Capítulo 4: ¡Si no tienes dinero, paga con tu cuerpo!

Pov Gustavo.

Lo más difícil sería convencer a la pelinegra que aceptara casarse conmigo, no sabía casi nada de ella. A excepción de dos cosas:

1) Que podia haber participando adrede para generar todo este caos.

2) Que estaba embarazada. ¡Joder! Si se encontraba en ese estado lo más seguro es que estuviera en una relación.

Frustrado me pase una mano por mi cabello desordenándolo por completo.

Al entrar no pude despegar mis ojos de ella, parecía un ratoncito asustado. ¿Acaso había usado un tono de voz demasiado fuerte?

Claro mi cara debía reflejar el mal humor que tenía en estos momentos, suavice mi rostro para que se tranquilizara. No debía alterar su estado de ánimo, eso le haría mal al bebé. Mientras buscaba las palabras para explicarle la situación ella empezó a disculparse.

De pronto una idea llegó a mi cabeza, sé que estaba mal lo que iba a hacer, pero no halle otra forma.

Pov Amy.

Al despertar lo primero que hice fue llevar las manos a mi vientre y grité aterrorizada- ¡Mi bebé! -

- Tranquila, el bebé se encuentra bien- dijo una voz desconocida. Gire mi cabeza para encontrar a la dueña de la voz y fue cuando note que me hallaba en un hospital. Al ver mi cara de confusión la enfermera me sonríe y sigue hablando. – Su esposo la trajo, el hombre estaba realmente preocupado, iré a avisarle que ya despertó- ¿Esposo? ¿A quien se refería? Antes de que pudiera preguntar la enfermera abandono la habitación.

Mire alrededor de la habitación y note que mi bolso estaba a un lado de la cama, lo tomé rápidamente para buscar mi celular, necesita una explicación urgente de Rosmira.

Entre a Telegram para escribirle un msj, pero quede en shock a leer el mensaje y ver la foto que me había enviado.

✉Amy, ¿Cómo pudiste ser tan descuida y confundir al objetivo? ¿Sabes la situación tan caótica que tu estupidez ha provocado?, no pienses involucrarme en el lío que te has metido, a partir de este momento estas sola y por sí no te ha quedado claro no recibirás ningún pago.

Aunque quisiera tomar una captura de pantalla para probar mi inocencia, el mensaje estaba para ser destruido en 1 minuto. Intente marca su número, pero enseguida me mando a buzón. ¿Qué diablos iba a hacer ahora?

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando se abrió la puerta y entró el hombre con quien desperté en el cuarto del hotel, ahora que lo veía a la luz del día pude notar era más atractivo que en las fotos, su cabello lucía desordenado y tenia la camisa a medio abotonar.

-Tenemos que hablar- Su tono de voz era serio, caminó hacia mí sin despegar sus ojos de los míos, eso me puso más nerviosa de lo que estaba, me miraba como si me quisiera asesinar y no era para menos por mi culpa se encontraba en boca de todo el mundo.

-Siento mucho todo esto, pero- Me silenció colocando uno de sus dedos en mis labios.

- ¿Crees que un lo siento resuelve todo? Claro que no. Pidiendo perdón el asesino no revive a su muerto-

-Lo aclararé- Él negó con la cabeza.

-No me interesa que lo aclares, eso no me hará recuperar el dinero que perdió mi empresa por este escándalo. ¿Tienes alguna idea de cuánto fue? - Negue con un movimiento de cabeza. – Claro que no, pero hay una forma en la que puedes arreglar esto. Quiero una indemnización por daños y perjuicios –

¿Pagar una indemnización?, esto iba de mal en peor. Dinero era lo que menos tenía.

-En estos momentos, yo no tengo dinero- Admití.

Me olvidé de como respirar cuando sentí su pulgar acariciar mi mejilla, estaba tan cerca que su aliento cochaba con el mío, poco a poco sus labios fueron hasta mi oreja.

-Verás, si no tienes dinero, puedes pagar con tu cuerpo- De inmediato lo aleje y mi mano se estrelló contra su mejilla.

-No soy una prostituta- Grite enojada.

-Auch- se quejó mientras colocaba una de sus manos en la zona del golpe–¿Está loca? ¿Por qué me pegas? –

- ¿Tienes el descaro de preguntar?–

-Hey tranquila, no tengo la culpa que tu mente sea tan cochina. Dije que me pagarías con tu cuerpo, pero no de la forma en la que piensas-

- ¿Quieres hablar claro? –

-Para apaciguar el escándalo debemos casarnos-

- ¿Qué? - chille. -Es una broma ¿Cierto? – Comencé a reír nerviosa, pero mi risa se esfumo al ver su cara de seriedad.

-Esto es serio, necesito que seas mi esposa por lo menos un año.-

-Yo…- No pude articular palabra.

-No te preocupes, solo serás mi esposa de papel. Firmaremos un contrato que tendrá una cláusula de confidencialidad. Absolutamente nadie puede saber que nuestra relación no es real. Si se llega a filtra a la prensa o alguien se entera de la verdad sobre nosotros tendrás que pagar 3 millones de dólares por incumplir el contrato, pero si respetas el acuerdo cuando nos divorciemos te daré una suma de dinero. –

-No puedo sacarme contigo, yo estoy embarazada-

-Eso ya lo sé, también me haré cargo del bebé. Te prometo que en su vida nada le faltara. - Se escuchaba sincero, pero dudaba que él supiera toda la verdad. Si se enteraba que yo fui con la intención de perjudicar a su hermano ¿Cómo iba a reaccionar? Sé que entre cielo y tierra no hay nada oculto, pero ganaría tiempo para demostrar que no fui la única culpable en todo esto. Además mi situación financiera no me permitía negarme.

-Aceptó-

-Gracias- susurró- Nos casamos el próximo fin de semana.

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