El gran día ha llegado

Al regresar a casa Lisett indaga en sus pensamientos, le salen muchas interrogantes, ¿Por qué mamá de pronto quiere ir a una fiesta en honor a Elliot si en el pasado nunca fue de su agrado?. ¿La tía Yanet por qué se presta para tal show?. ¿Será conveniente que asista a esa celebración?. Bueno lo más importante será que Elliot me va prestar atención, me intriga este mar de preguntas.

Rin, rin, rin... Llega un mensaje de texto:

Hola princesita ¿Cómo estás? ¿Será que nos podemos conocer?.

Lisett se sorprende y por un momento pensó que era Elliot ya que en el pasado le jugó muchas malos ratos haciéndose pasar por otros a ver si ella caía o le era infiel.

Dudo y tardó en responder, hasta que se decidió ¿quién eres?.

Soy alguien que no te conoce pero me han hablado tan bien de ti que deseo conocerte. Tu tío Josué me dió tu número telefónico. Dame la oportunidad de conocerte y escribirte.

Está bien me puedes escribir, pero en estos momentos estoy ocupada, hasta luego.

Llegó el sábado y todo parecía marchar muy bien, era el gran día por fin después de 7 años iba a ver a Elliott, su corazón brincaba de emoción, aunque recordaba con tristeza y desconocía los motivos por el cual Elliot la abandonó.

Su silueta delgada, su cabello largo de color negro, su piel trigueña sobresalía en aquel vestido rojo. No dejaba de ver la hora. No pudo dormir en toda la noche pensando cómo sería su reencuentro.

Elliot de la noche a la mañana la dejó de amar y tiró por la borda tantos años de lucha, de repente se convirtió en otra persona, ya no era ese chico romántico, alegre, tierno, detallista del que se enamoró.

Desconocía cuáles eran las verdaderas intenciones de su madre Doña Rosa y de su padrastro José. En el pasado nunca aceptaron a Elliot y mucho menos sus parientes, la familia Mars.

Llegaron al lugar de celebración, la tía Yanet quien a su vez era tía política de Elliot, les dió la bienvenida a Lisett, a sus padres, hermana en si a la familia Rubio.

Su hermana le dice: cálmate Lisett se van a dar cuenta por culpa de tus nervios. Sé lo difícil que es para tí asistir, pero es necesario así le demuestras a muchos que ya no te importa ese estúpido de Elliot y que todo quedó en el pasado.

Además estás muy linda para arruinar tu maquillaje por alguien que quizás ya ni se recuerda de ti. Hermana brilla con luz propia.

Lisett al entrar en el salón muchos voltearon al ver tanta belleza. Lisett siempre tuvo muchos pretendientes, otra cosa es que ella los haya rechazado por perder su tiempo con Elliot.

Casualmente se encontró a su gran amiga Angela. Le expresó lo importante que era ver a su amado esa noche. Eso le recordó la vez que se escaparon del colegio para verse a escondidas, cómo su corazón palpitaba en esas travesuras, que hoy sólo es historia.

También recordó los frondosos labios que la besaban y la llevaban al infinito, cada palabra, cada frase, cada te amo, cargado de besos y caricias. ¿Cómo se pudo desvanecer?.

Angela recuerdo el día que nos casamos. jajajaja ambas sonrieron.

¿Cómo así que se casaron? ¿Dónde está el certificado?.

Lisett sonrió. Fue un acto solemne o de manera representativa. Teníamos ambos 16 años, estábamos muy enamorados, estábamos en nuestro lugar de encuentros, en la plaza cerca del colegio. Hicimos el ritual, nuestros anillos fueron dos chapas de refrescos, nos dimos un beso y para sellar nuestro compromiso hicimos un pacto con sangre. Había vidrios cerca de nosotros ambos cortamos nuestros dedos y unimos ambas sangres.

Desde ese día mi vida le perteneció, juramos luchas hasta el final, que ambos íbamos estar juntos por siempre sin importar las barreras.

De verdad Lisett que lo de ustedes fue único, quién lo diría que la imponente, fría de Lisett tiene su pasado oculto y es más romántica.

Me hubiese gustado ser testigo de tan bello amor, lastima que te conocí años más tarde. Te aseguro que hubiese luchado con ustedes. Todo lo que me cuentas es la actitud de un príncipe.