DESICIÖN

Jadai no sabía como disimular, estaba con la vista hacia la puerta muy impaciente, sin importarle mas nada solo dijo.

-Fue un accidente joven.

Y corrió tras Emil, gritando como una loca.

¡Querido ! ¡Querido!.

Maldiciendo a Hannat, con todas sus fuerzas

Ella empezó a llorar desconsoladamente al ver que se había marchado, pronto los Señores Ferrer corrieron tras ella.

-Querida espéranos. Hija no llores, Mi hijo seguro tuvo una emergencia en el hospital,  hace ratos lo llamaron, ¿ No es así Tom?, -dijo ella nerviosa, jaloneándole del traje-.

-Así es, Hija vamos a casa necesitamos curar tu quemadura, -respondió el consolándola-.

 Ellos voltearon la mirada hacia Hannat con repudio, y sin dudarlo se macharon.

 Mientras que Hannat estaba consternada por la presencia de Jeicob, sosteniéndola con dulzura.

-Oh Hola Jeicob,  gracias por ayudarme, estoy bien, fue un accidente.-Dijo ella nerviosa soltándose de su agarre-.

-¿Cómo es que tienes la cara roja? dime ¿te hicieron algo?, porque si es así yo...

-No es nada y más bien ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo sabías que estaba aquí?, -preguntó ella extrañada-.

 -El Sonriendo dijo.   - Ah Abi Así me contó que estabas trabajado aquí, y quise venir a verte, por cierto ella  no tarda en llegar, mira justo está ahí. -Exclamó el muy enérgico indicando la entrada-.

 Abi sin dudar corrió a saludar.

-Que es este desastre, ¿que pasó?, ¿por qué tienes el cachete rojo?, -exclamó señalando los platos rotos-.

Jeicob habla que fue lo que pasó. -Expresó ella muy furiosa-.

-No se, sólo vi que ella estaba en el piso, y habían personas ahí, pero mi atención se robó su débil rostro en ese instante. -Respondió el muy confuso-.

 -¿Qué?  Seguro que alguien la lastimó. ¡Yo los dejo calvos! ¡Para donde se fueron!, -exclamó ella exaltada-.

-Abi, te dije que es un accidente, eso puede pasar en mi trabajo, tranquila.

-Amiga no me gusta que te humillen, no lo soporto, vamos a casa, te exijo renuncies, yo pagaré la cuenta, vamos....

No digas nada, silencio, estoy muy molesta, ¡Vamos!.

Pronto salieron, el aire era muy cargado.

Mientras que al otro lado del Restaurant Emil estaba en un lujoso bar, dispuesto a ahogar sus celos con alcohol.

 El alcohol no era su fuerte, por su trabajo como médico nunca le gustó pasarse de tragos, pero esta ves estaba dispuesto olvidar hasta su nombre, estaba poseído por los celos,  la escena del restaurant se repetía una y otra ves como una película, no lo podía soportar, estaba enloqueciendo,  empezó a beber como un loco, tras 10 vasos del licor mas fuerte, estaba completamente borracho, a duras penas salió del lugar apoyándose de la pared, empezó a caminar a duras penas hasta la pista, pronto tomó una taxi como pudo y se dirigió a la casa de Hannat, tras largos minutos de viaje ya habían llegado, el se aproximó a lanzar un gran fajo de dinero en el rostro del conductor y bajó a como pudo, se digirió tambaleante y una ves que estuvo en la puerta el empezó a gritar como un loco.

-¡Hannat, mi amor! ¡ábreme!, -dijo él sin dejar de tocar la puerta con desesperación-.

Pronto se encendió la luz de la casa y Hannat en pijamas salió a prisa, al verlo se sorprendió mucho.

-¡Cielos!, ¿Qué está haciendo aquí?, -exclamó enojada, tapándose la nariz-, ya que el olor era muy fuerte.

-Hannat mi amor, soy un completo estúpido, un cobarde por no aceptar que me gustas, -dijo el mientras sostenía sus manos-. Estoy arrepentido, perdóname.

-¡Estás borracho!, hablas incoherencias. -exclamó ella frunciendo las cejas como signo de incredulidad-.

-Te lo juro por mi madrecita, estoy enamorado de ti, -dijo el mientras besaba su mano como un acosador-.

-¡Basta!, no puedo creer en la palabras de un borracho, -dijo ella mientras quitaba sus manos con fuerza-.

-Te lo juro, ¡No soporto que otro hombre te toque!, ese imbécil de cara bonita, es un completo idiota, ¡¡¡una basura!!!, si te vuelve a tocar lo mato, -gritó el muy exaltado-.

-¡¡¡No digas tonterías!!!, no creo ni un dicho de tu boca, seguro mañana lo olvidarás todo, eres...

Pronto él no la dejó terminar la frase, la tomó de la cintura y la besó con mucha pasión, en ese instante el olor a alcohol se transformó en el aroma de lavanda, ella estaba perdida, sus labios carnosos que se movían sin medida, mientras que su corazón empezó a latir sin control, después unos largos e intensos besos apasionados, ella se detuvo.

-Emil júrame que esto es real, dime que no te arrepentirás el día de mañana, -exclamó ella entre lágrimas mientras sostenía su rostro-.

-Te lo juro. -respondió el, mientras besaba su frente-.

Bueno yo tengo que marcharme, debes descansar..

Hannat no quería dejarlo ir, tenía miedo que al día siguiente él olvide todo, pronto tomó su mano mientras él se volteaba y dijo.

-Es muy noche, son las 12, tengo miedo que te pase algo, quédate conmigo.

-Está bien, entremos entonces.

Ella lo ayudó a entrar, y pronto lo recostó el el viejo sofá, mientras que ella se fue a acomodar su habitación para darle por esa noche, para que pueda dormir bien, pero cuando volvió a avisarle él ya estaba profundamente dormido, ella cogió unas viejas sábanas y lo cubrió, entre tanto su mamá bajó de su habitación muy curiosa por la escena que presenció desde su ventana, Hannat no dudó en contarle que su sueño se hizo realidad, él se había enamorado de ella y se le había confesado, su mamá saltó de alegría y la abrazó..

-¡Que feliz me hace esto mi niña!.

-Shhhhhhh silencio, lo vas a despertar, vamos, hay que dejarlo descansar.

Pronto ellas con mucho cuidado se fueron a descansar.

****Al día siguiente****

Hannat se levantó muy temprano y corrió a ver a Emil, él todavía estaba dormido, se veía tan atractivo hasta cuando dormía, ella la contemplaba con dulzura mientras acariciaba su bello y perfecto rostro, pronto el abrió los ojos con pereza y en cuanto la miró sonrió plácidamente.

-Buenos días mi amor, -dijo él mientras sostenía su mano-.

Ella estaba demasiada feliz , todo lo que ocurrió era más real que el aire que respiraba, pronto ella la besó.

- Hehe disculpen tortolitos\, -dijo doña Chena mientras\, se acercaba a la sala con un vaso de agua con miel-.

Al instante ellos se detuvieron muy avergonzados.

-Señora Chena, perdón, tal ves se llevó una mala impresión de mi anoche, -dijo el mientras se levantaba a prisa-.

-No se preocupe doctor.

-En realidad me gustaría conversar con usted, -dijo él muy nervioso-.

Tomó a Hannat de la mano, y caminó en dirección a ella.

-Señora amo a su hija, y quiero hacerla mi esposa, se que puede sonarle una locura pero no puedo vivir sin ella.

Ellas se quedaron perplejas no esperaban eso tan rápido.

-Doctor, el matrimonio no es un juego, ¡está seguro que quiere casarse con mi hija?, -dijo ella extrañada-.

-Completamente seguro, -Dijo el con seriedad-.

Hubo un minuto de silencio.

-Entiendo, entonces dejo a mi hija en sus manos, no puedo negarme si usted la ama, verá no somos rica, pero si somos sinceras. Bienvenido a la familia, -gritó muy emocionada mientras lo abrazaba-.

-¡YEEE tengo Cuñado!, -gritó Thiago mientras corría a abrazarlo-.

-Petizo que chismoso eres, -dijo Hannat mientras reía contenta-.

-Claro que no, los oí sin querer.

Todo el ambiente se llenó de risas, cuando de pronto el teléfono de Emil empezó a sonar, era Jadai, quien lo llamaba insistentemente.

-Amor, contesta, tal ves sea urgente.

Emil de mala gana contestó.

-Dime.

-Querido ven urgente al hospital, el paciente que operaste ayer entró en estado vegetativo, -dijo ella muy alarmada-.

-¿Que?, ok voy para allá.

Al instante colgó, muy preocupado.

-Lo siento surgió una emergencia en el hospital, me tengo que ir.

El salió a mucha prisa, tomó un taxi y se fue deferente al hospital.

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