Durante milenios los grandes imperios han necesitado de protectores, individuos capaces de mantener el orden con un gran sentido de la justicia, sin embargo, la autoridad y poder con llevan a tener una responsabilidad mayor que la de los demás por lo que cualquier falta es claramente visible por quienes los observan, esta encarnación del fruto fue diferente a las demás llegué a pensar que fue única pues jamás encontré algo igual.
La vida de Borja el gran justiciero poseedor del fruto de la avaricia fue el gran Robin Hood que jamás haya existido, como cualquier otro soldado del gran imperio de Atlas. Sirvió fielmente a sus superiores todo para beneficio de sus gobernantes aun así en su interior se creaba un fruto que jamás creería que llegaría a poseer, de día podía parecer un simple sirviente amante de la justicia y de noche mientras dormía su cuerpo poseído por alguna extraña esencia demoniaca lo levantaba para cumplir con los deseos más avariciosos del pueblo de Atlas.
Sin saberlo Borja fue una marioneta total del fruto que apenas se formaba en su interior solo era el deseo pero, tan poderoso es el fruto que solo la intención permitía hacer cosas sobre naturales, poco a poco fue tomando forma y poder a medida que su deseo por beneficiar a otros se hacía más intenso, para el fruto la avaricia de satisfacer los deseos de otros generaba en si un placer indescriptible que al principio pasaba desapercibido, debido a sus grandes hazañas no fue mucho el tiempo que paso para que Borja ascendiera como soldado a comandante, ya ahora en una posición elevada el deseo del fruto comenzó a llenar su mente de intenciones oscuras.
Con un gran poder y respeto realizo una campaña para ayudar a los necesitados con sus propios guardias quienes en la noche se encargaban de saquear a los ricos del imperio, su deseo se convertía cada vez más en alimentar la avaricia del pueblo de maneras más absurdas así esto incluyera acabar con el imperio. Como mano derecha del gran gobernante de Atlas tenía la autoridad suficiente para impactar en el imperio sus decisiones fueron aplaudidas por muchos cuyos únicos deseos radicaban en la avaricia de sus corazones.
Borja aunque actuando bajo la influencia ya consiente del fruto comenzó a inquietarse por ver como las riquezas que alguna vez dio no hacían felices a sus beneficiarios y como estos no valoraban todo los esfuerzos de grandes robos a los ricos para dárselos a ellos finalmente se dio cuenta que todo lo que realizo inconscientemente por el fruto y más tarde consiente del mismo fueron en vano, pensando en todo esto llego a la conclusión de que toda la avaricia solo traería más avaricia por lo que decidió asumir la avaricia del imperio, nadie tendría nada y nadie sería nada. Este fue su credo, ordenando un saqueo masivo al imperio tomo todas las riquezas incluyendo hasta las de su propio gobernante esto desencadeno una serie de conflictos que no serían problema para quien ya en su interior se había materializado por primera sin necesidad de ingerir, transferir o la intervención divina se había dado vida a ser cuyo fruto prohibido estaba lleno de un poder maldito alimentado por toda la avaricia del imperio.
El poder sobre natural de Borja fue tal que el gobernante supremo del imperio Atlas tuvo que rendirse a sus pies, esto no significo nada para la encarnación de la avaricia pues este deseaba tenerlo todo. Incluyendo hasta la vida misma de todos los seres, aprendiendo a manipular su poder tomo la vida de más de un ser en el imperio quienes ya lo habían dado todo físicamente, por lo que exigió que debían darle su vida si no podían dar más nada.
Los días del imperio de Atlas fueron oscuros pues la avaricia de aquel pueblo dio origen a la personificación de tan desagradable pecado que consumido por su deseo de obtener cada vez más riquezas materiales, orgánicas o espirituales lo quería todo llevo el imperio a la destrucción total, esto no era de extrañarse pues a este punto se sabía que los frutos prohibidos del edén algunos en particular estaban desarrollando la personificación de los pecados mismos del universo cuando estos se alimentaban lo suficiente de los deseos de su huésped o de quienes lo rodearan.
En los últimos días del imperio Atlas, este se encontraba solo en un gran trono sin sirvientes, sin pueblo a quien gobernar solo Borja y nadie más, dentro de su ser sintió un llamado los frutos prohibidos de la gula, soberbia, ira, lujuria y pereza anhelaban su encuentro dentro de su cabeza los nombres aparecían y la visión de un ser llamado Gictroan se hacía visible, conforme se concentraba, se levantó de entre sus riquezas y marcho a su encuentro deseado.
Borja emprendió un viaje por las estrellas en búsqueda de su encuentro sin embargo la ruina que lo rodeaba tocaba el corazón de los pueblos en los que se instalaba, por lo que el fruto lleno de codicia y avaricia no desaprovecho el momento, para satisfacer su deseo de gozar viendo como las comunidades se destruyen entre sí por sus deseos de avaricia influenciados por este ser. Cuando ya no quedaba alguno Borja se manifestaba para tomar todo y llevarlo a otro pueblo quien sirviera de atracción para su retorcido deseo.
Para Borja la vida era muy preciada tanto que, aunque deseara también poseerla, esperaba pacientemente a que esta se sumiera en la avaricia tal que lo llevara a cometer los horrores más grandes por satisfacer sus deseos y al final como todo pecado su paga seria la muerte cosa que para el pecado de la avaricia era un deleite del cual se alimentaba.
Su última parada fue en el planeta de Valdrac mundo dominado por el pecado de la pereza y lleno del poder del fruto, cuyo encuentro ya había sido previsto en las visiones futuras que la gran Talya tuvo, al llegar el encuentro estaba alistado avaricia y pereza se miraba fijamente a los ojos esta es la primera vez que dos grandes frutos se encontraban en un ambiente no hostil, fue mucho el tiempo que pasaron juntos estos dos, avaricia solo buscaba obtener el fruto sin importar el costo mientras pereza solo buscaba su beneficio no movería ni un solo dedo ni tampoco cedería a avaricia pues ambos eran el caunter perfecto en una lucha por sus deseos ninguno de los dos se vería afectado y de poder ambos perecerían por lo que no sería opción un conflicto violento la unión de estos dos seres fue complicada pero exitosa ambos trazaron un objetivo en común adueñarse de los frutos prohibidos capitales restantes pereza se beneficiaba en el poder que obtendría mientras avaricia esperaba el momento adecuado para traicionar la unión y adueñarse de los frutos pues en su visión pasada de Gictroan pudo ver como el proceso de absorción deja una brecha entre la mortalidad y la inmortalidad sobrenatural cuya oportunidad aprovecharía aun así Talya con su poder de visión futura aunque limitado ya había visto lo que este haría, llegado el momento sus verdaderas intenciones se harían notar en un campo de batalla que jamás habrían visionado.
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