No voy a hacer lo que tu quieras

Entre en shock, no sabía qué hacer, empecé a temblar del coraje

-¿quien se cree este idiota? ni que fuera mercancía, además, apenas y lo conozco. Qué horror de hombre, lo que tiene de guapo lo tiene de ….

De repente sentí que alguien me respiraba por atrás y me quede estatica

-¿Con que te parezco guapo?

-Sí, oíste bien, y yo quiero que me trague la tierra por haberlo dicho y porque me hayas escuchado, pero ya lo hiciste así que ni modo que te diga que no lo dije, pero no por eso te creas con derecho sobre mí, ni yo te conozco a ti ni tu a mí, así que…

Apenas iba a continuar a mandarlo por un tubo cuando me beso, yo le di un empujón y me lo quite de encima, se rió de mí y yo enfurecí más de lo que ya estaba. Cuando dio unos pasos me grito

–¡que bien te ves con ese vestido amarillo!

Se alejó del lugar colgando en sus hombros un saco divino y las mangas de la camisa recogidas a medio brazo, se veía tan espectacular, pero yo me quede echando chispas, con ganas de haberle tirado encima la taza de café que estaba preparando para el Sr. Gómez, mi jefe directo.

Como pude termine mi jornada, y me retiraba a mi casa, estaba esperando el autobús cuando vi otra vez el lujoso auto negro esperando por mi nuevamente. Alguien bajo el vidrio y me dijo –súbete – a lo que yo me negué, se bajó Erick del auto, yo me quede petrificada nuevamente y sin moverme me jalo del brazo y me subió a la fuerza al auto.

Yo estaba súper enojada, ya en el carro me agarro la cara y me dijo

-entiende que de hoy en adelante harás lo que yo quiera y si te digo que te subas te subes, ¿quedo claro?

-Nooo, no quedo claro y no voy a hacer lo que no quiero hacer, así que quítate. Obviamente no lo pude mover ni un centímetro cuando el auto entro en marcha, ya enfrente de mi departamento me dijo – ahora si ya, bájate.

Con todo el coraje que sentía en ese momento me baje y azote la puerta, por la ventana el grito y mañana vienen por ti y te vas con el chofer.

Alexa y Tamara no podían creer lo que estaban viendo y escuchando, empecé a llorar por el coraje y la impotencia de siquiera pensar en tener que hacer lo que ese engreído quería.

No puedo creer que ahora vaya a hacer de mi vida un infierno, tan agusto que estaba en mi trabajo y en mi vida perfecta, no puedo creer que ese estúpido se apareciera en mi vida, simplemente no lo puedo creer.

Tamara y Alexa solo se me quedan viendo con unos ojotes

- Tranquilízate amiga, te vas a enfermar, no le hagas caso, es solo un niño mimado que nunca le han dicho sus verdades y nunca le han dicho que no, ya verás cómo al rato se le pasa y te deja de molestar. –dijo Tamara

-Nada más falta que empiece a hacer tu vida un infierno, y se obsesione contigo. Pero tu calmada, que entre más te enfades con el mas terco se pone.

-tendrán razón amigas, es un loco posesivo que siempre ha tenido lo que quiere, pero esa no voy a hacer yo, como le dije está muy guapo y tendrá mucho dinero pero conmigo que no se meta, a mi no me interesa nada de eso, mucho menos él.

-nunca te había visto tan enojada, y no quiero que ese imbécil saque lo peor de ti, así que olvídalo y vamos a merendar.

Alexa saco unas cajas de cereal y empezamos a servirnos, pusimos música, lavamos los platos, bailamos y cantamos un rato y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente hicimos lo que todos los días, nos preparamos para ir a trabajar, ya nos estaban ganando los nervios a las tres porque faltaban pocas semanas para regresar a clases y en ese momento nuestros trabajos nos consumían todo el tiempo, Tamara y Alexa dejarían sus trabajos pero para mí eso era imposible, afortunadamente había ahorrado algo de dinero y podría sacar el semestre con menos horas de trabajo y dedicarme a la universidad.

Salí de la casa a tomar el autobús y cual fue mi sorpresa al ver el auto negro nuevamente, no creí que estaría ahí, pero me equivoque, estaba esperándome, pero igual no hice caso y me subí al autobús.

Cuando llegue a la oficina Erick estaba afuera, se veía muy molesto, la vena del cuello se le veía marcada a punto de explotar y yo solo trague saliva.

- ¡¡¡Te estaba esperando!!!

- A sí, ¿cómo para qué?

- ¿Que te dije ayer?

- que nadie te desobedece pero yo sí, a mí no me importa lo que tú me ordenes, porque no eres nada mío, y solo yo me mando, ¿algún problema?

- ¿sabes que? me estas hartando y no quieres conocer ese lado mío

-pues discúlpame, pero no quiero conocer ningún lado tuyo. Y voy a llegar tarde por tu culpa, así que con permiso

Empecé a caminar hacia el edificio y siento un jalón

- ¿otra vez tu jalándome del brazo? pues ¿quién demonios te crees?

- a mí nadie me deja hablando solo, ya aprenderás quien manda

- mira - ya con lágrimas en los ojos, porque me estaba apretando muy fuerte- ya déjame en paz, ni siquiera te conozco, porque no vas a dar lata con otra y a mi déjame tranquila

Me soltó y me permitió seguir, lo seguí con la mirada e iba que echaba chispas del coraje, se subió al auto y arranco. No podía creer que había comenzado a vivir una pesadilla, a mi nadie nunca me había tratado así.

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