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En las 8 horas que duró Alex destruyendo el cuerpo de Diana, al sentir que el olor que desprendía su cuerpo se esfumaba; él agarró un cuchillo y le clavo muchas puñaladas al cuerpo de Diana y a la par seguía penetrándola sin reparo.

Cuando Diana vio que ya se le hacía difícil seguir agarrándose de la soga que la tenía con vida le dijo a Dayan unas palabras antes de irse.

--No te preocupes Day.. todo estará bien..

La sonrisa cálida y dulce quedó congelada, el brillo en los ojos fe Diana se esfumaba y dejó a un Dayan que lloraba la perdida de su hermana.

Alex salió de ella y fue directo a él y también lo apuñalo.

Eso fue lo último que pudo ver Dayan, ese día lluvioso y frío fue el peor de todos, ese día espeluznante; él día que marcó a todos los miembros de la familia Luque.

Alex arrojó a Diana y a Dayan en un basurero, un reciclador al ver los cuerpos de ellos fue a su socorró, los llevó al médico e informó a la policía el lugar en donde los había encontrado.

Dayan llegó por poco con vida a la clínica, tenía una cortada profunda cerca al corazón y varios golpes en su cuerpo.

Él duró una semana inconsciente y cuando abrió los ojos lo primero que vio junto a él fue a su madre y su padre estaba acostado en el sillón que estaba cerca a la entrada de la habitación.

--¿Donde estoy mamá?

Su madre lo abrazó y su padre se acercó a ellos mientras decía: --que alivio hijo.. Que bueno que estés bien Dayan.

--¿Papá? ¿mamá? ¿qué sucede? ¿porque estamos aquí?

--Shh.. Debes calmarte ¿si? (Sam miró a Daniel y le dijo) yo iré a buscar el médico, tu te quedas aquí.

--Sí Amor.

Sam salió en busca del médico y Dayan se calmó, él no recordaba lo que había sucedido; pero algo dentro de él le decía que hacia falta alguien.

El médico revisó a Dayan y les dijo que todo esta bien, cuando el medico se fue Dayan volvió a impacientarse.

Sam era muy seria y a la vez se le hacía difícil lidiar con las situaciones tristes de los chicos, así que como padre ella se encargaba de ser un gran apoyo para Daniel.

Por otro lado Daniel era un poco más sensible y entendía a la perfección los sentimientos de tristeza y dolor de sus hijos, después de todo fue él quien los trajo al mundo, pero en está ocasión; no sabia como lidiar con lo que Dayan podría preguntar; pero al sentir la mano en el hombro de Sam, se sintió seguro y dispuesto a contestar.

Dayan miró a su madre esperando respuestas certeras del por que era que estaban ahí, en la clínica.

--¿Mamá?

--¡Oh! Day.. mmm te enfermaste.. ¿no lo recuerdas?

--Mamá.. No das para mentir, quizás a papá se le de; pero no a ti.. ¿lo sabes?

--Lo sé Day.

--Mmm (Dayan se puso la mano en la cabeza y miró a su papá) ¿donde está Día?

Sam miró en otra dirección y aunque quería soportar delante de su familia la perdida de su hija, no podía asimilarlo y más ahora que su pequeño de 8 años era quién preguntaba.

Dicen que cuando un niño olvida algo que le pasó, es porque fue un gran impacto para él.

--Lo siento Dayan.

--¿Donde esta Día?

Dayan empezó a quitarse las agujas de su cuerpo, cuando un dolor en su pecho le impidió seguir con su movimiento y fue ese mismo dolor, que le confirmó lo que había pasado, que la calidez de su dulce hermana había sido arrebatada por un bastardo.

--Día... Día..

Daniel abrazó a su pequeño hijo y Sam se les acercó también.

Dayan lloraba, lloraba y pesé a las heridas que tenía en su cuerpo; ninguna era tan dolorosa como la que sentía en su alma.

Era un dolor inimaginable, Daniel sintió como su corazón se quebró y Sam sintió la fragmentación de ellos dos.

Diana se había ido y con ella se fue la alegría y la compasión, aparte había dejado a una familia escondida entre la neblina.

La felicidad de los que la querían se acortó y el hueco que ella dejó en ellos no tenía ningún tipo de reparó.

Cuando Dayan se recuperó, los policías le preguntaron lo que había pasado, aunque no confiaban en la palabra de un niño; ellos lo escucharon con atención.

Luego de regresar a la casa, se encerró en su habitación alrededor de dos meses, luego le llegó el recuerdo de su hermana que le decía "olvida eso de rendirte ¿si? sonríe y sigue, que aunque el día este oscuro y frío, sabes que tarde o temprano saldrá el sol a aclarearlo todo y llenarlo de calidez".

Dayan se echó a llorar por ultima vez, se levantó de la cama y salió del cuarto.

Cuando Daniel, su madre lo vio salir por sí sólo no pudo controlar las lágrimas. El único capaz de sobrellevar a Dayan era Diana y por alguna razón aún lo hacía.

Cuando él salió de ese cuarto fue con dos objetivos.

El primero no se iba a rendir por que se lo había prometido a su hermana y ek segundo iba a acabar con la vida del bastardo que le arrebato la vida a su hermana "te mataré.. Yo te mataré maldito bastardo; no importa el tiempo que me tomé.. Sé que podré hacerlo" era el pensar de Dayan, tan sólo tenía 8 años, pero poseía una gran determinación y una insaciable sed de venganza.

Dayan no tenia la menor idea de por donde comenzar a buscarlo, así que decidió optar por continuar con su vida por el momento.

Cada día para él era monótono, se levantaba, ayudaba a su madre en la casa, iba al colegio, estudiaba y los niños que lo molestaban habían dejado de hacerlo, pues aunque fuera el mismo niño antisocial, tenía una mirada que decía que era capaz de matar al que lo molestará.

Un mes pasó y ya se había acostumbrado a su día a día loa cuales siempre eran iguales para él, todos eran tétricos y aburridos.

Aunque su madre y su padre hacían lo posible para tratar con el nuevo Dayan, siempre se les era doloroso ver a su pequeño hijo de esa forma.

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