capítulo 14- segunda noche

Arya estaba en el jardín, recostada en un sofá bajo la sombra de un árbol y bebiendo una delicioso jugo de zanahoria, su vida en ese palacio era aburrida, pues todos sus deberes, los acababa rápido y el resto del día, se le hacía largo, todos los días era la misma rutina, le gustaría tanto poder salir de ese castillo, aunque, no haría mucho. Elsa le sugirió invitar a la señoritas de su edad, pero era molesto, solo eran chicas estiradas, las cuales solo soltaban veneno sobre otras señoritas que no estuviesen presentes, fue ahí, que estando en su momento de aburrimiento que vio al Barón Vitale, sabe bien quien es, porque su padre se lo presentó cuando ella visitaba el palacio, entonces significa que la chica que va tras él, es su hija y la protagonista de la historia, Rina Vitale, pero, según su memoria, ella no llegaba al palacio hasta el día de la fiesta, aunque, era normal, muchas cosas habían cambiado, pero Rina, era justo como la describen en la novela, un rostro hermoso, alegre y amable, y su largo cabello rubio, con enormes ojos como los de un tierno conejo.

Les ve entrar una sala, siendo la que suele usar la emperatriz cuando recibe visitas, supone que el Barón a traído a Rina para presentar sus respetos a la emperatriz, ya que en el próximo baile de debutantes, estará ella, en fin, es algo que a ella no le importa.

Los siguientes días, Vincent procuro reunirse con Arya para comer o desayunar, pasando ya un mes desde la ceremonia, lo que según la tradición, ambos deben pasar nuevamente la noche juntos, aunque siente que es algo innecesario tener que estar esperando a que se cumpla un mes, ya falta poco para que se reencuentre con Rina y no lo habrá aprovechado lo suficiente, Arya estaba recostada en la cama, hasta que finalmente Elsa le anuncia que el príncipe ha llegado y este entra cerrando la puerta tras de si. Esta vez, Arya solo lleva un camisón, nada fuera de lo normal, se pone de pié haciendo una reverencia ante Vincent.

- bienvenido sea, majestad.

- Lady Arya...bueno, si es incómodo para ti, podría solo...

- esta bien, en realidad he esperado ansiosa esta noche...

Arya se pone de pié desatando el cordón de su camisón y lo deja caer al suelo, mostrando su bella figura, piel blanca y curvas perfectas, así como un par de pechos firmes, Vincent se queda mirando fijamente, su esposa sin duda era una mujer muy hermosa, aunque eso ya lo sabía desde la primera noche; se acerca colocando sus manos sobre los hombros de la pelirosa y se inclina unir sus labios en un beso.

Arya corresponde mientras desabrocha la camisa, tocando de inmediato el bien torneado cuerpo de su esposo. Al acabar de desvestirse, se recuesta sobre la cama con el joven príncipe sobre ella, quien besa y lame su cuello y pecho, usando la diestra para masajear un seno, el cual encajaba perfectamente en la palma de su meno, pues este no era ni pequeño, ni muy voluptuoso, lo aprieta suavemente causando leves suspiros en Arya, los besos continuaron bajando, hasta que atrapo el otro seno, entre sus labios, succiona y lame este, notando como su esposa, se remueve por el cosquilleo que todas esas atenciones le causan, soltó el pecho para dirigir su mano, entre las piernas de la chica, frotando con el dedo medio su intimidad, tocando ese pequeño punto donde la hace estremecer y soltar el primer gemido, la primera noche, ella tomo el control pero esta vez, sería él quien lo llevará y la hará disfrutar por igual. Sus dedos se mueven en su interior, causando espasmos en el cuerpo de la chica, aunque para ella, el príncipe sigue siendo un inexperto, pero ya aprenderá y espera que eso se lo agradezca más adelante la protagonista.

- m-majestad...esta bien, ya puede hacerlo...

Vincent se sorprende por sus palabras, pero ya estaba algo ansioso, así que se acomoda empujando su erección dentro de la chica, Arya puede sentir su dureza abriéndose camino en su interior, por lo que suelta leves jadeos, mientras Vincent gruñe un poco, por sentirse envuelto en su cálido interior, sin esperar, comienza con un vaivén lento, disfrutando del roce de su interior y observando las expresiones de su bella esposa; Arya procura mover la cadera levemente para hacerle disfrutar también al príncipe, ante ello, el chico, le sostiene de la cadera empujando con más brusquedad, causando que sus cuerpos se pierdan en el placer, hasta que ambos alcanzan el clímax, Vincent se inclina un poco para poder besarla, siendo correspondido.

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