Episode 2

Lucia hizo una mueca y luego sonrió gentilmente a Gilbert antes de hablar.

-Gilbert, hermano…

-¿Si Lucia?

-Hermano ¿tú sabes dónde queda la joyería turquesa?

-Si claro que lo se Lucia ¿Qué pasa quieres alguna joya de allí?

Pregunto Gilbert esperando escuchar su respuesta.

-No, no es eso solo quería saber la dirección en caso de ir algún día.

-Lucia si quieres algo házmelo saber y pido que manden lo más reciente a la casa para ti ¿te parece?

-Pre…prefiero ir yo misma.

Respondió Lucia sabiendo que cerca de aquel lugar se encontraba la mansión del vizconde el cual frecuentaba esa joyería “Iré por él, no dejare que el vuelva a sufrir lo de la novela, soñé repetidas veces que veía su sufrimiento y no podía hacer nada por ayudarlo sintiéndome impotente, más de una vez desperté con lágrimas en los ojos a pesar de que sabía claramente que solo se trataba de una simple novela pero el solo pensar en todas las torturas psicológicas y físicas que la vizcondesa le hizo pasar el me duele imaginarlo…” pensó Lucia mientras ordenaba a su sirvienta personal que le trajera algunos alimentos y vestidos para poder prepararse para ir en búsqueda de Kiel en los siguientes días. Lucia se adaptó rápidamente a su vida en aquel mundo ya que los recuerdos del cuerpo en el que se encontraba habían vuelto y eso la ayudaba a poder entender mejor aquel nuevo lugar, empezando por entender que ella era una chica noble y que su padre era el duque uno de las personas más respetadas y poderosas del reino, su hermano era un mago que se había especializado en combate con la espada por lo que era muy temido en el reino por su mala actitud.

-Karina ¿podrías prepararme un baño y el vestido verde por favor?

-¿El verde señorita?... ¿no prefiere usar uno de los vestidos rojos como de costumbre?

-Prepara el verde como te pedí.

Karina quien era la sirvienta personal de Lucia obedeció rápidamente sintiéndose algo inquieta ya que Lady Lucia nunca usaba colores claros en sus vestidos “la señorita Lucia ha cambiado un poco desde que despertó hace cuatro días” pensó Karina mientras preparaba el baño para Lucia, al terminar esta le ayudo a Lucia a vestirse colocándose el hermoso vestido el cual combinaba perfectamente con su escencia  y un lindo collar del perlas, Lucia decidió soltar su cabello y bajar a la sala para despedirse e ir en búsqueda de Kiel.

-Señorita está listo el carruaje.

-¿A dónde vas hermana?

-Eh…Gilbert hermano, eh bueno voy a la joyería.

-¿Quieres que te acompañe?

Lucia dio un paso atrás y nerviosa agito las manos rápidamente negándose al ofrecimiento de su hermano mayor sabiendo que este podría ocasionarle más problemas si iba con ella ya que en tan solo los pocos días que ella había convivido con él y los recuerdos de este ya sabía que él era extremadamente sobreprotector con su hermana.

-No, no creo que sea necesario preferiría ir sola ya que quiero, quiero ir a ver algunos vestidos también.

Dijo Lucia haciendo que su hermano dejara de insistir, fue entonces que se subió al carruaje y se dirigió rumbo a la joyería, al llegar allá vio a su sirvienta Karina mirarla preocupada “¿Qué quiere hacer realmente la señorita?” se preguntaba esta mientras miraba a Lucia la cual parecía algo inquieta, fue entonces que al fin llegaron a su destino y Lucia bajo rápidamente del carruaje, luego se dirigió a la joyería y compro el collar más caro que tenían en este.

-Deme el diamante más grande que tenga por favor.

-Sí, si señorita de inmediato.

El vendedor corrió a empacar un hermoso collar el cual tenía grandes diamantes y era extremadamente costoso.

-Son cinco millones de oro señorita.

-Está bien no importa el precio lo quiero.

Respondió Lucia mientras tomaba este collar y se subía al carruaje “La vizcondesa ha querido comprar este collar por más de tres años viniendo aquí a mirarlo viendo que nadie se lo llevaba, cuando esta sepa que yo lo tengo se interesara en hacer un trato conmigo” pensó Lucia mientras se dirigía a la mansión de la vizcondesa con el propósito de liberar a Kiel. Al llegar allí fue recibida amablemente por una mujer delgada y de cabello celeste, está la miro con una sonrisa y se presentó como la vizcondesa, Lucia miro la vestimenta de la dama viendo que llevaba demasiadas joyas.

-Bienvenida señorita Lucia, es un honor recibirla en nuestra mansión ¿Qué la trae por aquí?

-Solo vine a verla ya que el mes pasado la vi en la fiesta de té de la señorita Paula pero no tuve el agrado de cruzar muchas palabras con usted.

Dijo Lucia usando los recuerdos de aquel cuerpo para acercarse a la vizcondesa.

-Oh jojo si claro tiene razón señorita, ese día las mesas estuvieron divididas y como nuestra edad es considerablemente diferente no interactuamos demasiado, dígame ¿quiere pasar aquí la noche? Es demasiado tarde para que vuelva.

Hablo la vizcondesa haciendo que Lucia mirara hacia el cielo viendo que el sol ya se estaba ocultado “Quizás no sea mala idea quedarme un día” pensó esta mientras respondía que si a la invitación siendo llevada así a una habitación de invitados, luego de cenar con la vizcondesa Lucia aprovecho de dar algunas indirectas para que esta se interesara un poco más en ella.

-Si tiene razón vizcondesa Marilyn jajaja…oh lo que a mí me tiene preocupada es que últimamente me estoy aburriendo demasiado en casa, ya no veo en que divertirme sé que algunas otras señoritas han decidido criar animales o dedicarse al bordado pero no me es del todo interesante quisiera algo más estimulante usted me entiende.

-Eh… ¿Qué quiere decir con estimulante señorita Lucia?

-Bueno había estado pensando en comprar algún esclavo o algo así, muchos nobles lo han hecho y creo que sería divertido ¿usted qué piensa?

Pregunto Lucia con una sonrisa amplia a la vizcondesa Marilyn mientras esta tocaba su taza de té nerviosa ya que ella después de la muerte del vizconde había comprado algunos esclavos para saciar sus deseos lujuriosos.

-Eso, eso está bien si es lo que la señorita quiere…digo sería un premio para ellos servirle a usted.

-Si claro ellos son unos simples esclavos deben estar orgullosos de ser considerados por nosotros.

Respondió Lucia mientras sentía angustia en su pecho por decir aquellas palabras que no sentía pero todo era el plan para incitar a la vizcondesa.

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