Intentó no chocar contra la puerta y el velador de la habitación, todo estaba oscuro y no tenía linterna, estaba recordando en dónde había dejado las velas que había comprado para este tipo de casos, pero no lograba acertar en el lugar.
Recordó que en su bolsillo debería permanecer el encendedor, afortunadamente lo encontró y lo prendió enseguida. Logró avanzar con cuidado hacia la cocina mientras revisaba cajones en búsqueda de las velas.
-¿dónde estabas?- la voz de Naoki casi la hizo saltar de susto.
- ¿desde cuando que estás de pie? No logro ver nada.-
- Quizás sea el trago, pero veo perfectamente a pesar de no haber luz. ¿Qué buscas?.-
- Velas, creo que- revisaba unos cajones mientras sujetaba el encendedor- dejé unas por aquí.-
Naoki le arrebató el encendedor y se sirvió a alumbrar, pero el muchacho olía a alcohol, por ende tenerlo muy cerca le mareaba. Recordó la resaca con la que había quedado cuando se emborrachó en Akasaka.
- Aquí las encontré- logro decir con éxito. Prendió dos velas y las dejó en el living.- creo que sería bueno que llamaras a casa.-
- volveré más rato…-
- ¿volver? Volverás cuando haya pasado la tormenta.- decía mientras avanzaba con prisa hacia su habitación.
- ¿Eso es una orden?.-
- Tómalo como quieras-
- Volveré cuando yo lo decida, una mujer no va a decirme que debo y no debo hacer.-
Cuando finalizó de hablar, sintió un golpe duro en la espalda, Leonell le había lanzado en la espalda el cobertor, volteó y divisó a la muchacha de pie cerca de la puerta que conducía al living, en ese preciso instante una almohada había dado de lleno en su frente.
- buenas noches, a tu derecha está el baño, quítate esa ropa mojada y cúbrete con eso-
- un momento!- alzó la voz completamente ofendido.- no porque esté pasado de copas voy a hacerte caso en todo!.- avanzó decidido hacia la muchacha y le tomó el brazo.- prometiste festejar conmigo.-
- ok ok, brindaré contigo y me iré a dormir.-
- entonces siéntate por favor.- se sentó a su lado y sirvió dos vasos con sake.
- Bien brindemos entonces- dice Leonell sin muchas ganas.
- Brindar no es lo mismo que festejar.-
- Festejar que eres un imbecil porque no eres capaz de asimilar las cosas que sucedieron me parece una tontería.-
- Entonces festejemos por las mujeres que se emborrachan y acosan niños.- sonrió maliciosamente. La sonrisa desapareció inmediatamente al advertir que Leonell le había propinado una bofetada.
Leonell se levantó de su lado tomó el vaso y dijo – entonces brindemos por la carrera de mañana, ojalá ganes y te lleves un trofeo a casa.- bebió un sorbo, dejó el vaso en la mesa y se dio media vuelta.
-no voy a correr!!- gritó.- no vuelvas a decir eso!.-
- buenas noches.- comenzó a caminar hacia su habitación.
- Él era todo lo que yo tenía…- el muchacho divagaba. Leonell se quedó escuchándolo aún sin voltear.- desde pequeños éramos amigos, ambos corríamos en motocicleta…¿Cómo quieren que corra después de haberlo visto…?....- guardó silencio mientras se cubrió el rostro. Añadió después de una pausa.- ¿Cómo podría conducir la motocicleta que mató a mi mejor amigo?.- se apoyó en el respaldo del sofá y comenzó a fregarse el rostro con las manos.
- está bien, lo siento…no sabía…- añadió Leonell intentando consolarlo. Avanzó hacia la cocina, mientras ponía la tetera y servía el café en polvo en una taza.
Naoki no respondía, solo se escuchaba la respiración del muchacho elevada y dificultosa. Cuando el agua comenzó a hervir Naoki se levantó.- ¿dónde está el baño?.-
-a tu derecha-
Avanzó zigzagueando y se encerró ahí unos minutos. Leonell sirvió el café y se quedó sentada comiendo un poco de papas fritas que se encontraban sobre la mesa, a pesar del estado en el cual Naoki se encontraba sus ánimos se habían calmado unos instantes, la compañía de una extranjera no era algo usual y menos permanecer en la casa de una extraña.
Quiso vomitar toda la mierda que portaba, se sentía confundido y el pequeño baño le daba vueltas, se apoyó en el muro, no veía nada, de apoco la vista comenzó a acostumbrarse a la oscuridad, buscó el lavamanos y se mojó el rostro, una y otra vez.
Perdió la noción de cuánto tiempo permaneció allí encerrado, pero cada vez se sentía peor, le dolía el estomago, había abusado del sake y su cuerpo necesitaba expulsar algo. Al cabo de un instante vació su estomago y raramente todo lo mal que se sentía se redujo a un leve dolor de cabeza.
Salió del baño ya mas conciente y observó a su alrededor. El departamento de la muchacha estaba casi en orden, ella estaba sentada en un gran sofá de mica, dos velas yacían sobre una mesa cuadrada de madera que se situaba frente al sofá, estaban casi apunto de apagarse, y el fuerte sonido del viento y el choque de las ramas de los arboles unas con las otras, mostraban un escenario holocaustico.
Se acercó hacía la muchacha sin pensar por qué lo hacía, pero tropezó con las mantas que ella le había arrojado hace un rato, se apoyó instintivamente en el sofá pasando a tocar la mano de la muchacha. Advirtió que ella estaba dormitando y con ese brutal gesto ella se había despertado de un salto.
Ambos se miraron sin decir nada.
- ¿ya te sientes mejor?- dijo Leonell mientras se fregaba los ojos.
- Si, perdona por lo de recién, no vi las mantas…- se sentía incomodo y quería irse pronto.
- Te preparé un café para que te despejes- le extendió la taza, el muchacho se sentó a su lado y bebió el tibio café unos instantes. Al cabo de un rato de silencio una de las velas terminó por consumirse. Lo cual llamó la atención de ambos.
- ¿Tienes mas velas?- preguntó Naoki
- Creo que no…mejor vamos a dormir- ella se levantó y tomó el candelabro con la vela consumida pero algo de esperma le cayó encima, saltando sobre su mano, instintivamente ella soltó el candelabro que terminó por ensuciar gran parte del rojo sofá.- no puede ser!- musitó la muchacha con descontento- que mala suerte tengo!.-
- Limpiémoslo entonces- dijo Naoki intentando aportar algo.
- Iré a buscar algo para limpiar esto.-
En unos instantes apareció con un montón de útiles de limpieza, mientras el muchacho le alumbraba con la vela, ella intentaba limpiar los restos de vela seca que se habían impregnado en la tela. Con éxito el sofá terminó con una gran mancha acuosa que impedía sentarse ahí.
- creo que hoy no es mi día de suerte- suspiró Leonell mientras asumía la idea de invitar a su habitación al muchacho.
- Me lo dices a mí- suspiró Naoki algo mas repuesto.
- Compartiremos mi cama, pero escucha, no te atrevas a intentar algo porque te golpearé-
- Yo me marcho a mi casa- dijo en seco y con un tono de voz serio.- no creas que me gustan las tipas como tú.-
- Como gustes, nadie me ha obligado a traerte hasta acá- Leonell se levantó y tomó la vela que aún permanecía encendida junto al cobertor que estaba en el suelo y caminó hacia su habitación- es difícil que puedas irte con esta tormenta. Te aconsejo que esperes un rato más.-
- No soy estorbo de nadie-
- Que obstinado, solo queda esta vela y prefiero acostarme-
- Ve, yo me marcho.-
- Bien, suerte-
- Adiós-
Naoki se dispuso a salir abrió la puerta, pero el viento y la lluvia que se manifestaba en aquel entonces estaba impidiéndole el paso, como también, a cualquiera que intentase cruzarse, suspiró y asumió su derrota, avanzó con vergüenza hacia la habitación de la muchacha.
Leonell se sonrió y le invitó a pasar, estaba segura que por más que intentase aparentar soberbia con ella, no podría marcharse con una tormenta viva afuera.
Ella se había sentado sobre la cama y Naoki frente a ella. Intentó ponerse cómodo, aún estaba algo atontado con el trago, pensaba y controlaba sus movimientos, pero necesitaba reponerse del todo.
Ella se cubrió con mantas y compartió las suyas con el muchacho. Ambos quedaron cubiertos en la cama, un silencio aterrador se apoderó de aquel momento.
- ¿Por qué has bebido tanto?- atinó a preguntar Leonell
- Porque quiero escapar…-
- A mí me sucedió algo similar, por algo estoy aquí en Japón.-
- Me imagine algo así, no eres alguien que pueda hacerse cargo de una situación difícil…-
- Basta, a fin de cuentas no me conoces, por favor duerme.- se recostó y se cubrió completamente con las mantas.-
Naoki sabia que estaba en deuda con la muchacha, no le agradaba del todo, y sentía gran desconfianza de una extranjera, se sentía pasado a llevar y humillado, en estos momentos le importaba mucho haber sido el centro de su atención y haberle causado tal lastima; ir en su búsqueda y hospedarle encontrándose ebrio.
Se recostó del otro lado mientras sentía la ropa húmeda pegada a su cuerpo, tenía muchísimo frio, y el ruido provocado por el Tifón no le agradaba en absoluto.
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Comments
Nachita
abusa de eeeeeel >▪︎<
2022-08-11
3