Capítulo 8.

...JADE...

...▪︎▪︎▪︎...

-- La operación fué un éxito aunque el paciente perdió mucha sangre pero gracias a su sobrina pudimos realizarle una exitosa transfusión.

-- ¿Pero?-- pregunta Jane con terror.

-- El paciente aún no despierta.

-- ¿Quiere decir qué...Enzo cayó en coma?-- el doctor calla y Jane nos voltea a ver con lágrimas-- Malik...

Mi hermano la abraza y solo recibo un fuerte abrazo de Layla.

-- Todo estará bien-- su susurro viene acompañado de un beso y mi mirada solo se pierde.

Eso quisiera creer.

...▪︎▪︎▪︎...

Jane decidió sacar del hospital a Enzo para evitar cualquier problema con Keller por lo que ahora está recibiendo atención personalizada en su casa.

Hoy es mi cumpleaños, bueno, el mío y el de Malik; mis padres nos organizaron una fiesta, aunque eso a mí nunca me ah gustado aquí estoy viendo bailar a los invitados mientras recibo las felicitaciones de Matt.

-- Los años no pasan en ti Jade, cada vez estás más hermosa como cuando tenías 16-- sonrío no muy convencida ante los halagos de Matt-- ¿buscas a alguien?-- mi mirada se pierde por unos segundos entre las personas por lo que Matt pregunta.

-- No.

En realidad sí, a Marcel; realizó otro viaje a Italia para arreglar lo de la herencia que heredó de su padre, fué hace una semana, dijo que regresaría en la próxima, por un instante pensé que vendría o mejor, que más que sea me felicitara. Ya son las nueve y aún nada que suena mi celular, me siento algo mal.

-- Te dejo, iré felicitar a Malik-- vuelvo a sentarme cuando se va.

Apoyo mi cabeza en mi mano y mi celular empieza a sonar por la llamada de Marcel. De los nervios por casi el celular se cae hasta que logro contestar.

📲 -- ¿Hola?

📲 -- Pensé que no contestarías. ¿Dónde estás, por qué hay tanta música? ¿Estamos festejando algo?

📲 -- ¿Acaso no te acuerdas?

📲 -- Mmm...en realidad no, ¿de qué debería acordarme?

📲 -- Olvídalo. ¿Para qué me llamas?

📲 -- Para hablar de negocios con un hombre poderoso.

📲 -- ¿Regresaste a México?

📲 -- Esta mañana. ¿Vendrás o no?

Daría todo por volver a verlo...

📲 -- ¿Dónde nos encontraremos.

📲 -- En el muelle. Por favor no tardes.

Corta la llamada y seco anticipadamente mi lágrima. Con mi celular y cartera subo a mi carro. Llego luego de 30 minutos al muelle. Tan solo veo un barco, supongo que tengo que entrar; eso hago, encontrándome con un camino de velas y en el centro una mesa con una cena que la llamaría...¿romántica? Un champagne y dos copas. Un lirio rojo queda delante de mí ya que una mano la sostiene. Volteo y solo miro a Marcel.

-- Feliz cumpleaños.

Hace un momento creí morirme, pero ahora que me encuentro con esto, creo que me dará un paro al corazón.

-- Marcel...yo pensé que tu...

-- ¿Crees que me olvidaría una fecha tan importante de la mujer que...quiero demasiado?

Lo abrazo.

-- Gracias, es el mejor regalo que me han podido dar en la vida-- en definitiva.

-- Vaya Jade, no conocía tu lado tan sentimental y chillón.

-- Ya wey, no te burles-- ríe.

-- No te me estoy burlando, solo que me encanta ser la razón de esas lágrimas de felicidad-- las limpia-- ¿te quedarás aquí llorando o te sentaras?-- sonrío y juntos nos sentamos en la mesa.

-- Hicieron un buen trabajo al preparar esto tan maravilloso.

-- Lo que se hace con amor se hace bien. No me tardé mucho.

-- ¿Tú...lo hiciste?

-- Eres la primera, siéntete afortunada-- reímos-- discúlpame por sacarte de la fiesta.

-- Estaba aburrida, Malik era el único que la disfrutaba.

-- ¿Aburrida? Pero si estabas con Matt-- me mira fijamente-- perdón por no acompañarte cuando te enteraste que Enzo cayó en coma. Debió ser un golpe muy duro para Jane...para ti-- me observa un buen rato y al reaccionar se fija en la cena-- comamos, si?

Pasar una noche cenando con Marcel a solas y en un barco, sin duda será una experiencia inolvidable.

Ya faltan solo minutos para que sea media noche y observo las estrellas junto con Marcel.

-- Tres...dos...uno...

Los fuegos artificiales con la frase "Feliz Cumpleaños Jade" aparecen en el cielo y solo río.

-- No de verdad, que gran regalo Marcel.

-- Daría todo por apreciar cada noche una sonrisa tuya, ser la causa de aquello-- coloca mis mechones detrás de mí oreja-- y decirte siempre cuán bella eres y que soy el hombre más dichoso por haber entrado a tu vida.

A su lado siento la tranquilidad que no sentía desde hace un mes por causa de lo sucedido con Enzo. Tener sus labios a escasos centímetros me tienta a hacer lo que no debo, pero lo que deseo. Con mis manos en su nuca, y mi mirada clavada en la suya, pruebo sus labios, dándole un beso a la media noche. Nuestras lenguas juegan con tranquilidad pero con pasión, sin duda alguna, el beso más tierno y dulce que eh podido probar en mi vida. Retrocedo sin alejarme de él hasta que al darme cuenta ya estoy delante de una cama en una habitación. Nos alejamos por falta de aire.

-- Creo que tomaste de más Jade, no quiero que cometas algo de lo que luego te podrías arrepentir...

-- Te puedo asegurar que estoy en mis cinco sentidos, y que no creo arrepentirme de lo que podría suceder esta noche-- vuelvo a besarlo y quito el primer botón de su camisa-- hazme tuya Marcel-- susurro en sus labios.

Pone su peso sobre mí dejándome caer en las sábanas de seda con cautela, pero sin dejar de besarme vehemente y con mesura. Baja la cremallera de mi vestido junto con mi ropa interior. Su verdosa y penetrante mirada solo observa mi cuerpo desnuda debajo del suyo, como si fuera la joya más hermosa del mundo.

-- Dejamelo a mí princesa-- me detiene cuando iba a quitar su cinturón.

Se deshace de su ropa incluyendo la interior. Su cuerpo es perfecto, tallado por los mismos dioses, es un Adonis.

Une sus manos con las mías al entrelazarlas y las pone en cada lado de mi cabeza. El primer gemido sale de mis labios cuando siento su miembro tocar mi entrada. Mi espalda arquea cuando lo siento completamente tocando mi interior. En sus ojos veo el deseo y lujuria, puedo ver como se contiene para no hacerlo a su manera por lo que comienza con lentos movimientos circulares para no lastimarme, o para hacer más romántico el momento. Sus grandes manos navegan en mi espalda desnuda y arqueada. Sus besos recorren mi piel poniéndome los pelos de punta. Abrazo su cuerpo sin dejar de recibir sus embestidas.

-- Marcel...-- muerdo el lóbulo de su oreja.

Mis senos besa, sin dejar de sujetar mi cintura. Un hormigueo se implanta en mi vientre y siento mi respiración acelerarse. Por impulso y naturalidad araño su espalda cuando un gran orgasmo acompañado de un fuerte gemido llega. Se corre en mi interior. Sin salir de mí y yo sin dejar de abrazarlo aún sentados en la cama...

-- Te amo, Jade.

Siento una sonrisa formarse en mi rostro.

Una experiencia inolvidable y dulce. Por primera vez pude sentirme realmente mujer al ser tratada como una dama fuera y dentro de la cama.

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