DUDAS

Ver a A.G. me hizo bien, pase la semana siendo más positivo en cuanto a la escuela ya que quiero que cuando vuelva se sienta orgullosa de lo que me estoy esforzando por recuperar mis calificaciones –el primer año me fue horrible debido a ciertas circunstancias– además le tome la palabra y estoy buscando llevarme mejor con mis compañeros de clase, aunque en eso no me va muy bien; pero al menos con Makoto y Aisuu he logrado avanzar, me sorprende que siendo tan diferentes nos llevemos bien. Justo ahora estoy en una extraña conversación con Makoto puesto que parece sacar temas –podría decirse que ¿curiosos?–al azar.

-¿Sabes lo que es un destinado?–Me pregunta el pequeño beta.

-…No, pero suena a una pareja que está destinada a estar junta o eso creo ¿qué es?

-Pues es más o menos así aunque me da pereza explicártelo ¿no prefieres leerlo?

-¿Crees que tengo cara de querer leerlo? –Él entiende que obviamente no quiero y comienza a hablar.

-Resumiendo hace tiempo se creía que habían parejas entre alfas y omegas que estaban destinados a estar juntos y podían distinguirse porque percibían en lo que vendría a ser su alma gemela un olor particularmente agradable, tiene más detalles, aunque supongo que para ti está bien en esos términos. –No sé si acaba de llamarme idiota amablemente.

-Eso significa entonces ¿Qué ya tenemos alguien decidido con el que debemos pasar nuestras vidas y hacer familias?

-En realidad dependiendo el caso puedes o no enamorarte pero el apetito sexual hacia esa persona estará presente, claro que eso no ha pasado en muchos años y nadie te podría asegurar que sea verdad. –Esto empieza a ser cruel.

-Ya es bastante difícil lidiar con el celo, tener que estar con alguien que no quieres solo por estar ligados, no me agrada; me gusta controlar mi propio destino, eso incluye escoger a la persona que quiero para todo.

-Oye tranquilo, he dicho que hace mucho que no pasa, solo te lo contaba como curiosidad; me gustan ese tipo de temas. –Perece que me adentre mucho en esto.

-Si ese es el caso fue interesante, solo esperemos que siga sin pasar. –Dejamos la plática ahí y seguimos con las clases.

Volví a visitar a A.G. dos veces, después tuvieron que cambiarla de hospital y me fue más difícil lograr verla, más que nada porque era temporada de evaluaciones y no encontraba tiempo para ir al lugar; la distancia nunca sería un problema para mí si hablamos de esa chica. De cualquier forma, seguíamos hablando por mensajes, le contaba cómo me iba y ella me platicaba sobre el paisaje de la ventana o los doctores. Todo parecía ir bien para ambos pero cierto día un pánico raro le invadió de sorpresa en la madrugada.

Ángel: Shin, perdón por ponerme así pero tengo miedo. –Me desperté a las dos de la mañana leyendo eso, por suerte no tenía mucho de haber sido enviado.

Shin: ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Ángel: Los doctores dicen que es necesario que me vuelvan a operar y mi madre ya dio el consentimiento, no quiero, enserio tengo mucho miedo. -¿otra operación? Lleva como dos en estos meses, además de tres que cancelaron, no me agrada cómo suena.

Shin: Tranquila, ya te lo he dicho ellos saben lo que hacen, quizá esto ya sea lo último y luego regresas a casa, hace poco dijiste que ya casi te daban de alta.

Ángel: No creo, eso fue antes de que hablaran de esta nueva operación y por lo que han dicho no parece que sea bueno, no confío en ellos, quiero ir a casa Shin, enserio. –¿Qué hago? ¿Qué le digo? ¿Cómo diablos le doy esperanza a alguien hospitalizado?

Shin: Tú calmada, si no te operan y vas a casa igual en un tiempo tendrás problemas y volverás al hospital; ¿quieres regresar tan pronto o prefieres curarte y no tener que volver más? –Trataba de ser coherente, crecí siendo así, no podía saber si le estaba dando ánimos o solo la presionaba más.

Ángel: Es que lo que están diciendo estos doctores no es nada motivante. –Confirmado esto enserio no me agrada, me ha transmitido el pánico que siente.

Me tome tiempo para convencerla de que operarse era lo mejor y de que nada malo pasaría, después volvería a casa para que todos la recibiéramos con los brazos abiertos, desafortunadamente para mí, las motivaciones que le daba a ella yo no me las tragaba, sentía que le estaba mintiendo, que algo pasaba y yo buscaba ocultarle ese hecho. Trataba de bloquear mis negativos pensamientos y centrarme en los exámenes, aunque en ese aspecto tampoco me iba tan bien como esperaba.

El día que llegó su operación me mandó un último mensaje “en una hora me operan Alfa enano, regreso en una semana según los doctores”; decidí esperar y tranquilizarme, después de todo era ella y siempre había sido bastante fuerte, aunque no lo supiera.

Sin embargo, el tiempo iba corriendo, la escuela iba bien; exceptuando las relaciones con mis compañeros y las clases de mi profe de etimologías quien resultó ser más perro enseñando de lo que esperaba; además A.G. llevaba dos semanas en un tipo de coma inducido después de su operación, su familia me dijo que era algo normal y que probablemente en una o dos semanas despertaría; pero cuando Shinryu o Hayami me preguntaban por ella mi respuesta no les convencía–lo notaba por la expresión en sus rostros–al final terminamos preguntándole a otra chica que sabía algo de medicina y nos dijo que ya había durado mucho. Esa información no hizo más que generar más conflictos y miedos en mi cabeza, que terminó por afectarme en mi evaluación de etimos –el primer examen de la semana y lo reprobé–quería mandar todo a la mierda.

Toda la frustración que había acumulado me llevó a aceptar la primera propuesta de emborracharnos de Makoto, tanto él como Aisuu estaban estresados y tenían sus propios problemas así que ninguno rechazó; nos pusimos de acuerdo para comprar y los lleve al lugar donde Shinryu y sus amigos tomaban –casi nunca hay nadie ahí –bebimos, escuchamos música y maldecimos a nuestro profe de etimos, el cual nos había reprobado a los tres. Curiosamente me gustó pasar ese momento con ellos; tomar con Shinryu era algo frustrante porque le gustaba armar alboroto, pero tanto Makoto como Aisuu parecían borrachos tranquilos, me la pase relajado en ese momento.

Al día después de aquella primera aventura con mis nuevos amigos me llegó un extraño sentimiento, no le hice caso en toda la tarde hasta que ocurrió la clase de historia. Estaba ocupado prestando atención a la profesora cuando una sensación de que me miraban me hizo voltear a la puerta, dos chicas que ubicaba como amigas de A.G. se encontraban ahí, dudé si me buscaban a mí pero supuse que no al instante, ya que aun siendo novio de una chica sociable no destacaba mucho en la escuela; mi conclusión fue que miraban a un amigo o una persona que les gustaba –simples excusas porque no quería que me buscaran a mí–. La clase terminó y salí del aula, tal como pensé las chicas de hace poco ya no se encontraban fuera y yo seguí mi camino rumbo a mi clase de matemáticas, pero de un momento a otra esas chicas se me pusieron enfrente.

-¿Shin? –El tono en su voz no me gustaba.

-Sí, ¿Qué pasa conmigo?

-Me habló la mamá de A.G. porque parece que no contestas tu celular y…–no, no, ¡NOO! –quería decirte que A.G. acaba de fallecer haca unas horas.

-Bueno, gracias por decirme; emm. –Intenté caminar a otro lado, son desconocidas, no dejaría que me vieran llorando, además ¿qué digo? ¿Horas? ¡¿Malditas horas?! ¡¿Por qué me lo dicen apenas?!

-¿Estás bien? –Me preguntaron ya de lejos.

-Sí, voy a buscar a alguien; adiós. –No voy a buscar a jodidas nadie, solo váyanse.

Me refugie en un pasillo de la escuela, esperando que todos entraran a sus clases pronto para que no me vieran e hicieran preguntas innecesarias –por alguna razón los humanos solo son empáticos cuando te ven realmente del carajo –pero no quería quedarme totalmente solo y justo cuando esa idea llegaba Shinryu se acercó, puesto que al parecer pensaba buscarme en mi salón de historia. No aguante más y me fui directo a él, necesitaba una abrazo para calmarme.

-¿Qué tienes? ¿Shin? ¿Qué ocurre? –Su voz se oía tan preocupada que me parece supuso lo que estaba pasando, solo quería confirmarlo.

-A.G…está muerta. –No encontraba una forma correcta de decirlo, me temblaba la voz y quería encerrarme en mi dormitorio.

-No, ¡Shin! ¡No es cierto! –Él no podía evitar que se le salieran algunas lágrimas, era el más sentimental de mis amigos, además le había tomado cariño a A.G. eso lo sé.

-Me lo acaban de decir ¿por qué mentirían?

-No lo sé, pero deberíamos hablarle a su mamá ¿Qué te parece?

-No puedo, márcale tú si quieres.

Así lo hizo, vi a mi mejor amigo sacar su celular del bolsillo para marcarle a la madre de mi novia y después de que le contestara leer su clara expresión; se lo habían confirmado, A.G. había muerto.

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