Episode 3

Respondió Lucia mientras sentía angustia en su pecho por decir aquellas palabras que no sentía pero todo era el plan para incitar a la vizcondesa.

-Y ¿Qué haría con el esclavo señorita?

-Mi mascota.

-¿Qué? Disculpe no le entendí señorita Lucia.

-Lo haría mi mascota, tendría que ser un obediente perro para mí.

La vizcondesa sonrió maliciosamente imaginándose al hijo de su esposo el cual ella tenía encerrado en el sótano y al cual torturaba diariamente arrodillándose a los pies de Lucia, una de las señoritas más nobles y frías del reino, Lucia era conocida por ser fría, calculadora y maliciosa por lo que imaginarse a ese joven siendo la mascota de Lucia era algo bastante placentero ya que se lo imaginaba humillado y sufriendo a merced de la señorita del ducado.

-Creo que ya es tarde vizcondesa Marilyn así que me iré a la cama ahora, la veo mañana.

-Si mañana en la mañana enviare a alguien avisarle para el desayuno.

-Gracias por su hospitalidad vizcondesa.

Respondió Lucia mientras se dirigía a su cuarto junto a Karina, fue entonces que vio como la vizcondesa caminaba rápidamente por el pasillo, a las horas siguientes unos quejidos de dolor la despertaron ya que su sueño era muy ligero “¿Qué es ese ruido?” se preguntó Lucia escuchando a alguien haciendo gemidos de dolor, fue entonces que al abrir un poco la puerta pudo ver a la vizcondesa abrir la puerta de su cuarto con las manos ensangrentadas.

-¡Llévenlo a limpiarse puede que mañana tenga una nueva dueña! Me serviste bien maldito bastardo ajajaj, todos nos divertimos mucho contigo pero mañana te ofreceré a alguien mucho peor que yo, desearas volver aquí después de que te entrega mañana.

Dijo la vizcondesa mientras un joven de tan solo dieciocho años era arrastrado por el pasillo con su cuerpo cubierto de sangre y cadenas en sus muñecas, tobillos y cuello, aquel joven se veía demasiado delgado y su cuerpo no parecía estar bien “Es el…estoy segura, cabello plateado y ojos azules como zafiros, estoy segura que es el” pensó Lucia mientras cerraba la puerta lentamente sin hacer ningún ruido después de ver la miserable escena de aquel joven, fue así como volvió a la cama sin dejar de pensar en el estado de este, sus cicatrices que rodeaban completamente su cuerpo con cortes y quemaduras, la sangre que brotaba de las heridas recién hechas y su demacrado cuerpo el cual parecía no contener fuerzas en absoluto, era un estado que la hacía sentirse desesperada por querer correr hacia él y sacarlo de aquel infierno. A la mañana siguiente Lucia se preparó para seguir con el plan de sacar a Kiel de aquel lugar, fue así como se puso el collar que había estado preparando y que tanto deseaba la vizcondesa para poder ir a tomar el desayuno junto a ella, al llegar al comedor la vizcondesa quedo sorprendida al ver aquel hermoso collar que tanto había deseado por años en el cuello de Lucia, este parecía brillar ante sus ojos como si la llamara para ser tomado por ella.

-Ho, hola señorita Lucia ¿durmió bien?

-Buenos días Vizcondesa, si fue una noche agradable gracias por dejarme pasar la noche aquí, espero no haber sido de mucha molestia.

-No como cree al contrario estoy feliz de haberla recibido eh… ese, ese collar es muy hermoso creo haberlo visto antes en la joyería turquesa.

Dijo la vizcondesa sintiéndose ansiosa al pensar que si era aquel collar que tanto deseaba.

-Sí, lo eh comprado ayer dijeron que lo tuvieron allí por un poco más de tres años y nadie lo compro por el alto precio de la joya ¿no le parece bonito? Aunque creo que a la vizcondesa se le vería aún mejor ¿quiere probárselo?

Tentó Lucia a la mujer frente a ella para que se probara aquel collar mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

-Wow le queda hermoso, parece haber sido hecho para usted si quiere puede quedárselo.

-¿Qué? ¿pero qué dice? Esta joya es extremadamente cara no podría aceptar algo tan valioso.

-Eh bueno si la hace sentir mal podría ayudarme con lo que hablamos ayer, quiero encontrar una buena y dócil mascota hoy mismo.

-Sí, si es por eso creo que tengo al candidato perfecto para lo que está buscando señorita Lucia.

Dijo la vizcondesa emocionada levantándose rápidamente de su asiento y corriendo hacia su mayordomo para preparar algunas cosas.

*-Prepara a  Kiel\, denle un buen baño y vístelo bien\, luego llévalo a la sala cuando yo y la señorita vayamos allá*

Susurro la mujer a su mayordomo antes de volver a sentarse en la mesa junto a Lucia quien le sonreía soberbiamente.

-¿Entonces señora Marilyn quien es el candidato perfecto que quiere mostrarme?

-Eh…lo fueron a buscar creo que se pueden demorar un poco así que comamos y más tarde podemos tomar una taza de té en la sala para presentárselo le aseguro que él será de su gusto.

-Bien si usted lo dice espero que realmente valga la pena.

Respondió Lucia tratando de parecer una joven fría y calculadora. Al paso de dos horas estas volvieron a reunirse en la sala para tomar el té junto con algunos aperitivos, Lucia miro la bandeja frente a ella y tomo una fresa con sus manos comiéndola cómodamente frente a la vizcondesa Marilyn quien la observo al ver que esta no había usado el servicio.

-¡Mi señora trajimos a Kiel como ordeno!

Dijo el mayordomo mostrando a Kiel de rodillas frente a ellas, la vizcondesa miro a Kiel con una sonrisa satisfecha “La señorita Lucia es mucho más poderosa que yo y dicen que su carácter es extremadamente caprichoso y retorcido así que sé que el tendrá lo que merece al lado de esta señorita, sufrirás por ser hijo bastardo de mi marido” pensó la vizcondesa con una sonrisa en sus labios, Lucia miro a Kiel tratando de guardar la calma al sentir sus ojos arder por la tristeza de verlo en tal estado pero su actuación debía seguir, tomo una fresa más de la bandeja le dio un mordisco y luego se inclinó para mirar a Kiel quien estaba arrodillado en el suelo mirando hacia abajo, Lucia tomo su abanico y lo puso en el mentón de este para que el la mirara a los ojos y luego puso la mitad de la fresa que le quedaba en los labios de él haciendo que este se la comiera.

-Es algo delgado para mi gusto pero está bien me lo quedare como mi mascota personal ya que es usted quien me lo regala Vizcondesa Marilyn.

-Que bien que le haya gustado, a veces el puede ser algo grosero pero con un buen castigo se calma así que solo tiene que…

-No se preocupe vizcondesa sé cómo volverlo dócil y manso como una buena mascota.

Sonrió Lucia mostrándose maliciosa frente a la señora frente a ella la cual llego a temer por aquella sonrisa mostrada en el rostro de Lucia, fue entonces que después de unas horas Lucia se marchó junto a Kiel quien fue entregado a ella encadenado de pies, muñecas y cuello más un collar con una piedra mágica de obediencia, ambos subieron al carruaje mientras Kiel seguía mirando sus manos y se saboreaba los labios por aquella fruta que había sido dada por Lucia.

-Kiel…

-Señorita no creo que sea apto llevar a alguien así a casa, él es como un animal no parece siquiera humano.

-Karina por favor guarda silencio, él ahora es mío page mucho dinero por él y sé que ni mis padres ni mi hermano se opondrán a tenerlo en casa así que ¿Cuál es el problema?

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