# 5

ERICK

Estaba llegando a mi casa y no podía sacar de mi mente, esos hermosos ojos verdes. Lo nerviosa que se puso cuando me le acerque, lo roja que se puso su cara. Quería aparentar ser una chica ruda, pero se veía como un pequeño gatito, dando zarpazos, sonreí como tonto, por mi propia analogía. Era muy linda, pero aunque parecía inofensiva, he visto sus golpes y son de cuidado.

Pero cuando toque su mano, maltratada por el trabajo duro. No pude evitar sentir ternura por ella... Y mucha curiosidad. ¿Cómo es que una niña tan pequeña y delicada, terminó en un taller mecánico? Y era algo incomprensible para mí, por qué yo no sabía ni cambiar una llanta.

Debe ser mi falta de experiencia amorosa, la que me hace verla de esa manera. Nunca he tenido una novia formal, son contadas las mujeres con las que he salido, pero, después de la experiencia que tuve con Katia, nadie, parecía llenar ese vacío.

Katia... Mi primer amor. La conocí en la universidad, ella estaba en artes dramáticas, cosa que se le daba muy bien. Y yo en comercio Internacional. Al ser un prodigio, yo era menor que ella, dos años, pero por mi altura, muy pocos lo notaban.

Estábamos saliendo, aunque muy poca gente lo sabía, ella no quería que se supiera que estaba saliendo con alguien menor y que además era un nerd. Ella era tan extrovertida y sociable y yo todo lo contrario. Ella fue mi primera experiencia sexual, pero yo no fui el primero de ella. Aunque no me molestaba, no es que estuviera pensando en casarme con ella. Después entendí, el por qué no quería que nadie supiera, ella solo quería tener una relación abierta y conocer más gente. Yo solo era un niño que ella manipulaba a su antojo, sin embargo, no me quejo, ya que, gracias a su experiencia, las pocas mujeres con las que he estado, he tenido un desempeño satisfactorio.

Estaba tan metido en mis pensamientos, que no note, cuando mi madre entro al comedor.

- Hola, mi amor. ¿Que piensas?-

- Hola mamá. Solo trabajo, ya sabes.-

- Lizbeth, quedó encantada contigo. Es una niña muy linda y muy educada, sus padres, supieron hacer un buen trabajo. ¿Que te pareció?-

- Si tuviera un botón para cambiar esa voz nasal que tiene, tal vez lo pensaría.- Me sentía molesto.

- ¡Erick! ¿Por qué esa falta de respeto?-

- Lo siento madre, me disculpo, igual no saldré con ella -

- Deberías pensar menos en el trabajo y más en tu vida personal. No te presiono, pero quiero conocer a mis nietos.-

- El día que tengas nietos, será por qué encontré a alguien, muy, pero muy especial...-

No pude evitar pensar en esos ojos verdes. Pero con ella, solo podía pensar en que intentaría dominarme y yo no soy así.

- Igual no seas grosero con Lizbeth. Es muy agradable.-

- Como digas madre. ¿Cómo van los preparativos de la gala?-

- Bien, la mayoría de los invitados ya confirmaron su asistencia... Incluyendo a Eduardo Valtierra.- Dijo ese nombre un poco mas bajo. La mire desconcertado por un momento. El fue mi compañero en la universidad y aunque no ha tenido tanto éxito como yo, le va bien en los negocios. Pero esa no es la razón de nuestra rivalidad. La razón es por qué no descanso hasta que Katia, se casó con el. No justifico a ninguno de los dos, por qué el solo quería algo que yo tenía en ese momento. Y ella, se dejó llevar por el dinero, por qué en ese momento, mi padre acababa de fallecer y la empresa estaba en muy mal momento.

Así empezó nuestra lucha de poder, claro que en casi todo he ganado yo, mejores proyectos, mejores contratos. Aún así, siempre está un paso detrás de mi.

- Está bien madre. No importa.-

Terminamos de cenar y nos fuimos a nuestras recámaras, me di una ducha para despejar mi mente, estaba, por un lado, tenía que resolver lo de Samantha, está hermosa niña, dura como roca, que no quería dar su brazo a torcer, después Lizbeth y mi madre, ¿Como iba a hacer para evitarlas? Y por último, Katia. Pretender que la he superado.

Me sentía cansado, hubiera sido mejor no saber que iba a estar presente, pero tampoco era bueno para mí, no estar preparado.

Toda la noche me la pasé, en un sueño recurrente, estaba en medio de un lago, el agua me llegaba al cuello, pero algo me tenía atrapado dentro, no podía moverme.

Cuando por fin amaneció, mis ojeras volvieron nuevamente. ¿Cómo iba a estar presentable para la gala si no podía relajarme?

- Te preguntaría como dormiste, pero tu cara lo dice todo.- Mi madre ya estaba sentada en el comedor esperando por mi.

- Lo siento, no pude descansar.-

-¿ No debí decirte lo de Eduardo?-

- Eso es lo que menos me preocupa.- Mentí y comí en silencio.

- Me voy, tengo demasiado trabajo. Cuídate te veo más tarde.-

- Adiós cariño. Te veo en la noche.-

Salí de ahí y maneje directo a la oficina, no saludé a nadie y me encerré, ¿Por qué aún no podía olvidarla? Aunque era verdad que si no la mencionaba, mi vida era normal, el solo hecho de volver a saber de su existencia, volteaba mi mundo de cabeza. Ella fue la primera en todo, en mi vida. Mi primer amor, mi primer experiencia sexual y por último, mi primer decepción.

Así estuvo el resto del día, todo fue un caos en mi cabeza, no me podía concentrar y el día se me hizo eterno. Pero tenía que salir adelante. No iba a dejarles ver cuánto me afectaba aún.

Con eso en mente, pase el resto de la semana hasta el día del evento. Me bañe, me puse mi traje y salí, listo para enfrentar lo que sucediera en esa bendita fiesta. Nunca me habia sentido tan presionando por un evento como ese. Salí y mi madre estaba ya esperándome para irnos. Era la hora de que esto comenzará...

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