“¿Cómo estás?”, un fin de semana ha pasado desde que ocurrió lo de A.G. y lo único que he leído y escuchado de todos mis amigos, familiares y conocidos es “¿cómo estás?”, bueno mi novia acaba de morir ¿cómo crees que este? ¿Enserio quieres que responda tu pregunta estúpida? –¡De la mierda! Pero gracias por preguntar– juro que si escucho a alguien más haciendo esa pregunta lo voy a lanzar por la ventana de un tercer piso como mínimo. Aunque no tengo energía para eso, sé que tratan de demostrar preocupación, aún así solo me están irritando; lo que quiero es estar en completa soledad solo. Dejé las redes sociales y me centre en ver series para tener algo de distracción.
Makoto y Aisuu también se habían enterado de lo ocurrido, aunque ellos no me tocaban el tema tan directamente, no sé si les de pena preguntar igual mejor para mí, son los únicos a los que les respondí los mensajes. Justo me encuentro esperando a que lleguen a biología, la primera clase del día, ya que Makoto dijo que me traería algo, en realidad no estoy para recibir ningún presente de consuelo, pero no lo pude rechazar por alguna razón.
-¡¡Non-taan!! –Se me fueron hasta las ganas de pelear por su vergonzoso apodo.
-Hola. –Él me abraza de sorpresa y yo no reacciono, no me siento ni bien ni mal con eso, solo lo dejo hacerlo.
-Ten, son para ti. –Me da unos panes al vapor, ya lo he visto prepararlos antes, los hace rellenos de chocolate y están ricos–Puedes comértelos todos.
-Gracias. –Si existiera una forma de hacerme sentir mejor creo que este beta lo acaba de descubrir. Comida, no puedo rechazar ni molestarme por recibir comida, tampoco es que lo solucione todo, pero siento que aunque no pueda entender lo que me pasa intenta ayudarme a su manera.
Me como los panes en cuanto terminamos de hablar, enserio están muy buenos. Conforme las clases van pasando me imagino la hora en que se termine la escuela y pueda volver a mi dormitorio, sé que debería prestar atención solo que no le veo el sentido a hacerlo, quiero estar en mi cama acostado esperando, ¿qué? bueno que cuando me duerma no vuelva a despertar.
Por desgracia para mí cada día abro los ojos y cada día regreso a la rutina escolar; esta semana es la de entrega de calificaciones, eso tampoco me ayuda a animarme, ya que, aunque aprobé la mayoría, cierta profesora de biología decidió que llorar frente al cuerpo de A.G. cuando debía estar entregando un proyecto con el 80% de mi calificación era una irresponsabilidad así que no me dejaría llevarlo después. Espero que algún día su marido tenga un accidente letal y la obliguen a estar día y noche en el trabajo vieja bruja.
Entre los tantos pensamientos que tuve mientras atravesaba por esta situación, se encontraba la plática con Makoto de los destinados, tiempo después de eso volvió a hablarme del tema, dijo que si tu destinado muere tú perderás las ganas de vivir, A.G. no era mi destinado, pero es muy parecido a lo que me pasa. Sin embargo, si ella me viera estando así se sentiría decepcionada, sé que muchas veces ella pensó lo mismo, claro, nunca pudo hacerlo y aquí estoy yo buscando morir, que estúpido. Tendré que esforzarme por ella, lograré hacer algo que la haga sentir orgullosa y también a mí.
El segundo trimestre había empezado y eso significaba una segunda oportunidad para mejorar en la escuela, socializar había salido de mi lista de prioridades, tener a Makoto y Aisuu era suficiente. Curiosamente después de tres meses de convivencia nos hemos dado cuenta que Makoto habla mucho de cometer suicidio, pregunta cosas como “¿Qué harías si te llaman diciendo que estoy muerto?” o “¿sabías que es más efectivo matarte con tal cosa?”; puede verse como broma pero estoy seguro que él lo dice muy enserio. Tiempo atrás hubiera hablado con él para decirle que debía valorar su vida y todas esas cursilerías, actualmente creo que debe tener sus propios motivos para hacerlo, suena irresponsable ¿no? Pienso que si no sé qué es lo que le ocurre para cometer tal acto ¿por qué voy a hacer que se sienta juzgado? Dirá que no es mi problema. He decidido simplemente ser su amigo el tiempo que siga aquí; parece que justo hoy tiene una nueva pregunta para mí.
-¿Por qué todos se molestan cuando les digo que quiero matarme? –Oye, eso es demasiado directo ¿no crees?
-Depende de la persona, tú y yo nos conocemos de poco así que tu muerte me afectaría, igual no voy a detenerte; porque incluso yo he llegado a pensarlo. En el caso de tus amigos imagino que es porque te quieren lo cual es en cierto modo egoísta, no quieren perderte por eso lo impedirían.
-¿Y si dejo de hacer amigos? –Me lo pregunta emocionado, en mis 17 años de vida no había conocido un ser más extraño.
-Eso es imposible para ti, eres muy sociable, además tu cara hace que todos quieran hablarte
-Enséñame a ser asocial.
-Eso no se enseña, y aunque dejes de hacer amigos ¿qué pasa con los que ya tienes? Se van a seguir preocupando por ti, aunque tú no quieras.
-Ya sé. –Me dice desanimado y haciendo pucheros.
Quiere suicidarse, pero no quiere que sus conocidos se vean afectados por eso, que pensamiento tan raro es ese ¿no habrá nada normal en este chico?, por cierto, su compañero de dormitorio debería haber notado si Makoto ya ha intentado quitarse la vida ¿no?, ¿quién es? Ni si quiera le he preguntado qué dormitorio le asignaron.
-Oye ¿puedo conocer tu dormitorio?
-Claro, podemos ir ahora, se me hace extraño que no fueras ahí antes. –Me dice mientras caminamos.
-¿Por qué debería? Si nunca me has invitado. –Paramos en una puerta con símbolos beta y alfa, con que su compañero es alfa, abre la puerta y no puedo creer lo que veo.
-Hola Shin, ¿qué haces acá?
-¿Shinryu? –Mi mejor amigo se encontraba sentado en un cojín viendo la televisión tranquilamente.
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