Mientras navidad se aproximaba comencé a empacar, mi plan era ir a casa una semana antes para evitarme el tráfico que surge en estas fechas. En días anteriores me deshice de casi todas las redes sociales que tenía en el celular, únicamente dejé una, en donde me mensajeaba con amigos cercanos, aunque solo la utilizaba de vez en cuando. ¿Cómo le hice para entretenerme entonces? Escribir, dibujar, leer, ver series o animes en algunas ocasiones; cualquier cosa que me permitiera alejarme de todo el mundo y centrarme en mí. Esos días me parecieron tan relajantes después de todo lo que había ocurrido en el año; desgraciadamente lo bueno no dura para siempre y precisamente hoy es el día en que regreso con mi entrometida familia.
Mi celular sonó justo cuando terminaba de arreglarme para poder emprender mi excursión de dos horas camino a casa –Escogí una escuela lejana esperando evitarme la presión de las grandes expectativas para mí simplemente por ser alfa, algo raro en los Akutagawa–. Al ver el nombre de quien marcaba no puede evitar dejar salir una leve sonrisa acompañada de nostalgia, hace bastantes meses que no la veo.
-Bueno. –Esperé a que contestara.
-¡Hola! –Parece contenta.
-¿Qué pasó? –Dije haciéndola ir directo al tema, no me gustan los rodeos.
-¿A qué hora vas a regresar?
-Justo estaba por salir cuando marcaste, ¿por? –Tengo la sospecha de que puede recogerme, por favor, que sea eso.
-¿Quieres que pase por ti a la terminal del metro? –¡Sí!
-Claro, si puedes, me ahorrarías un pequeño tramo del viaje cargando maletas. –Este tipo de oportunidades siempre se aprovechan.
-Obvio puedo, entonces al rato te veo Shin, bye.
-Adiós hermana. –Ver a Satomi y a mi madre no me molesta, el problema es el resto de mi familia, con los que quiera o no, voy a terminar por encontrármelos de frente. ¿Es imposible tener familia únicamente con personas que te caigan bien?
Tomé mis cosas, salí del dormitorio y cerré con llave –mi compañera de cuarto hace días se fue con sus padres y no regresará antes que yo, aun si eso pasa ella encontrará dónde dormir por unos días–; caminé hasta la parada del camión esperando cinco minutos más o menos, hasta que por fin llegó. El camión me deja en el metro, donde mi travesía es más larga, conforme el transporte avanza mi mente va quedando en blanco al concentrarme en los paisajes; es muy común que me quede en la nada de repente, sobre todo viajando.
Cuando finalmente abandono el caótico metro, localizo un carro azul con una chica joven de cabello negro adentro, es Satomi, ya está esperándome. Mi pequeña hermana suele salir temprano del trabajo, así que tuvo el tiempo exacto para venir hasta aquí por mí. Me acerco al auto a paso apresurado, toco la ventana del conductor para hacerle notar mi presencia, ella voltea a verme y luego de dedicarme un saludo con la mano junto a una pequeña sonrisa, presiona un botón del auto para abrir el maletero donde subo mis cosas rápido, así podemos irnos a casa lo antes posible, estoy cansado, hoy estuve cerca de demasiada gente.
-El hijo prodigo ha regresado. –Bromea Satomi para hacer conversación, apenas subí en el auto.
-No me digas así, hace mucho dejé de serlo. –Lo digo mientras rio, pero ella sabe que hablo enserio.
-Sigues siendo mi hermanito. –Revuelve mi cabello antes de arrancar.
-Cállate, ¿quieres concentrarte en conducir?, aunque seas mayor en edad, yo lo soy en actitud y apariencia. –Le guiño un ojo en broma.
-Lo que digas anciano. –Eso logra molestarme más, aunque ya no se me ocurre qué contestar– ¿Cómo ha estado la escuela?
-Aburrida, pesada, tediosa, como siempre. –No quiero tratar ese tema con ella, ni con nadie en realidad.
-Shin, ¿En serio quieres estar aquí? –De pronto el ambiente se volvió tenso.
-Si quieres que te sea sincero no, hace meses que prefiero estar solo en los dormitorios de la escuela, pero se lo prometí a mamá así que aquí me tienes, en el lugar donde menos deseo estar. –Hice una pausa y decidí cambiar el tema– ¿Qué crees que comeremos esta vez en la cena de fin de año?
-¡Ay! Ni idea, nuestros tíos ya me tienen fastidiada con que si pavo, tamales y demás. Al final va a ser ponche y algún tipo de carne de cerdo, como siempre.
-Claro, ya veo el aburrimiento después de una hora de haber llegado. Solo espero que mi madre quiera regresar a casa temprano. –A pesar de que Satomi y yo no somos nada parecidos concordamos en ciertas cosas, como en que hace mucho nuestra familia se volvió un fastidio, la mayoría al menos.
Con la plática el viaje se hizo bastante ameno, tanto así que ni me di cuenta de que estábamos a pocas calles de llegar a casa, observando bien, casi todo sigue igual, apenas llevo año y medio alejado de este sitio, y aun así creí llegar a encontrar al menos una tienda nueva, más carros en las calles o una casa más por los alrededores. Nada, sigue siendo como siempre.
Llegando Satomi mete el auto a la cochera, me ayuda a sacar mi equipaje dejándolo en la entrada de la casa y le marca a nuestra madre para avisarle que he llegado. Por mi parte comienzo a subir todo a su cuarto, solíamos compartirlo antes de irme, así que no le molesta si me hospedo ahí por unos días. Además, no tiene opción, solo hay dos cuartos en la casa, siendo uno de ellos de mi mamá. Le hizo muchos cambios al lugar desde que me fui, igual no está mal, simplemente es más adulto.
-¿Hay comida en la casa? –Es lo primero que pregunto al terminar de desempacar.
-¿Tú qué crees? Aun es lo que más abunda en esta casa. Mamá se acostumbró a cocinar demás por culpa tuya.
-Pues una disculpa, a ciertas personas si nos gusta alimentarnos. –Le respondí a la defensiva, aquí va la primera pelea entre hermanos del día. Nos queremos, solo no nos soportamos por muchas horas. Espero llegar con la bandera de la paz a fin de año.
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