; el Archiduque coloco su mano sobre la mesa, con la palma hacía arriba, ante ello, Yue no dudo en colocar la suya sobre la del chico.

(Espero les este gustando y no sientan que todo va rápido, ya que la atracción entre estos jóvenes se esta dando muy rápido y quizás en el siguiente capítulo, haya un poco de acción ¿ustedes que opinan? ¿Les esta gustando como va? )

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