CAPÍTULO 16.

CAPÍTULO 16.

Por Isabella.

Valentino comenzó a sacar fotos y algún que otro objeto de la caja mientras me contaba sobre cada cosa. Me sentí emocionada. Tener tantos recuerdos de Ezequiel me pone nostálgica. Lo extraño demasiado. Al rato, a medida que hablábamos más, Micaela apareció con el pedido de Valentino. Lo dejó en la mesa de mala manera y luego se retiró.

-Oye… ¿Qué le ocurre?, le pregunté.

-No lo sé. A veces es extraña. -Exclamó Valentino. -Oye, mira esta foto. Fueron unas vacaciones en Italia. -Dijo él extendiendo la mano para darme la foto.

-Él siempre estaba sonriendo. No había momento en el que no lo hacía. Incluso cuando su mundo estaba de cabeza. Tu hermano estaba tan lleno de vida, Valentino.

-Isabella… Hay algo más que no te he dicho y yo… Creo que tienes que saberlo.

-Claro, dime. -Exclamé.

-¿Recuerdas a Francisco Guevara? Él es un amigo. Es abogado y… Junto a un ex agente, Dante. Están investigando los hechos del accidente. Ellos tienen una prestigiosa agencia de detectives. Hay una pequeña sospecha de que el accidente fue planeado y yo necesito llegar al fondo de esto. Por mi familia, por mí y por ti.

-¿De qué hablas Valentino?, ¿quién podría planear una cosa así? -Pregunté asustada.

-No lo sé. Mi padre tiene muchos enemigos, quiero decir… Es un magnate, pero… No se me ocurre nadie capaz de eso. La verdad es que hasta hace poco tiempo solo creía que el accidente fue causado por un chico ebrio, mimado, que luego de chocar, huyo de la escena. Pero desde que Francisco me llamo para contarme lo que sospechaba, comencé a creerlo. Francisco y Dante eran muy amigos de mi hermano.

-¿Querías mucho a Ezequiel, verdad? -pregunté.

Valentino asintió.

-Ezequiel era lo más importante en mi vida. -Dijo él.

Seguimos viendo algunos recuerdos durante un rato más en silencio. De repente oímos personas en el patio de la casa. Era un escándalo, parecía que de repente entraría un torbellino. Y fue algo bastante parecido. Valentino frunció el ceño y se acercó a la entrada para ver de quién se trataba. Luego regresó a donde estábamos sentados, tomó las cosas apresurado y las escondió.

-Oye. ¿Qué ocurre? - pregunté.

Sin embargo, no alcanzo a responderme, ya que, en ese momento, un hombre alto, delgado, de pelo canoso y ojos avellana ingresó a la casa acompañado de una mujer muy elegante y bien vestida, aunque de unos pésimos modales.

-Tío Edward, tía Mónica. -Dijo Valentino, algo serio.

-Sobrino. - Exclamó el hombre riendo falsamente y abrazándolo.

La señora, sin embargo, siguió parada en el umbral de la puerta.

-¿Cómo estás? Yo… No sabía que vendrías aquí.

-Supe que estabas aquí y he decidido pasar a verte. Ya que desde hace tiempo no nos vemos… Y dime… ¿Quién es esta señorita que te acompaña?

-Oh, ella es Liz. Una amiga. -Respondió él.

-Mucho gusto en conocerlo, señor. -Exclamé extendiendo la mano para que la tome a modo de saludo.

-Gracias. -Dijo el hombre con poca simpatía, ignorando totalmente aquel gesto de mi parte. Rápidamente, escondí mi mano, me sentía bastante incómoda en aquella situación.

Valentino se notaba nervioso. Supe que algo extraño ocurría, pero no me atreví a decir que es. Los señores llamaron a la servidumbre para pedirles que les muestren su habitación, ya que pensaban quedarse por la noche. Valentino y yo nos quedamos en la sala en silencio. Aunque este, en realidad, se notaba bastante enojado.

-Valentino…

-Lo siento Isabella. Hablaremos luego. Iré a… guardar esto. -Exclamo refiriéndose a la caja. Rápidamente, se desapareció por las escaleras de aquella hermosa casa, dejándome sola en medio de la sala.

Solté un suspiro sin entender lo que sucedía. Luego de unos minutos, ingresó por esa puerta una muchacha joven, rubia de ojos azules, vestía muy elegante y venía observando su celular. Se posó en frente de mí y finalmente, elevo la mirada. Me vio de arriba a abajo con desdén y luego, de mala manera, pregunto:

-¿Tú quién eres?

-Hola. Soy Isabella. -Exclamé, pero esta vez no me atreví a extender la mano.

-Oh, debes ser nueva. Ten mi equipaje. Arréglalo en mi cuarto y ten mucho cuidado con la ropa. No podrías comprarla ni con el sueldo de un año si la dañas.

Sentí una furia en mi interior que invadía todo mi cuerpo. ¿Quién mierda se cree esta mujer para tratarme de esa manera? Cuando iba a responderle, fui interrumpida por Valentino, quien venía bajando las escaleras de regreso.

-Martina. Qué extraño verte por aquí.

-Valentino, qué bonito es volver a verte.- Dijo ella, coqueta.

-¿Qué haces aquí?, preguntó él, serio.

-Vine con mis padres por el fin de semana. -Exclamó ella.

-Vaya, al parecer nos pusimos de acuerdo para venir aquí. -Exclamó él con molestia. -Aunque de mí lo entiendo, es mi casa. Pero ustedes… no tienen nada que hacer aquí.

-¿No te alegra que esté aquí?, preguntó ella.-Y tu maldita sirvienta, haz lo que te dije.

-Ella no es una sirvienta. Vino conmigo. Y ahora, si no te importa, me gustaría estar a solas con ella. -Exclamó, tomando mi mano y llevándome fuera de la casa.

Valentino iba demasiado rápido, casi que me arrastraba con él. Llegamos hasta los viñedos que estaban a algunos metros de la casa y recién ahí, Valentino me soltó, quedándose delante de mí, pero dándome la espalda. Respiraba profundamente y tenía una de sus manos en su cintura, mientras que con la otra se agarraba su rostro. Supongo que intentaba recomponerse.

-Valentino… ¿Estás bien? -pregunté.

-Sí. Lo estoy.

-¿Puedo preguntar quiénes son esas personas?

-El hermano de mi padre, su esposa y su hija. No sé qué hacen aquí. No tienen nada que hacer en este lugar.

-¿Por qué ocultaste las cosas de Ezequiel cuando llegaron?

-Porque no se habla de Eze delante de ellos.

Asentí sin decir nada. Creo que lo mejor era dejar que Valentino se calme. Lo noté alterado y no me gustaba para nada. Sin embargo, ya habrá tiempo para charlas. Me giré sobre mis talones para dejarlo solo durante un rato, pero él me tomó del brazo antes de que siquiera intentara dar un paso.

-Creo que lo mejor será regresar a Chicago por la mañana. Me gustaría salir contigo, mostrarte más de California. Pero es mala idea con ellos aquí.

-No te preocupes, lo entiendo. -Exclamé.

Pasamos la tarde recorriendo los viñedos, aquí todo marcha de maravilla. Valentino es un excelente CEO y un gran líder. Aunque muchos no confiaban en él, está demostrando que es muy capaz, al igual que su padre, de crecer en el mundo de los negocios.

Sin embargo, me invade la duda de como sería todo si Ezequiel estaría aquí, pienso que, probablemente, él sería el CEO de F&M y se me encoge el corazón. Tenía toda una vida por delante. Una vida para triunfar en los negocios, lo cual era su pasión. Una vida a mi lado, con nuestro hijo. Si no hubiéramos salido esa noche de lluvia, todo sería diferente.

Borre esos recuerdos y seguí disfrutando del paseo con Valentino. Más tarde, regresamos a la casa entre risas. Sin duda, es un hombre muy amable y risueño. No se parece en nada al ogro que conocí. Supongo que solo tiene una coraza para protegerse del mundo exterior, pero cuando está conmigo, se olvida de ella y me deja ver más allá de ella, me deja ver lo que ocurre en su interior.

Regresamos… justo a tiempo para la cena familiar. La familia de él ya estaba ubicada en la mesa, al parecer esperándonos, aunque la cena no había sido servida aún. Bajo la mirada de ellos, decidimos tomar asiento en nuestros lugares.

Valentino tomó mi mano haciendo que me siente en una silla a su lado. Luego de que tomamos asiento, Micaela se acercó a servir la cena.

-Micaela, siéntete libre de tomar asiento con nosotros. -Habló Valentino.

-Le agradezco mucho señor, pero cenare fuera. -Respondió ella.

Valentino asintió amable.

-¿Qué pasa contigo, Valentino?, no solo permites que tu prostituta se siente con nosotros, sino que ahora quieres invitar a la servidumbre? -Exclamó su tía, con desdén.

-Isabella no es ninguna prostituta. Es una amiga y mi asistente ejecutiva. Estamos aquí por negocios, los cuales interrumpieron con su repentina aparición, que por cierto, aún no averiguo el motivo. Ya que después de todo esta es mi casa.

-¿Qué modales son esos, niñato? Siempre supe que Cristina no era capaz de criar hijos. Si no mira lo que ocurrió con Ezequiel y Ángeles.

-¡CALLA TU SUCIA BOCA ANTES DE HABLAR DE ELLOS! ¿ENTENDISTE BRUJA?

-¡YA BASTA! ¡CUIDA TU BOCA, NIÑO ESTÚPIDO!, ¡CREO QUE DEBERÉ HABLAR CON TU PADRE ACERCA DE ESTE COMPORTAMIENTO TUYO!, ¡DE SEGURO NO LE AGRADARÁ NADA! -Exclamó Edward, a punto de perder la cordura.

Sin embargo, antes de responderle algo, Valentino se levantó de la mesa furioso en dirección a las escaleras. Espere unos minutos sentada y luego salí tras él. Se fue demasiado abrumado, no podía dejarlo así.

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Comments

Veronica Varón

Veronica Varón

que gente tan atrevida, no solo llegan con maletas sin ser invitados, sino que se meten donde no los llaman 🤷 😡 🙄 😒

2024-05-10

2

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que pasará ahora con esta familia

2024-04-16

2

Ido Rojas

Ido Rojas

el tío causó el accidente

2024-04-04

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