Me decepcionas

Natalia entro como un huracan a la compañía, las recepcionista que estaban sentadas en fila detrás del gran recibidor, solo la miraron.

-¿Estan los presidentes? - le pregunto Natalia altiva a las chicas que las miraban boquiabiertas

-Si señora Natalia, el señor Alexandre se encuentra en su oficina y el señor Nicolai en la presidencial, llego hace una hora ¿quisiera que llame al asistente? - le contesto una recepcionista revisando su computador

- No es necesario, voy para la oficina de Alexandre - Natalia camino hasta los elevadores, paso su tarjeta de acceso y pulso el boton del penúltimo piso, cuando llego al piso venticuatro se bajo y la asistente Alexandre la vio y entendio que no debia de interrumpir.

Se rio de si misma, no iba a perder su firma personal, abrio la puerta de un golpe y Alexandre lo miro impresionado, habia una mujer morena frente a él, con las piernas demaciado abiertas para ser una reunión profesiónal.

-Tu - exclamo Natalia señalando a la chica - cierra esas piernas y sal de esta oficina.

-¿y quien se cree usted? - la mujer la miro con despreció, de arriba a abajo.

-Natalia Morozova - exclamo Natalia, solo esas pocas veces se podia enorgullecer de su apellido de casada.

la chica se impresionó y se dio cuenta de su error, Alexandre no dijo nada, solo se quedo como un mero observador, la chica busco ayuda en él, pero su mirada era de antipatía, ella entendio que estaba sola.

-Disculpe me marcho - dijo ella cabizbaja, se levando y salio de la oficina.

-Eres un semerendo mentiroso Alexandre- le grito Natalia en cuanto escucho el chasquido de la puerta cerrandose.

-¿por que tia? dime que es un buen motivo porque acabo de perder un buena revocada esta noche - se burlo Alexandre, que permaneció detras de su escritorio.

-Dijiste que Camila y Nicolai se conocieron por casualidad, pero no fue asi, tipico de ustedes fue un maldito contrato - Natalia se sentia furiosa y engañada, no era una muñeca a la que podian mentirle - se aprovecharon de la pobre chica

-Ella nunca nos dijo la situación economica en la que se encontraba - se defendió Alexandre.

-No hubiera cambiado nada si ella les hubiera dicho, ustedes se aprovechan de los puntos débiles de las personas, ahora si te importa porque te estas preocupado por Nicolai- lo acuso Natalia señalandolo con el dedo, se sento enfrente de él.

-Tambien ella me... - dijo Alexandre resignado - es diferente y muy bonita, me encariñe con la chica y me dolio lo que sucedió, se que los dos estan sufriendo... pense que la conocía, la vi al principio como una interesada en el dinero y muy revoltoza... me equivoque, es una mujer decida, inteligente, que se hace respetar, cariñosa, astuta y terca, tanto como para poder con la personalidad de Nicolai, sabe retarlo y llevarle la contraria, tu misma sabes lo dificil que es mi hermano.

-Si, lo se y aun asi ella se enamoro de ese hombre, porque yo se que ella vio a Nicolai de otra forma - acepto Natalia, ésa era la disculpa que le iba a dar Alexandre - aun asi tu debes hablar con ella, aun tiene muchas dudas de Nicolai, debes contarle lo que sucedio aquella noche hace veinticuatro años

-Es un secreto muy fuerte - Alexandre niega con la cabeza, era imposible decirle ese secreto a Camila.

-Si realmente quieres que esto se resuelva debes ir y decirle, Alexandre - Natalia se levanta ya no tenia mas nada que decirle, pero aun faltaba Nicolai, era con él, con quien realmente estaba furiosa.

-estoy pensando en que laa.cosas digan su curso sin entrometernos - dijo Alexandre entre los dientes, sin mirar a su tia, habia buscado ayuda en Natalia, no penso que las cosas se complicarian tanto.

-Ustedes cometieron un gran error, arreglendo, voy para la oficia de Nicolai, cuidate Alexandre

Natalia salio, dejaria a Alexandre analizando la cosas, con sus palabras, no tenia de otra que ir. volvio al elevador, con su corazón latiendo muy rapido, agora entendió que no tenia mucho que decirle a Nicolai, se abrieron las puertas, el escritorio se sus asistente estaba vacío, quizas en ese tiempo hubiera salido, abrio las puertas y se encontro con la mirada de su sobrino, apagada y sin energía, estaba de pie al aldo del escritorio discutiendo unos documentos con su nuevo asistente.

-Sal - le dice Nicolai al hombre, este asiente y sale.

Al ver su sobrino con tanta tristeza en la mirada comprendio, por fin, ¿por que se sentia tan culpable? el mismo se habia metido en esa situación, lo vio un poco mas delgado, su cabello estaba más largo pero arreglado hacia atras, tecien depilado, ella sintio el vacio de emociones en su sobrino y esto le dolio.

Natalia camina hacia el y sin pensarlo dos veces, con toda la fuerza de su mano, le da una cachetada volteandole el rostro

- Has dañado a tu madre, has escupido encima de ella, ¿como pudiste hacerle ese a Camila? Pense que te habia criado mejor que eso Nicolai, pense que ibas a ser diferente, prometiste no colocar a ninguna mujer en este infierno y has creado el tuyo. Me das hasco Nikia.

-¿te enteraste? - le pregunta Nicolai sin mirarla.

-¿del contrato? por supuesto, ella se negaba a amarte, ¿com todo lo que sufrio tu crees que ella te iba a amar? Si hiciste lo mismo que el idiota de su ex, usarla. Me has decepcionado Nicolai y a tu madre también.

Nicolai no dice nada, Natalia sabe que no va a conseguir muchaa palabar por parte de él, lo dejaria pensando y se va sin esperar una respuesta.

Sus pies ya le estan doliendo por los tacones, se abren laa puertas del elevador y se quita de un golpe los altos tacones, se sentia agotada, ya estaba muy vieja para eatar dando aquellas carreras, cuando se cierran las puertaa del elevador, siente la mirada de tristeza de Nicolai gravada en su pecho, se tapa la boca con la mano intentado ahogar su llanto, le habia prometido a Nayla cuidar de sus dos hijos, pero no pensaba en el desastre de visa que se estaban convirtiendo, no tenían una vida, esa era la verdad.

Los dos estaban muy perdidos, culpo a Nayla por la promea aque les pidio mantener, esa promesa loa estaba matando en vida, pero tenia algo que hacer sentia que aquella pelirroja, podria llegar a ayudarla, solo debia de darles un empujon, obligaria al destino a unirlos.

Detubo el elevador intentado recuperarse y se vio en el gran espejo, aun recordaba cuando era una joven de veintitrés años, la edad que tenia cuando nació Nicolai

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