7.

- Esta vez no me interesa ese desgraciado examen- se decía Naoki volviendo de la Universidad, había tenido el examen de cálculo y no le había ido bien, estaba cansado y se sentía pésimo de ánimo.

Afortunadamente la clase siguiente se había suspendido, debido a la inasistencia de un profesor que había enfermado.

Había tomado el Tren y observaba la fuerte lluvia que caía desesperada en la ciudad.

Decidió bajarse en la estación Harajuku, observó el hermoso paisaje, solía ir al santuario Shinto de Meiji Jungu de vez en cuando, cuando se sentía mal espiritualmente, y éste era su caso. Estaba agobiado, no había conversado con nadie de este asunto.

No había muchas personas, la lluvia golpeaba con furia y hacía frío, abrió su paraguas y se internó de lleno en el paseo escalador que conduce al santuario.

Caminó largo rato, cada paso le devolvía a aquel instante, le pesaba el hecho de haberse juntado toda su vida con Satoshi y no haber profundizado con otras personas. Ahora que lo pensaba, nunca había dedicado tiempo a su hermano pequeño Yuuki, no le conocía, nunca se había interesado por su hermano real, se sentía culpable de haberlo dejado de lado tanto tiempo.

En estos momentos necesitaba un amigo, alguien que le ayudase a quitarse ese dolor de encima, necesitaba continuar con su vida de alguna forma que no fuese cargando este peso que le consumía por dentro.

Siempre había sido un hijo ejemplar y a pesar de que su padre se encontraba trabajando en Osaka, su madre le admiraba por su excelente conducta y buenas calificaciones.

Recordó que solía conversar largas horas con su padre, sacó el móvil celular y digitó a Osaka.

- Corporación buenas tardes?-

- Esto…Rito-san ¿se encuentra?-

- …Se encuentra en una reunión, ¿Quién le llama?-

- Su hijo…-

- ¿Algún recado? ¿Le digo que te llame mas tarde?-

- No…gracias, solo quería saludarlo, le deja mis saludos-

Nuevamente se sintió deprimido. Habría preferido no haber llamado. La larga cadena de memorias con su padre antes que naciese Yuuki eran sus recuerdos más preciados. Había sido afortunado de compartir muchas aventuras y viajes con él, pero luego lo asignaron a un nuevo puesto de trabajo, nació Yuuki y el tiempo con su padre se volvía escaso. Lamentablemente su hermano pequeño había nacido prematuro y eso significó muchos cuidados extra, incluso hasta después del año.Guardó el celular y siguió caminando.

-hace 3 años padre que estás en Osaka y vienes a vernos de vez en cuando- se dijo en voz baja. - Yuuki casi no tiene recuerdos contigo, podrías venir pronto, a mamá no le puedo contar lo que hizo...ella se esfuerza tanto- suspiró. Sus pasos eran lentos y calculados. Luego de veinte minutos de caminata, recuerdos, una pena diferida en su interior, llegó a una conclusión. Se dijo en voz alta: - Sé que he sido un pésimo hermano, he vivido de forma egoísta sin pensar en verdad en todo el cargo que recae sobre mamá. Tendré que hacerme cargo de Yuuki para ayudarla-