Luego de la exposición y aquel momento con Makoto, mi cuerpo y mi mente ya no aguantaban mucho tiempo más, estaba cansado, afortunadamente las clases que siguieron casi no requirieron mi atención. Así la noche llegó rápido.
Al volver a mi habitación encontré a Hayami quien estaba cambiándose; –puede hacerlo frente a mí por dos razones, una es su falta de vergüenza y otra mi regla de no ver a una amiga desde una perspectiva sexual, se podría decir que con ella me vuelvo totalmente asexual– entré con toda seguridad al lugar, busqué algo para sujetarme el cabello, y finalmente me senté en la cama esperando a que Hayami terminara.
-¿Puedo hablar un momento contigo? –Normalmente no le voy contando a la gente mi vida, es solo que ella tiene mi entera confianza para hablarle de cualquier tema.
-Claro, para eso estoy. –Se sienta al lado mío esperando a que siga la conversación.
-Hoy tuve un momento extraño con Makoto. –Rasco mi cabeza, aun sí estoy preparado para decírselo, no deja de ser vergonzoso.
-¿El pequeño beta peligris? –Me muestra una cómplice sonrisa.
-Si, ¿en qué estás pensando? No me gusta tu reacción. –Esto empieza a ponerme nervioso, lo va a malinterpretar.
-Nada, nada, solo pensé que eso de un “momento” me suena extraño viniendo de ti. ¿Vas a contarme o no? –Despertaste su curiosidad, ya no tienes de otra más que decirlo Shin.
-La verdad me estoy arrepintiendo. –Espero un instante antes de volver a hablar– ¿Has visto eso que hacen con los pockys? De ponerlos en tu boca para luego voltear a ver a tu pareja y…bueno ya sabes.
-Si, no hace mucho se volvió popular, incluso yo lo he intentado.
-Lo hice con Makoto al final de las clases. –Lo digo tan rápido y alto como me es posible.
-¿Cómo? –Me mira sorprendida– ¿Besaste a ese pequeño inocente?
-¡Cállate! Claro que no, además, empiezo a creer que ese niño de inocente no tiene nada.
-¿Eh?, es que acaso ¿fue él quien te robó el beso? –Su sonrisa juguetona no desaparece, le encanta burlarse de mí con este tipo de situaciones.
-¡No! No hubo un beso por parte de nadie, pero básicamente porque yo no lo permití; él no se alejaba, estuve a punto de hacerlo, sin embargo, me arrepentí.
-Si él no se detenía debiste hacerlo, probablemente pensaba dejarte. –Su comentario me sorprende, me sonrojo al imaginarlo.
-Es que, no pude Hayami; seguro él no estaba pensando las cosas, ¿qué se supone que haríamos después de eso? Se volvería incómodo vernos, hablarnos, todo. Él ya es casi mi segundo mejor amigo, no le digas eso a Shinryu.
-Exagerado, era un simple beso entre amigos.
-Por favor, te hablo enserio; sé que tú tienes tu forma de ser y lo respeto; yo en cambio, no considero correcto darle un beso a alguien que no tiene un afecto romántico hacia mí. Además, tampoco estoy listo para eso. –¿Cómo podría besar a Makoto si en mi mente aún está ella?
-Lo sé, solo juego contigo, me divierte ver cómo reaccionas todo serio; –se ríe un momento y luego continúa platicando– entiendo lo que dices, aunque en realidad tú ni si quiera sabes lo que Makoto siente o si le gustas. Nadie permite una cercanía así con quien no le agrade.
-¡No digas tonterías niña! –Ahora soy yo quien inunda el cuarto con risas– ese beta puede ser un coqueto pero jamás pensaría en verme como pareja, ¿lo haz visto? probablemente tenga muchos pretendientes detrás de él, la cantidad suficiente para escoger a un hombre que pueda corresponder con sinceridad sus sentimientos.
-Entonces, ¿te crees incapaz de corresponderle? –Ella está obligándome a pensar de más.
-Me creo incapaz de ofrecerle una relación dolorosa e incómoda donde él deba competir con el recuerdo de alguien más, para eso mejor que busque a una persona que solo piense en él. ¿No somos exactamente buenos ejemplos de lo que provoca una relación tóxica?
-Shin, ¿te das cuenta de que ni si quiera te importa el pensar en la posibilidad de que Makoto te quiera como pareja? Es decir, escúchate, podrías haber dicho que no besarías a un chico o que no le harías caso a un hombre. En lugar de eso pones excusas para alejarlo, tratas de protegerlo de ti.
-Bueno, es que no veo tal posibilidad, Makoto me ha demostrado ser un buen amigo. Y sabe todo lo que he pasado, así como mis gustos; ilusionarse conmigo sería para él un conflicto innecesario, el peor error que cometería, créeme no me lo imagino ni considerándolo.
-Si quieres mi consejo, asegúrate de que lo que afirmas sea cierto, y ¡no me hagas esa cara de fastidio! Enserio, si le está naciendo un sentimiento diferente al de amistad por ti, mientras tú lo ignoras; con la cercanía que parecen empezar a tener, vas a ganarte problemas.
-Ok, prefiero evitar preguntarlo de frente porque Makoto entra en pánico con esos temas y si fuera cierto saldría corriendo. Voy a observarlo con más detalle por unos días, así podré salir de dudas.
-A mí me suena a que ambos son unos cobardes. –Se acerca e inmediatamente pone sus manos sobre mi cabeza.
-¡Por supuesto que no! Ambos intentamos actuar de la mejor manera para no arruinar la amistad…
-Cambiemos el tema, ¿puedo peinarte?
-¿Qué tienes con mi cabello? –Empiezo a sentir cómo lo jala.
-Ni idea, es incluso más bonito que el de una chica y eso que no lo cuidas nada.
-¿Es un halago o una ofensa?
-Supongo que ambas. ¿Me dejas? –La miro ilusionada, la última vez evité que me pusiera un peine encima, quizá debería permitirlo por esta única ocasión.
-Te voy a dejar, solo ni se te ocurra hacerme otra cosa que no sea una coleta ¿oíste?
–Ya sé, lo has dejado muy claro, sosiégate hombre.
Mientras Hayami me peina sus palabras dan vueltas por mi cabeza, tal vez debería hablar con Makoto o podría ser mejor solo ver cómo actúa frente a mí. No quiero incomodarlo con dudas sin sentido.
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