capítulo 3- molesto

Después de recibir los documentos correspondientes, se dirige fuera del juzgado cuando al pasar por un pasillo vacío, alguien la jala del brazo y la lanza contra la pared, al levantar la vista, ve que era el Conde Bennett, el padre de la pobre dueña del cuerpo.

- muy valiente ante todos, pero te voy a recordar quien es tu dueño y a quien le debes todo lo que tienes.

Levanta la mano para golpearla, pero Alina lo esquiva y sin pensarlo, le lanza una patada entre las piernas al hombre, cuando este lleva sus manos a cubrirse por el dolor, Alina le sujeta el cabello para obligarlo a levantar la vista, encontrándose, con mirada profunda llena de enojo y odio.

- yo no te debo nada. Y espera, porque también para ti, tengo planes.

- voy a matarte zorra mal agradecida.

Alina sonríe mientras le mira fijamente a los ojos.

- lo que le hice a Norton, no es ni la mitad de lo que te haré.

La sonrisa maliciosa de Alina, hizo sentir un escalofrío en todo el cuerpo del Conde, Alina solo le suelta y lo empuja para que caiga mientras ella sigue su camino, ahora con los bienes del Duque Norton, tiene suficiente poder para hacer de las suyas. Al llegar fuera, un grupo de carruajes la espera, en uno iban los sirvientes y en otro más pequeño, solo sube ella.

- a las tierras Norton, debemos construir una nueva vida.

El cochero puso en marcha el carruaje, mientras este se aleja, Luke sale del edificio, viendo como el carruaje de Alina se aleja, tras el sale Irene.

- se ha ido. Quería hablar con ella.

- si, imaginó se ha ido de regreso al condado de Norton.

- no comprendo ¿por qué hablo tan bien del Duque? Majestad, usted sabe y es testigo de lo que intentó hacerme.

- lo se, lady Irene, yo tampoco se porque lady Alina actuó así, era tan diferente de la chica que conocía.

Irene sujeta la mano de Luke, para ir de regreso hasta donde les espera su carruaje. Al llegar a las tierras de Norton, Alina le hizo saber a los sirvientes que ellos seguirán trabajando para ella y que tan pronto vaya al banco, les dará la recompensa prometida, por ayudarla a quedarse con las tierras y toda la herencia, por ahora y por suerte, la residencia de los empleados no se quemo al estar separada de la mansión, así que se quedará en una cabaña, en lo que la mansión empieza a ser reconstruida, Dana le dice que puede usar la cabaña donde ella se ha estado quedando y que ella y sus compañeras se organizarán en otra desocupada, ya que después de todo, hay sirvientes que ya no las usarán.

- ¿cuantas habitaciones tiene una sola cabaña?

- son tres alcobas y una pequeña sala comedor con su cocina.

- bien, Dana, te quedarás conmigo, quiero que seas mi dama personal ¿si?

- si mi lady, será todo un honor servirle.

Dana la guía hasta la cabaña, aun siendo pequeña, es cómoda y limpia, así que Alina toma el cuarto vacío. Al día siguiente el trabajo de reconstrucción ha empezado, pronto un carruaje se hace presente, Alina lo reconoce de inmediato, era el carruaje del Conde Bennett, así que al verlo bajar.

- detengan todo, estas tierras serán vendidas.

Ordeno el Conde, pero Alina les hace una seña a los trabajadores para que continúen.

- ¿vendida? ¿Va a vender algo que no es suyo?

- por supuesto que es mío y no creas que perdonaré tu agresión de ayer. Voy a matarte si no me das los documentos de propiedad.

Alina deja salir un carcajada por las palabras del Conde.

- se lo dije señor, no me moleste o podría, no se...incendiarse su mansión también.

El Conde se muestra furioso por la manera de hablar de Alina, ya que esta acostumbrado a verla bajar la cabeza y obedecer. Levanta la mano y le golpea la cara, ante la mirada atónita de todos.

- zorra estúpida, tú no podrás llevar las riendas de un condado.

Alina solo le mira fijamente con esos ojos afilados, si no fuese por los testigos, quemaría vivo a ese hombre.

- Duquesa de Norton, aunque le cueste, señor, además todos aquí lo han visto pegarme, si yo quiero llamo a las autoridades para decir que invade mi propiedad y que me quiere obligar a cederle las tierras.

El Conde observa a su alrededor, todos los presentes le miran con desaprobación, así no le queda de otra que retirarse pero antes se acerca un poco a Alina.

- no me importa que seas mi hija, voy a acabarte.

- lo mismo digo señor, prepárese para mi venganza.

El Conde se aparta, para subirse a su carruaje, pero, desde su ventana, puede ver a Alina, sin duda, esa chica esta actuando muy diferente, pero eso no quiere decir que no pueda tenerla en sus manos más adelante, seguramente no podrá con la carga y regresará a él suplicando cuando se termine todo el dinero que ha heredado.

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