Mi razón de existir.

...LEIOT...

Quizás sepan quién soy y los actos tan atroces que cometí, de las cuales pretendo enmendar aunque deba pasarme toda la eternidad intentándolo.

Podría justificarlo con qué no tuve una de las mejores infancias de mi vida, pero no pienso hacerlo, ya que no sería justo teniendo en cuánta cuanto la hice sufrir.

Cuando nací mi vida no era un cuento de hadas pero tampoco era mala, mi padre me trataba bien, teniendo en Cumaná que siempre deseo tener un hijo, yo era su orgullo, no quería saber que me hubiera pasado si hubiera sido mujer en vez de hombre, sobre todo en esa época donde todo era muchísimo más difícil para el sexo opuesto, con decir que mi madre solo servía de adorno y ser la envidia de muchos otros.

Mi padre nunca le dio su lugar a mi madre, y ella estuvo en una profunda depresión desde que tengo memoria. Quería ayudarla, decirle a mi padre que dejará de hacerla sufrir, pero ella me detuvo, deciendo que solo iba a conseguir empeorar su situación.

Y así con una gran impotencia, mi odio hacia mi propio padre fue en aumento, hasta aquel fatídico día, donde la otra mitad de mi salió a la luz. Dando pie a un completo infierno, cuando mi padre supo la verdad, todo cambió en él, su trato hacía mi fue feroz e implacable, torturó a mi a mi madre día tras día para sacarle la verdad, estaba loco, y yo le pregunté del por que de su actividad si él no amaba a mi madre.

Nunca me respondió, solo me miró con profundo odio y siguió hasta obtener la verdad, pero con los años entendí que solo lo hacía por puro odio y mostrar su autoridad, ya que nunca vio a mi madre como un ser humano, sino como una de sus muchas posesiones.

Cómo iba diciendo, después de obtener la verdad hizo lo impensable y me obligó a presenciarlo, ver cómo mi madre daba su último aliento fue desgarrador, a pesar que por dentro sentía morir, no derramé ni una lágrima, me mantuve sereno, lo que a mi padre no le gustó para nada.

A medida que fui creciendo, mi personalidad se volvía cada vez más dura e indiferente a todo a mi alrededor, en ese transcurso también descubrí que mi padre le hizo lo mismo a mi padre biológico que dejó con un hijo unos años mayor que yo.

Saber que no estaba solo en el mundo, con la misma situación me alivió más de lo que me hubiera imaginado, pero debo decir que como en mi vida no todo empieza bien.

Tuvimos nuestras diferencias, ya que el buscaba vengar la muerte de nuestros padres, yo sabía que esa no era la manera, no conseguiría vencer a mi padre tan fácilmente, al fin y al cabo no había nadie en este mundo que deseara su fin más que yo.

Los años pasaron y mi vida se convirtió en un caos, sabiendo, prometiéndome a mi mismo que jamás seria como mi padre. Pero la realidad es, que me convertí en alguien mucho peor.

Estaba en un punto en el que nadie ni nada mi importaba, hacía muchas locuras, dañaba a otros sin compasión, hice la vista gorda a pesar que intuía lo que Julieth podría estar haciendo con las chicas que me acostaba, pero no hice nada para detenerla o averiguar si mis sospechas eran ciertas, pensaba que si yo sufrí, ¿por qué el resto del mundo debería ser feliz? lo sentía injusto.

Y fue así hasta conocerla ella, una pobre desgraciada que al igual que yo no tuvo suerte en la vida, quizás eso fue lo que hizo que empatizara un poco con ella, y esa empatía poco a poco se fue convirtiendo en curiosidad.

Sin darme cuenta, mis ojos empezaron a buscarla de forma inconsciente, queriendo saber que hacía o donde estaba, no me importaba usar algún que otro método rastrero para poder tenerla cerca, ya sea haciéndola enfadar o provocar su rechazo hacia mí, incluso así solo hacía que deseara acercármela más.

Entonces aquella curiosidad se volvió en anhelo y un profundo deseo, la deseaba como nunca antes desee a una mujer, quería tocarla, acariciar su piel suave, probar esa sangre deliciosa que hacía que me volviera loco cada vez que la tenía delante, quería saber que tipo de expresiones pondría si la tuviera en mi cama, que sonidos saldrían de esa boca que siempre me gruñía.

Aquellos impulsos se convirtieron en posesividad y amor, después de tenerla y hacerla mia, no quería entregársela a nadie, quería que se quedara conmigo, no quería ni que mi hermana ni mi hermano ni Asher, nadie más que yo estuviera cerca de ella, quería que solo fuera mia, que solo tuviera ojos para mí. Sabía lo hermosa que era, y que llamaría la atención de muchos hombres, los celos me volvían loco.

Todo este amor, se convirtió en ansiedad y dolor, cuando supo del pecado que cometí hacía su persona y me abandonó me quede destrozado, debí ser yo quien le contara la verdad, y de verdad quería hacerlo, pero no tenía el valor suficiente, así que fui alargándolo tanto como pude, por miedo a lo único que dio algo de color a mi mundo, pero de nada sirvió por que como dice aquel dicho, la verdad siempre sale a la luz.

Todo ese dolor se evaporó tornándose en un profundo amor incondicional y devoción, cuando vi por primera vez a mis hijos, sentí algo dentro de mí tan profundo e increíble que no puedo siquiera describirlo y lloré, lloré como nunca antes, lo saqué todo a la luz, los dias de insomnio, las pesadillas constantes, los tormentos que tuve que pasar, el dolor profundo y vacío que sentía en mi pecho, todo eso se desvaneció a verlos a ellos. La razón de mi existir.

Mire a mis hijos y los abracé, con manos temblorosas sin poder contener las lágrimas y su madre tendida en la cama, dormida, echa un completo desastre, pero a pesar de estar así, se veía tan hermosa, incluso mucho más que de costumbre, ¿y ahora por culpa de mi inconsciencia iban a tener que crecer sin su madre? ambos crecimos con la falta de amor de los nuestros, no iba a permitir que esto también les sucediera a ellos, incluso si iba a seguir despreciándome toda la eternidad no la culparía, me lo merezco, pero nuestros hijos no tienen culpa de lo jodido que era su padre.

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