Odio los lunes, probablemente todo el mundo ha dicho eso cada día a cada hora que ha debido abandonar la cama para ir al trabajo o a la escuela; y yo no soy la excepción. Hace ya algunos años que el hecho de iniciar la semana se ha vuelto pesado y molesto para mí, tal vez sea por la rutina, el aburrimiento de hacer siempre lo mismo, por tener que formar parte de la sociedad o simplemente por la tristeza de abandonar mi cama cuando preferiría permanecer ahí todo el día.
Sea como sea ya es tiempo de alistarme para ir a clases, así que, aun con flojera me levanto, tomo un baño rápido, busco unos pantalones junto a una camisa para vestirme y ya arreglado preparo mi mochila con los cuadernos que necesito; solo me falta conseguir el desayuno, el cual pido en la cafetería de la prepa, suelo desayunar algo ligero, con un café y un pan de dulce tengo hasta la comida.
Al terminar con mis alimentos me dirijo rápido a mi primera clase, en realidad no tengo ninguna necesidad de ir a prisa, pero he tomado el hábito de llegar a cualquier lugar con cierto paso apresurado, por si acaso.
Entrando a la clase voy directo hacia mi asiento, ahí puedo observar a Aisuu, quien ya se ha tomado la libertad de sentarse a mi lado, –hay que admirar las agallas de esa chica– este hecho se me hace un poco extraño debido a que casi siempre es Makoto quien va a mi lado, sin embargo, lo dejo pasar debido a que en contadas ocasiones hemos llegado a compartir el lugar por la ausencia de Makoto, evento que parece estar ocurriendo el día de hoy.
-Oye ¿Dónde está Makoto? –Le pregunto al omega, aun esperanzado a que nuestro pequeño amigo peligris aparezca.
-No sé. El profe viene llegando y él no se ve por ningún lado.
-Tal vez va a llegar hasta la siguiente clase. –Sacamos nuestros cuadernos y dejamos la charla para poner atención a la clase.
Conforme el día iba pasando más se notaba la ausencia de Makoto, de hecho, en él son comunes cosas que en otros estudiantes no; como llegar ciertos días hasta la segunda clase o realizar escapadas de la prepa para ir a diferentes lugares solo –Para mí eso se debe a la poca libertad en su casa, le prohibían muchas cosas, incluyendo salir sin un motivo importante–. Por esta misma razón, Aisuu y yo concluimos que probablemente no lo veremos hasta las clases de mañana y dejamos la preocupación de lado. Terminando las clases nos despedimos para poder dirigirnos cada uno a su dormitorio, sin Makoto tenemos pocos temas de conversación.
Me llevo una gran sorpresa al llegar a mi cuarto y observar una cabellera color pasto, es Hayami, mi chica morena favorita –comparto el dormitorio con ella, pero su horario es algo intenso y es muy difícil lograr coincidir– cuando nota mi reacción se empieza a reír.
-¡Arriba las manos, esto es un asalto! –Usando sus manos me apunta fingiendo traer un arma.
-Estúpida niña, búrlate de tu hermana. –Mi risa se une a la suya.
-¿Tan abandonado te tenía? –Se acerca estirando el brazo para poder tocar mi cabello, no sé qué tiene con él, pero siempre que ve la oportunidad lo agarra.
-Bueno, si cuentas solo coincidir cuando alguno ya está dormido como abandono, entonces sí. Además, obviamente he notado las veces que no pasas la noche aquí. –Le sonrío de forma maliciosa, sexualmente es muy activa eso nunca lo ha ocultado.
-¡Oh bueno! No todos los betas somos unos aburridos, además ya sabes cómo soy, me gusta disfrutar y vivir de todo. Para mi buena suerte esta escuela me permite hacerlo con mayor libertad. –Creo que me conseguí puros amigos oprimidos en casa.
-Yo no te juzgo, solo ten cuidado ¿si? –Ella sabe lo preocupado que me pone cuando sale con alguien, suele escoger mal a sus parejas o ser quien arruine todo si la relación es buena.
-Siempre. –Suelta mi cabello y sonríe, yo la vuelvo a acercar a mí para abrazarla.
-Ya extrañaba platicar contigo, ¿hace cuánto te cortaste el cabello? Se te ve bien. –La suelto para permitirle hablar.
-Gracias, apenas tiene una semana, me harté de traerlo tan largo y lo corté hasta arriba de mis hombros. Ya sabes arrebatos de chicas.
-Si claro, solo de chicas. –Si supiera que dejé de cortarme el cabello desde lo de A.G.
-En cambio tu cabello es cada vez más largo, ¡ahora puedo hacerte más peinados! –Demonios, debí pensar en eso antes de preguntarle por su apariencia.
-¡Aleja tus manos de mí!
-Vamos, una trenza rápido. –Me da una miradita tierna para manipularme.
-¡No! Nada de esas cosas, si quiero peinarlo yo solo lo recojo. Mejor ya vamos a dormir, mañana otra vez tenemos clases. –Conseguí dar el tema por terminado, cada uno se fue a descansar en su respectiva cama.
Después del lunes la semana va avanzando cada vez más rápido, todo sigue casi exactamente igual, excepto por la evidente ausencia de Shinryu, el cual solo me contesta de vez en cuando los mensajes diciendo que está bien, aunque aburrido. También está la ya sorprendente desaparición de Makoto, no lo hemos visto, ni hemos podido hablar con él en cuatro días; ya para el viernes Aisuu me tiene harto con sus dramas y sacudidas a mi ser por la preocupación al no tener noticias de él.
-¿Quieres calmarte? A este paso vas a dejarme idiota con tanto zarandeo de aquí para allá. –Agarro sus manos tratando de mantenerlas quietas.
-Lleva mucho tiempo desaparecido, ¡casi una semana!, y nadie ha sabido de él. Las ocasiones pasadas al menos una persona podía localizarlo.
-Quizá esta vez se le olvidó decirle a alguien, o no conocemos al amigo que le contó.
-He stalkeado bien sus redes sociales, si ese fuera el caso lo habría notado.
-Relájate, probablemente regrese el fin de semana.
Yo también estoy preocupado, no parece estar en su cuarto, nadie de sus amigos sabe de él, de su familia no tenemos mucha información así que ni idea de cómo comunicarnos con ellos. Es como si hubiera desaparecido de la Tierra, Makoto ¿dónde estás? ¿te encuentras bien? ¿por qué nos asustas así?
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