La llamada

Buenos días, favor con la señorita Lisett.

Bien, habla con ella, ¿qué desea?.

Jajaja soy tu hermano Ricardo, ¿cómo está mi mariposita?. Sabes te extrañado muchísimo, todo esté tiempo me ha servido para reflexionar, encontrarme conmigo mismo y saber qué es lo que realmente quiero y deseo.

Hermanita te he pensado mucho, sabes que siempre puedes contar conmigo, aunque papá ya no esté presente siempre voy a estar allí para ti.

Muero ganas de verte a ti y a la familia, el próximo mes estaré nuevamente en nuestra casa para disfrutar de sus importantes compañías. Saludos, besitos.

Al finalizar la llamada, Lisett quedó pensativa preguntándose el motivo de la llamada de su hermano y peor aún ¿cuáles serán sus verdaderos motivos de su regreso?. Ricardo nunca ha sido un chico amable, cariñoso ni mucho menos expresivo. Parece cambiado, bueno total fue agradable escuchar su voz y saber de él después de casi 7 años.

Finalizando la jornada académica pasado el mediodía, Lisett se dirige a su jornada laboral, como asistente del abogado Bernat Ferreira. Quien le agarró mucho cariño a tal punto que confiaba ciegamente en ella.

Terminando algunos pendientes, su mente era interrumpida por pensamientos constantes, primero por el encuentro con su amiga Lorena y segundo la llamada de su hermano Ricardo, por otra parte no dejaba de pensar en el regreso de Elliot. Anhelaba saber de él pero a la vez necesitaba tenerlo lo más lejos posible por el bien de todos.

En la oficina llega una cautivadora chica, delgada, jóven, piel clara y cabello rubio quien tendría unos 25 años, se acerca a Lisett y se presenta como Carolina quien necesita servicios de la oficina de abogados.

Lisett la atiende y le manifiesta que debe esperar hasta que el Dr. Ferreira pueda atenderla. Ella se altera y ofende a Lisett denigrando su labor y recalcando su posición social financiera estable.

Ángela, quien se ha convertido en la nueva mejor amiga de Lisett, discretamente trata de suavizar el entorno y logra hacer pasar a Carolina a la oficina del Dr. Ferreira. Lisett queda abrumada por el pésimo día que le ha tocado vivir desde que se levantó ésta mañana.

Ángela logra calmarla y persuadirla hasta que se desahogara de tantas inseguridades. Lisett cuenta a su amiga el mal día y el motivo de sus distracciones.

Al salir de la oficina Lisett se da cuenta que afuera de la oficina se encontraba una motocicleta Vera, color plateado con rojo, le pareció conocida, vió dos cascos y un chico de espalda que montaba arriba de ella.

Observó y observó hasta que recordó que Elliot tenía una motocicleta igual a esa, una vez cruzando la calle se da cuenta que el chico que se encontraba montado en la motocicleta era Elliot, su respiración cambio de ritmo, comenzó a sudar frío, estaba muy nerviosa por un lado quería salir corriendo al encuentro con su amado y por otro pensaba en los desprecios infundados por él y el miedo a que la rechazara.

Dejó a un lado sus pensamientos y corrió hacia atrás a buscar al chico motorizado, corrió y corrió hasta agotarse cuando llega al sitio se quedó perpleja y sorprendida.