Capitulo IV

Me eligió a mí para su primera vez así que si que le debo una noche especial y no el revolcón rápido dentro de una oficina.

Melisa me dice en la puerta del ascensor

- No hace falta... hablar

fue cuestiones de momentos.

- Ahí si te equivocaste, yo necesito darte tu mejor noche y te la voy a dar.

Con esa promesa salimos de la oficina rumbo a mí departamento por momentos quería más pero en mis pensamientos resonaban las palabras no usamos protección, como pude ser tan poco responsable, para no pensar en las consecuencias.

No, no, no podía tener un bebé eso sería lo más estúpido que ella podía tener.

Cómo se permitirá ella traer un bebé sin saber si podía venir enfermo cuando ella no sabía de su origen de las taras familiares que podía tener. Ella había visto muchos niños abandonados en la casa hogar por enfermedades o por discapacidades físicas por esa razón no podía traer un niño al mundo no sin antes conocer sus orígenes.

Melisa pensaba:

Si lo que había escuchado de sus conocidas era verdad acerca de los embarazos ella debería estar a salvó de uno no deseado y para estar más segura estaba la píldora del día siguiente, así lo haría al volver a casa buscaría una farmacia.

Durante estos dos años solo fui un objeto más de la oficina y hoy me pide pasar una noche juntos, esto es un sueño hecho realidad el cual lo quiero vivir, ya mañana volveré a la realidad.

No quería pensar desde pequeña siempre se me había negado todo pero hoy podía aunque fuera por una noche ser parte de alguien sentir que le pertenecía.

Mañana es otro día pero esta noche voy a vivirla olvidando que yo soy solo la chica pobre y el un hombre rico que algún día formará una familia con niños sanos, fuertes y felices.

Tengo a mi casi hermana Lily sufre de una enfermedad genética llamada Síndrome de Morfon que tiene una probabilidad de heredar a los hijos en un 50% es desgenerativa y en ocasiones muy dolorosas, definitivamente no puedo traer un bebé al mundo sin saber mis orígenes.

Cuando Melisa entro al apartamento se ve algo tímida , me dirijo al bar y sirvo dos copas de vino.

Le digo

- ¿Podrías haber quedado embarazada?

- Imposible

- No hay nada imposible... y si llegara a ocurrir ¿qué harías?

- No pienso tener hijos .

- ¿Quieres decir que interrumpidas el embarazo si lo estuviera?

- No puedo contestar eso ahora y lo más seguro es que no, fue solo una vez y de estar yo sola me ocuparé de la situación.

- Melisa nada es imposible. Pero de algo si estaba él seguro que si estaba embarazada se haría cargo no permitiría que otro hijo suyo fuera abortado.

- De estar embarazada yo cuidaría de ti y de nuestro bebé.

- Yo se cuidarme sola y no necesito que nadie me cuide.

Williams

Dios!!! en realidad había dicho cuidarla de verdad me estoy aferrando a un posible embarazo. Sería que hacer el amor con ella le habría creado una confusión mental o era que estaba buscando reemplazar el hijo que apenas hacia unas horas se había enterado que nunca nacería.

- Melisa yo solo quiero que sepas que

- Silencio Williams no digas nada. Somos adultos y ambos sabemos que esto es solo una noche no un feliz por siempre.

El escuchar su nombre en los labios de ella despertó nuevamente el deseo de tenerla.

- Entonces Melisa estás lista.

- Si. Respondió ella con una voz muy segura.

La tomo de la mano y la llevó al dormitorio y la condujo a una inmensa cama, con una voz muy ronca le dijo.

- Melisa desnúdame

Ella nerviosa no sabía por donde comenzar pero sus manos tenían vida propia y comenzó sacando la chaqueta, luego saco la camisa de los pantalones y la fue desabrochando, abrió los puños de la camisa y se la quito, apreció el cuerpo que estaba desnudando la cautivaron sus anchos hombros y ese torso bien trabajando, cuando llego a la pregunta del pantalón el le tomo la mano y dijo.

- Espera

Sería que había cambiado de opinión o era que estaba haciendo algo mal.

Williams

- Es tu turno Melisa.

Poco a poco le fue soltando el pelo el cual cayó en sus hombros y espalda, el entrelazó sus dedos por su cabello y dió pequeño tirones para hacerla bajar un poco la cabeza y así besar sus labios, ella le correspondía y eso lo hacía desearla más.

Williams le fue bajando el vestido y la ayudó a salir del círculo mientras le acariciaba.

- Tranquila esta vez iré con calma y no te haré daño besando en los labios, luego comenzó acariciarla y besarla por todo el cuerpo.

Ella se abrazó a el y disfruto de estar entre sus brazos, sabía que eso no tenía futuro pero disfrutaría las pocas horas que estuviera con el, antes de volver a su realidad.

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