Valquiria Heredera Rusa ( Saga Altamirano )

CAPÍTULO 3

----vamos, quiero ver mí regaló.--- le digo a mi tío, y caminamos hacia un hermoso Ferrari azul, que me vuelve loca.

----Me encanta---- le digo más qué feliz y me montó al auto.

----¿cómo sabías qué quería uno de éstos?--- le preguntó y éste me sonríe.

----Mí pequeña diabla, hoy corremos , no lo he olvidado---- me dice esté y recuerdo que hoy, tenemos una carrera.

Tanto yo, como mis hermanos organizamos alguna qué otra carrera, nos fascina la velocidad, y obviamente también las apuestas, pero mucho más el salir ganadores.

En eso escuchó qué me llama je, y voy hacia la mesa.

Mí querida nana, me sirve el desayuno, mientras yo me siento, y veo venir a Lucio, mí respiración se acorta, y mis brazos tiemblan, ya ni recuerdo hace cuánto tiempo estoy enamorada de él.

Esté viene con su ex esposa, o almenos eso me había dicho el, no entiendo que hacen juntos y menos porqué qué vienen juntos aquí.

Mí rostro se transformó instantáneamente, estoy muy molesta y cuándo algo me molesta no puedo ocultarlo.

---feliz cumpleaños, chicos.---- nos dice Lucio, y su ex, y luego nos da un obsequio a cada uno.

Esté, me observa atentamente, abro la caja roja, y es un collar de diamantes.

---Gracias--- le digo y tiró la caja en la mesa, y este me ve sorprendido, al igual qué mí familia.

Ya hace un año a tras, qué nos vemos a escondidas, me pidió tiempo para formalizar, supuestamente para no tener problemas con mí familia, pero ya varias veces lo he visto con su supuesta ex, y ya no estoy tan segura si me dice la verdad o simplemente me está viendo la cara de idiota.

---No te gustó nuestro regaló--- dice Amelia, con una ceja levantada, y me da ganas de qué se trague su regaló.

---Está hermoso, pero no me gusta las sobras de nadie---, le digo con una sonrisa, y Lucio no sabe dónde meterse.

Y me doy cuenta de que me estuvo mintiendo y le creí como una idiota.

Pido cortez mente permiso, y me voy hacia dentro de la casa.

Subo a mi habitación y me siento en la cama, pensando en qué él hombre qué amo desde niña, sólo estuvo mintiéndome.

Me entregué a él sin dudarlo, fue y es el único en mi vida, pero creó que sólo me usó, lágrimas brotan de mis ojos, y me da mucha impotencia y bronca haber sido tan ingenua.

Dejó de lamentarte y me desnudo para darme una ducha, entró al baño y abro la ducha, mientras estoy de bajó del agua, siento unas grandes manos, pasar por mis piernas, y me sobresaltó.