— Esta será su suite por todo el tiempo que estén aquí en Seúl, espero que les guste, si hay algo que les incomode, por favor, haganmelo saber, les prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para que su estadía sea lo más cómoda posible—. Dijo Dom.
Ana María se sintió extraña, ya que Dom estaba siendo demasiado formal, como si él fuera su sirviente o algo así, y la verdad es que ella no estaba acostumbrada a que la trataran con tanta cortesía.
Siempre en los set de grabaciones, trataba a todos por igual, con demasiada confianza, como si fueran sus amigos, incluso a las personas que trabajaban en mantenimiento.
La suite 30 era extremadamente amplia y hermosa, constaba de una enorme sala que mostraba un gran ventanal hacia la bella ciudad, sus pisos blancos brillaba como una perla, y sus grandes y espaciosos sofás color crema estaban bien acomodados frente a un enorme televisor.
En la suite habían dos habitaciones con una enorme cama en medio, frente a ella estaba una exquisita cómoda con un enorme espejo y a su lado un armario muy espacioso.
El baño era tan amplio que parecía otra habitación, sus paredes y pisos estaban brillaban como La Plata recién pulida y en medio había un enorme jacuzzi.
' ¿Cuánto costará una noche aquí?' Pensó la chica, el rodaje iba a durar un tiempo prolongado, por lo que el director estaría invirtiendo demasiado en ese hospedaje.
— Gracias Dom, todo está hermoso, ¿Cuando comenzará el rodaje?— Preguntó Ana María.
— Mañana los llevaré al set de grabación, hoy pueden descansar del largo y agotador viaje, pasaré más tarde para llevarlos a cenar y a conocer un poco la ciudad— Informó Dom.
— Bien, muchas gracias— Dijo Ana María muy agradecida por su buen trato.
En cuanto la puerta se cerró, Luis, que se había mantenido en silencio por un largo rato, volvió a hablar — ¿Estás segura que quieres que nos lleve a cenar? ¿y si nos lleva a comer perros o gatos?—
Ana María colocó los ojos en blanco, se sentía muy cansada por el viaje y su amigo solo estaba tratando de molestarla.
La mujer ni siquiera se molestó en reprenderlo, quería descansar, así que se dirigió al baño de su habitación para poder tomar un largo baño relajante y luego poder ir a la cama por un par de horas.
Cuando el reloj marcó las 6 de la tarde, el interruptor de la suit sonó, anunciando que alguien estaba llamando a la puerta. Ana y Luis estaban tan asombrados por la belleza del lugar, que ni siquiera habían notado que las suite poseían un interruptor y una pequeña cámara en donde se reflejaba la persona que estaba llamando a la puerta.
— Maldición, es Dom, pero apenas son las 6 de la tarde, ¿por qué está aquí tan temprano si íbamos a ir a cenar?— Murmuró Ana, ella estaba acostumbrada a tomar su cena a las 8 p.m. o 9 p.m. dependiendo de lo ocupada que estuviera.
Ana abrió la puerta algo avergonzada, pues todavía se encontraba en pijama, pero le explicó, que como él no había dicho hora, ella supuso que se aparecería a las 8 de la noche.
Dom sonrió y le explicó que en Corea la hora de la cena era a las 6 p.m. máximo a las 7 p.m.
Ana decidió que debía investigar un poco más acerca de las costumbres de ese país, para no tener que cometer tantos errores.
— Te dije, esta gente es extraña, ¿cómo van a comer a las 6 de la tarde? acaso no les dará hambre más tarde si comen tan temprano— Habló Luis en español.
Ana y Luis se vistieron bien abrigados ya que estaban en invierno y salieron junto a Dom, el hombre los llevó a un restaurante de comida occidental para que no tuvieran un choque cultural tan brusco, ya que estaba sien por siento seguro de que ninguno de los dos sabía comer con palillos.
Luego de cenar, Dom los llevó a conocer la ciudad, Ana María sacó una cámara de su bolso y le preguntó si no había problema en que tomara fotografías, a lo que el chico respondió con una sonrisa.
— Es un país libre, claro que puedes hacerlo, pero intenta no fotografiar a personas mayores sin su autorización, a veces, suelen ser un poco ariscos con los desconocidos— Comentó Dom.
Ana asintió con una sonrisa y se dispuso a tomar fotografías una detrás de otra. Los ojos de posaban en la hermosa mujer ya que era muy extraño ver a una chica como ella. Las extranjeras se identificaban con gran facilidad en la ciudad.
Dom decidió llevarlos a conocer el puente Banpo, dicho puente, estaba ubicado en el centro de Seúl sobre el río Han, y poseía cerca de 10.000 bombillas led, ubicados a ambos lados de sus 1.140 metros de longitud. También arrojaba cerca de 190 toneladas de agua por minuto, agua que pertenecía al río, haciendo que cumplirá un ciclo de reciclaje constante, debido a que el agua no era desperdiciada y con las luces de colores, hacía que la vista fuera un gran y hermoso espectáculo.
Ana estaba tan emocionada que comenzó a tomarle foto a todos y todo, habían varios turistas que se veían tan impresionados como ella.
De repente, vislumbró a un elegante y alto hombre que miraba fijamente el agua que caía, pero aunque sus ojos estaban fijos en el agua, Ana notó que su mirada estaba totalmente perdida.
Ella solo podía mirar el perfil del hombre, pero con solo eso, se podía observar que era un nativo del lugar, y que también era muy atractivo.
La chica no pudo resistirse a la idea de fotografiar a ese hermoso hombre que se veía mirando al horizonte, era una vista perfecta para una foto perfecta.
Dom le había dicho que era libre de fotografiar lo que quisiera, siempre y cuando no fueran personas mayores, y aquel hombre no era un niño, pero tampoco era un hombre viejo, ella le podría calcular entre 25 y 35, así que estaba en libertad de fotografiarlo, además, tal vez ni siquiera se enteraría de aquella foto.
La mujer no resistió más y click, presionó el interruptor de la cámara, haciendo que esta soltara un sutil flash.
Flash que no pasó desapercibido ante los ojos agudos de Bae, automáticamente volteó en dirección al destello de luz y vio a una hermosa mujer viendo su cámara fotográfica y riendo con orgullo.
' ¿Quién demonios se cree para fotografiarme sin mí autorización?' Pensó el hombre enojado.
— Oye tú, detente en este instante— Gritó Bae en coreano, su enojo se reflejaba en la manera en que alzó su voz, y sus ojos estaban fijos en la insolente mujer.
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Comments
Ana Elena Jiménez
jajajaja que tal , el día que comas perro o gato ni cuenta te vas a dar
2024-12-26
0
Moni Escobar
Jajajajaja como todo buen mexicano, pensando eso 🤣🤣🤣
2025-07-06
0
Ana Elena Jiménez
jajajaja Luis protesta por todo
2024-12-26
0