Ya estaba empezando a oscurecer, corría mucho viento, pero no era alarmante, se advertía la gente limpiando las canaletas, algunos guardaban pertenencias de los patios, otros retiraban la ropa que habían lavado.
El viento movía los cabellos de ambos mientras caminaban uno al lado del otro, sin decir más.
Al cabo de un rato rompieron el silencio.
- a propósito…- dijeron al unísono.
Se miraron, mientras caminaban, la situación le había causado gracia a Leonell, Yuuki le miraba alegre.
- Tu casa es grande ¿se han preparado para el Tifón?-
- No, para nada, iba a preguntarte lo mismo Leonell-san-
- Debo asegurar el balcón, siempre se mete agua por ahí, lo haré llegando a casa.-
- Si gustas puedo ayudarte-
- Mi apartamento es algo viejo, y se tranca el ventanal que da al balcón, te lo agradecería, pero considero que es muy abusivo, esta es tercera vez que te veo.-
- No te preocupes, lo haré encantado.-
Ambos caminaron en silencio durante un rato, se notaba un ambiente incómodo. Yuuki se sentía de maravilla, le fascinaba estar cerca de ella, pero pensaba a la velocidad de la luz, en que preguntarle, como abordar un tema, de gustos quizás; ¿cine, música, cultura?, ¿comida?, estaba pensando y pensando y no lograba decir una sola palabra.
Por otro lado Leonell se encontraba algo anonadada con la escena que le brindó Naoki “Hazme compañía unos minutos, estoy algo triste” Algo triste, seguro que sí -pensó- triste para atacarme y hacerme sentir incómoda. Estoy segura que estará pensando que soy cualquier clase de mujer – suspiró-
- Leonell- san-
- Llegamos- interrumpió, sacó las llaves y abrió la puerta del departamento – puedes entrar-
- Gracias-
Ella dejó su abrigo sobre el futon, esta vez el notebook estaba apagado y la casa no estaba ordenada, en lo absoluto, había bolsas con mercadería sobre la mesa de la cocina
–ponte cómodo Yuuki-kun-
- por cierto Leonell- san…- se sentó en el gran sofá, mientras hacía a un lado el abrigo de la muchacha. Ella captó inmediatamente la atención del muchacho- hoy he leído “Destroyer” es una novela de suspenso y asesinatos muy buena, me gustó mas leerla que escucharla de Maya-chan… –hizo una pausa.
Leonell guardaba los productos que había comprado, mientras escuchaba y le miraba de vez en cuando.
- pero hay algo que no me queda muy claro- retomó- en la revista de hoy ha salido la publicación del capítulo número 20-
- Entering into the mansión-
- Si, ese mismo- dijo algo confundido.- pero en tu ordenador leí el capitulo 21-
- No estaba completo…- añadió acercándosele.
- No lo sé, solo me dio curiosidad saber si es que… quizás lo estaban subiendo adelantado en alguna página de Internet-
Leonell lanzó una pequeña carcajada y se sentó al lado del muchacho. Él se avergonzó pensando que quizás, ella se estaba burlando de él al ser tan ignorante, después de todo, era segunda vez que leía fragmentos de aquella novela.
- Que yo sepa no hay ninguna página en Internet dónde descargarla, si llegases a encontrar una avísame, así reclamo mis derechos de autor.-
Al comienzo no entendió muy bien la frase, no fue culpa de la pronunciación, se quedó mirando la nada y agachó la cabeza, luego le rebotó la última frase. “así reclamo MIS derechos de AUTOR”. Se levantó diciendo en voz alta- TÚ!...- le miró; ella estaba mirándole intrigada y sonriente- Es posible que tú… seas la escritora de esta novela?-
- lo soy- dijo ella calmadamente.
- Grandioso!!!- se sintió tan contento y afortunado, advirtió que estaba de pie y se volvió a sentar, le tomó las manos instintivamente- eres genial Leonell- san-
Ella le miró algo asustada, los japoneses no eran muy cariñosos, sobre todo con gente que no conocía, siempre tenía las manos frías pero Yuuki las tenía tibias y agradables. Ella bajó la vista y observó la postura unos segundos, tiempo suficiente para que el muchacho se diera cuenta de su acto desmesurado, la soltó inmediatamente y agachó la cabeza, completamente sonrojado.
De una u otra forma, le había tomado las manos, eran suaves, delicadas y frías, no se arrepentía pues había gustado del momento, se había dejado llevar por la emoción y no había pensado. –lo siento- se excusó
- No te preocupes, no soy de aquí después de todo, hay muchas costumbres que ustedes no tienen y yo sí-
- Como andar con zapatos dentro de la casa- dijo Yuuki intentando cambiar el tema.
- Así es-
- Vives sola acá en Japón Leonell-san?-
- Sí..-
- ¿Y tus padres?-
- Ellos…murieron en un accidente…-
Yuuki prefirió guardar silencio, la pregunta fue inoportuna y sintió que las había cagado.
Leonell se levantó y fue a preparar café – no te sientas culpable- añadió- no tienes la culpa..¿Quieres un café?-
Recordó a su Padre y a su madre rumbo a Osaka, esperó con todas sus fuerzas que ambos se encontraran bien – de todos modos.. Comprendo como te debes sentir…creo que me siento parecido a ti, mi Padre trabaja en otra ciudad y mi madre llega en la noche, a veces es como si no estuvieran..-
-pero están...¿Quieres café?-
- no gracias, por cierto dime dónde está el balcón para arreglar la ventana-
- en mi habitación, al fondo a la izquierda-
Leonell intentó fingir madurez, el tema le dolía tanto como el primer día, había escapado con el dinero del seguro, no había enfrentado a sus familiares lejanos y estaba sola, completamente sola, ¿Cómo podría entenderla un mocoso 6 años menor que ella? Se sentó en el sofá y prendió el ordenador, junto a la taza con café se sumergió en la escritura un par de minutos.
Por otro lado la habitación de la muchacha era extraña, constaba de una cama, un velador y un televisor pequeño. No se veía cómodo ni entretenido permanecer mucho tiempo ahí, pero sentía profundo interés por Leonell, reparó el balcón y se sentó en la cama.
Era blanda y cómoda. En el velador había un colgante con una piedra de color azul, tomó entre sus manos la piedra y la palpó unos instantes.
Sintió un leve dolor en el pecho, ¿ahogo?, ¿Tristeza?, no comprendía que sentimiento estaba despertando en él en aquel instante. Quiso soltarla pero sus manos la aferraban con fuerza. Se tocó la frente y luego bajó su mano por los ojos, fregándoselos, pero algo anormal le estaba sucediendo.
Todo estaba completamente oscuro, estaba acostado en algún sitio, no era importante, pues el cielo estrellado estaba frente a él, mientras pasaban cometas y estrellas fugases por su cabeza, alguien se cruzaba frente a él, su cuerpo sin inmutarse se había inclinado y se encontraba frente a frente con una silueta humana; de ella brillaba un objeto en su cuello.
-Escucha-
La voz de aquel ser se apreciaba dificultosa y con eco.
-Tú y yo estamos unidos-
A medida que comprendía cada palabra el colgante comenzaba a aclararse más.
Abrió los ojos, estaba cómodo y caliente. Se dio cuenta que yacía acostado sobre la cama de Leonell, estaba cubierto por algunas mantas y el cuarto estaba a oscuras.
Se levantó de un salto, Leonell no se encontraba en la habitación, observó su reloj marcaba las 01:35, -¿Como pude haberme quedado dormido?…-salió de la habitación en búsqueda de la muchacha, cuando se asomó por el living, advirtió luz, el ordenador yacía prendido y Leonell estaba recostada sobre el sofá de mica cubierta por su chaqueta. Avanzó con cuidado hacia ella quedando hincado a su lado. La muchacha dormía.
- Leonell-san…- dijo suavemente.
Hacía mucho frio en el living y se sentía altamente culpable de haber usurpado su cama.
- Leonell…- se le acercó más, pero ella dormía placidamente.
La luz del monitor reflejaba en su rostro un blanco tenue y fúnebre. Sin pensarlo se incorporó y tomó en brazos a Leonell. Ella despertó aferrándose del cuello de Yuuki -¿Qué haces!!?-
- te llevo a tu cama, dónde debes estar-
- Yuuki!!-
Se sentia apretado y el corazón le estaba latiendo con fuerza, los brazos de Leonell se sujetaban de su cuello y su torzo permanecía pegado al suyo, sentía como se sonrojaba, pero un pensamiento fugaz le había calmado “pronto me iré, la dejaré en su cama y me iré rápidamente.”
-Rito-kun!! Suéltame!- a medida que decía aquellas palabras se aferraba con mayor fuerza a él.
Rito la dejó recostada sobre la cama y se dio media vuelta – perdóname por usar tu cama Leonell-san… yo.. me voy-
- espera-
- eh?-
- ¿siempre eres así de impulsivo?-
- No lo sé..-
- Gracias por reparar el ventanal-
- No hay por qué…Leonell- san- volteó y se quedó mirándola.
Al cabo de una pausa retomó.-si llegase a sentir algo por ti…solo- tragó saliba-…déjame estar a tu lado ¿sí?- se dio media vuelta y salió de la habitación de la muchacha rápidamente. Y desde la puerta dijo en voz alta – gracias por todo, vendré a visitarte pronto-
-que chico más impulsivo- se dijo Leonell mientras se iba a dormir.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 124 Episodes
Comments