Lo siento.

Mía.

El avión se estrelló mi destino hubiera sido morir, mi hijo ¡Dios gracias por salvarnos!, se que solo han sobre vivido cinco personas y el resto solo murió, mis padres ellos pueden pensar que e muerto, Josué también tendré que llamar a mis padres y decirles que estoy bien, para que no se preocupen; pero mis recuerdo de como mi padre intento comprar el supuesto amor de Josué, llegó a mi mente decidí que es mejor que piense que he muerto en el accidente.

Así puedo salir adelante con mi bebé, mi madrina me ofreció trabajo en su editorial, ella es una escritora famosa y yo también lo quiero ser, quiero que mi hijo se sienta orgulloso de mi, porque daré hasta lo que no tengo por mi hijo el no va a necesitar a su papá para crecer yo seré ambos.

Los días pasaron, una capilla ardiente se hizo en el cementerio general Sebastián con lágrimas en los ojos, llevaba una urna con la supuesta cenizas de su amada hija, Cristina que continuaba sedada por el impacto de la trágica muerte de su única hija no asistió al funeral, amigos y familiares se lamentaba el hecho que que mía Tuarez haya muerto, Josué, su madre y Joaquín también asistieron.

Pero al ver el retrato de Mía en medio de las flores sintió que su corazón se partía, los recuerdos se apoderan de su mente, él recordaba a la niña dulce risueña, recordó el primer beso que ella le había dado, y cuando la hizo suya, el no pensaba que ella era virgen por la manera que se le entregaba.

Las cenizas fueron sepultadas, Sebastián estaba devastado su hija su princesa está muerta, el tenía ganas de morir, la vida no era justa, son los hijos que entierran a sus padres, pero que dolor tan grande es enterrar a un hijo que se ama más que a su propia vida, Sebastián se arrodilló y pego un grito de clamor.

Sebastián----: ¡MI HIJA!!!!.

Diego----: Papá ya por favor.

Sebastián----: No ¡mi hija nooo!.

Diego----: Vamos papá, a mi también me duele que mi hermana se haya ido, pero también estoy yo que te necesito.

Sebastián----: Diego, hijo mío, tu no te me vayas, también.

Diego----: ¡No papá! yo estoy aquí.

La muchedumbre lloraba, al ver a un papá tan protector como lo es Sebastián se les partía el corazón, la pena que sentían no era tanto por el deceso de Mía si no por ver a Sebastián a punto de colapsar.

Diego tomo a su padre, y lo llevo a su casa tenía que protegerlo de la prensa, ellos querían la primicia la primera declaración de Sebastián y nunca respetaron su dolor.

El cementerio quedó a solas, los guardaespalda sacaron a toda la gente ni siquiera Josué se pudo quedar, para despedirse de Mía.

Josué---: Juan quiero despedirme de Mía.

Juan----: No Josué la niña sufrió mucho por ti, déjala descanzar en paz respeta su tumba. No puedo Josué tenía que haber hecho feliz a la niña y no lo hizo, ya es tarde para tu arrepentimiento, si no la hubieras engañado mi niña estuviera viva.

Joaquín---: Vamos amigo, es obvio que no te van a dejar pasar.

Josué se retiró, Juan tenía razón si el hubiera pensado bien las cosas su hijo y Mía estuviera vivos, el lloro mientras era consolado por su madre.

Al llegar a la casa, Mariana no estaba, pero Josué no se interesó en su esposa, quería estar solo, por la tarde, el salió a caminar sentía que se ahogaba estar en su casa, camino,camino y camino sin darse cuenta llegó hasta la playa, se sentó a la orilla observando las olas que iban y venían, pero la voz de una mujer lo saca de sus pensamientos.

Gitana---: Que lamentable situación te encuentras muchacho(decía la gitana que le había leído la mano antes).

Josué---: Es usted otra vez.

Gitana---: Que te aflige ahora muchacho.

Josué---: No lo sé.

Gitana---: Dame tu mano, ya veo tu destino cambiará muy pronto, la persona que amas se ha ido tu semilla en su vientre crece muy saludable, pero ellos volverán y no habrá nada ni nadie que los separe.

Josué---: No entiendo!

Gitana---: Entenderas, con el tiempo muchacho, solo tendrás que enfrentar problemas grandes para que estén juntos, traición te rodea la traición ¡cuídate!.

La gitana da la media vuelta y se va pero deja a un Josué confundido, el no entendía lo que ella quería decir, hizo caso omiso después de varias horas continuo su camino eran ya las 17:00 cuando pasa por el cementerio general, el ingreso llegó hasta donde quedaba la capilla ardiente de Mía, aún tenía residuo de las velas y unas hermosas flores adornando su retrato, se inclino y al ver el nombre de Mía Tuarez escrito en la lapida de la bóveda, se postro ante ella y lloro amargamente.

Josué---: Perdon, perdón mi amor, se que anhelaba esa palabra, y ahora te lo digo solo escúchame Mía, ayúdeme a sentirme bien, lo siento Mía, lo siento por hacerte sufrir y llorar, perdóname.

Josué permaneció, arrodillado hasta que el sol se opuso, y el viento abrazaba con su suave brisa aquel espacio, no había nada que consuele a Josué, el había llorado hasta que sus ojos se quedaron secos.

El guardián del cementerio, al ver aquel bulto que se movía lentamente sintió temor, pensó que era un fantasma o que la difunta Tuarez no se quería ir tomo una vara larga y tomo aquel bulto que le hacía tener mucho miedo y en tartamudeo hablo.

Guardia----: ¿Queequiien eeesta Ahí?.

Y cuando Josué se levantó lentamente el guardián sintió aún más miedo que sus piernas se paralizaron, porque en su mente quería correr.

Josué---: Ya me iba lo siento.

El guardián al ver que se trataba de un humano respiró, Josué se limpia sus rostro y sale lentamente de aquel cementerio, mientras que él guardián se percino y el padre nuestro lo pronunció durante la noche, no quería ver ni sentir nada, lo que había creído ver por poco le hace salir el corazón

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