De piedras mágicas y herreros

Una semana después de la fiesta mande invitaciones a mis nuevos amigos. Unas horas más tarde ya tenía las respuestas afirmativas de ambos. El día del encuentro llegó con un clima algo nublado, y ventoso por lo que mi plan para estar en el patio se arruinó y cambie a un plan b en mi habitación. Prepare postres y te y mi madre me ayudo a cambiarme varias veces.

Estaba emocionada con la repentina petición para que mis amigos vinieran a pasar el día conmigo, quizás incluso más que yo. Nunca había tenido nada parecido a un amigo, ya que era una niña muy tímida y que dependía completamente de Vanessa. Tampoco nunca había pedido nada a mis padres, por lo que estos estaban más nerviosos que yo con la venida de mis amigos y ambos estuvieron presentes para recibirlos junto a mí.

Llegaron las 10 a.m. y dos coches se veían venir a lo lejos, tan pronto estuvieron en la puerta el primero se abrió, dejando ver un niño de grandes cachetes y bajito.

A pesar de tener 14 años Cain parecia de 9 o 10, y sus facciones aún no cambiaban. Lo vi una sola vez antes de morir y de lejos, pero lo que si pude apreciar de él fue que era un hombre alto y musculoso. Me costaba creer que mi dulce Cain cambiaría tanto. El niño se apresuró a venir a mi lado y se inclinó para saludar y presentarse. A pesar de que estaba temblando y tropezó con las palabras varias veces no le bajó la vista a mis padres cuando los saludó.

- Mi nombre e.. es Cain Alamand. E... es un verdadero placer conocerlos

- El gusto es nuestro Cain. Yo soy la Marquesa Mariza Emil Rimola de Essel. Gracias por ser el encantador amigo de Callia.

- ¡N.. No!, yo soy el a afortunado, por.. por conocerla.- hizo un lindo gesto y se puso colorado.

Mi madre sonrió encantada y mi padre simplemente se inclinó con una cara seria murmurando algo sobre su pequeño bebé...

El siguiente carro se abrió y de el salió Drake con una vestimenta muy pulcra. Se acercó y saludó de la misma manera a mis padres y con un apretón de manos volvio a saludar a Cain.

- Volvemos a vernos Alamand. - Su sonrrisa se veía sincera por lo que me sentí aliviada.

- Así e... es, joven Duque

Una vez adentro los invité a mi habitación y les serví te. Ambos chicos parecían muy curiosos y me hacían preguntas sobre mis cosas y colores favoritos.

Comimos postres y charlamos todo el día. Era muy divertido estar con ellos y me distraía de las cosas malas que estaban por venir. Cuando el día estaba llegando a su fin Drake encontró los planos en los que he estado trabajando.

- Callia, ¿que es esto?

- Nunca había visto un aparato así- Cain miró con curiosidad otro de los planos.

- He estado tratando de hacer unas máquinas que ayuden a mi padre con el procesamiento de las hierbas ..

- Si.. si esto funcionara haría mucho más fácil no solo el procesamiento de las hierbas, sino para los alquimistas procesar sus productos- Drake, estaba muy metido en el tema. Al parecer su interés en la alquimia siempre estuvo con él.

- Es posible- Replique- pero me falta conseguir las piedras de magia para hacerlos y un lugar que me los fabriqué.

- ¿El... el Marqués no puede ayudarla.. ayudarla en esto?- pregunto preocupado Cain.

- No es eso.. Es que quería que fuera sorpresa..- Era más fácil fingir ser una niña en este momento.

- Yo puedo conseguirle algunas piedras mágicas las que necesita Callia son pequeñas y en mi ducado hay muchas de esas.. el problema es conseguir las grandes. Pero si son de este tamaño es fácil conseguir un puñado..

- ¿De verdad ?- Mi cara se iluminó y le tomé las manos al niño entusiasmada. Ahora solo necesitaba conseguir un buen herrero. Mi suerte por fin comenzaba, estaba a unos pasos de salvar a mis padres.

- Claro. Esto no es nada para mi- Deake sonrío con suficiencia y dedico una sonrisa a Cain que lo miraba enojado.

- ¡Yo puedo ayudarte con la fabricación !- Grito de golpe Cain, que escupió las palabras tan rápido que hasta el monstro una cara de sorpresa por no haberse trancado. - Encontrare al mejor herrero.

Solté las manos de Deake y abracé emocionada a Cain, era tan tierno que moriría. Yo sabía que el problema en el habla de Cain era sólo por su timidez, ya que era bien conocida su historia de superación entre la nobleza en el pasado. Me alegra ver que se siente cómodo entre nosotros como para olvidar por un momento sus nervios. Además me ponía muy feliz la ayuda que mis amigos me habían conseguido.

Ví una sonrisa formarse por un segundo en su cara mientras miraba a Drake, pero sus inocentes ojos se voltearon hacia mi apenados por lo que supuse que solo habían sido imaginaciones mías. Drake tiró de mi y me pidió que le mostrara más planos con una sonrrisa.

Los niños estaban emocionados con el proyecto, de una manera que secretamente me complacía. Si no conseguía otra manera de conseguir estos recursos planeaba pedirles a ambos que me ayudaran, pero nunca imaginé que esto saldría de sus bocas.

La reunión terminó muy bien y despedí ambos en la entrada con una gran sonrrisa. Esa noche dormi tranquila por primera vez en un tiempo, ya que dos de mis preocupaciones estaban por resolverse.

Las semanas que siguieron los niños siguieron visitando mi casa. Estaban muy bien coordinados porque siempre que llegaba uno de sorpresa, el otro aparecía a la hora u hora y media de visita también. Por lo que los tres pasábamos la tarde juntos y discutíamos cosas sobre la funcionalidad de los modelos y como optimizarlos.

El conocimiento de Drake en magia me ayudó a entender muchas cosas sobre cómo calibrar y grabar las piedras mágicas que me había regalado, e incorporarlos en el modelo, y luego de unas semanas de búsqueda, el tímido Cain me informó que había encontrado el lugar ideal para construirlos y que me llevaría allí al día siguiente.

Todos quedamos en encontrarnos en la ciudad el lunes al mediodía en la plaza del reloj. La noche anterior no pude dormir, pues pronto los aparatos estarían finalizados.

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