Capítulo 18

"¡Claro que te amé! ¿Estás satisfecho? Bien pudiste reconocer a tu hija, pero no pudiste ver la sinceridad de la mujer que amas, ¡Típico mentiroso! ¿Preguntas por mi amor? ¿Olvidas que alguna vez fui una buena mujer? Te entendía, sabía cómo eras en tus peores momentos sin quejarme jamás. Pero lamentablemente, olvidaste que solo soy una mujer común y corriente, que puede sentir dolor, decepción y cansancio en esas situaciones". Dijo Eloísa con un sentimiento de desahogo, casi olvidando dónde se encontraba en ese momento.

Las palabras de Eloísa lograron tocar profundamente el corazón de Peter.

"Lo siento", respondió Peter con pesar,."¡Pero no las dejaré solas! ¡Estaré aquí hasta que Hope se recupere!" Continuó Peter, a lo que Eloísa solo respondió rodando los ojos.

"No te preocupes, ni Hope ni yo necesitamos tu presencia, hemos estado acostumbradas a estar solas desde hace mucho tiempo", dijo Eloísa firmemente, acercándose a Peter y tomando su muñeca para llevarlo fuera de la habitación de su hija.

A pesar de que Eloísa usó todas sus fuerzas, fue en vano. Peter no se movió un poco de su asiento.

"¡Peter!", gritó Eloísa.

No obstante, Peter seguía ignorándola mientras observaba el dulce rostro de su hija, la cual seguía dormida.

"¿Te vas o no?".

"No".

"¡Sal de aquí! ¿Eres sordo o qué?".

Eloísa estaba perdiendo la paciencia y golpeaba repetidamente la espalda de Peter, pero él no se movía en absoluto, dejando que la mujer hiciera lo que quisiera.

Si Eloísa quería hacer algo más que eso, Peter lo permitiría igualmente. Él sabía que la lucha de Eloísa había sido tremendamente ardua, y que Eloísa había derramado sudor y lágrimas en cantidades para lograr que Hope llegara a ser como era.

"¡Ya te dije que no me voy!"

"Como quieras, estoy cansada", dijo Eloísa, quien al final eligió sentarse en el sofá.

Continuar discutiendo no tenía sentido y lo único que pasaría era que Hope se despertara. La habitación quedó en silencio durante un buen rato, mientras Eloísa se ocupaba de su teléfono y Peter no se cansaba de mirar a su hija.

Después de estar sentado por demasiado tiempo, Peter decidió acostarse en el mismo sofá en el que Eloísa estaba sentada, usando las piernas de su exesposa como apoyo para su cabeza.

"¡Peter! ¡¿Qué estás haciendo?!"

"Acostándome, ¿Qué más?", respondió Peter con tanta tranquilidad como si no hubiera ningún problema entre ellos.

"¡Claro! ¡No soy tonta para no ver que estás acostado!, pero ¿Por qué tienes que estar en mi regazo?", preguntó de nuevo Eloísa, intentando apartar la cabeza de Peter y alejarse un poco.

"Porque quiero estar aquí", respondió Peter.

"Entonces, porque tú lo quieres, ¿Debo aceptarlo?", preguntó mientras veía como Peter sonreía y asentía con la cabeza. "¡No seas descarado! ¡No quiero que me acusen de ser una destructora de hogares! ¡Eres un hombre casado!", dijo Eloísa.

De inmediato su exesposa se levantó y se movió hacia la silla que previamente él había ocupado.

"¿Quién dijo que soy el esposo de alguien? Soy un futuro divorciado", dijo él.

"No importa, todavía eres un esposo", ella respondió bruscamente.

"Entonces, si dejo de ser esposo de alguien, ¿Significa que está bien?", preguntó Peter mientras levantaba y bajaba las cejas.

Disfrutaba tanto de su tiempo juntos en ese momento, que olvidó que el trabajo en su oficina lo estaba esperando.

"¡No está bien!", respondió Eloísa con una mirada asesina.

"¡Pero yo lo quiero, cariño!", dijo Peter mientras levantaba las manos como si se estuviera rindiendo.

El ambiente en la habitación volvió a estar en silencio por un momento antes de que la voz de su exesposo rompiera el silencio entre ellos.

"Eloísa, no sabes cuánto te he extrañado", Peter habló con honestidad mientras Eloísa podía ver la sinceridad en sus ojos. "No importa cuánto intente ser feliz y estar bien, todo se siente inútil, porque solo tú eres la mujer que puede hacerme sentir lo que es la felicidad, la comodidad y el amor. Estoy cansado de fingir estar bien cuando mi corazón y mi mente no están bien".

Mientras Peter hablaba, Eloísa fingía no escuchar porque, en lo más profundo de su corazón, se sentía triste.

Debería odiar a Peter por lo que le había pasado. Odiarlo porque no quería escuchar la explicación de Eloísa y porque él podía sonreír con felicidad y decir que estaba bien con otra mujer a su lado. Era doloroso para ella, cuando Peter alardeaba de su hija frente a ella mientras Eloísa tenía que esconder la presencia de Eloísa. Pero, por más fuerte que ella intentara evitarlo, más profundamente se enamoraba de su exmarido.

Eloísa miró con amor el rostro de su hija, quien no se vio afectada en absoluto por su presencia ni por la discusión entre ellos. Desea desesperadamente olvidar el pasado, todo su dolor y darle a Hope la verdadera felicidad, pero Eloísa se terminó dando cuenta de que no podía hacerlo.

No puede herir el corazón de otra mujer solo basándose en la palabra amor y consuelo porque Eloísa también es una mujer y Hope también. Eloísa no quiere que Hope sienta lo mismo por su egoísmo.

"Eloísa, ¿Me estás escuchando?", preguntó Peter.

"Sí, lo hago".

Eloísa estaba tan malhumorada con Peter, esperando que se hartara y los dejara en paz.

"¿Para qué has venido al hospital?", preguntó Eloísa, quien no sabía como librarse de Peter.

"A visitar a Emily, la hija de Luna y Eloísa", respondió Peter con naturalidad.

"Entonces, ¿Por qué sigues aquí?"

"¿Está mal que quiera estar con mi hija?", preguntó Peter con cara hosca, aunque Eloísa no le dedicó ni una segunda mirada.

"¿Quién fue la persona que dio a luz a Hope?"

"Sí, me doy cuenta de que no la parí, pero la hice, te obligué, si no te hubiera obligado aquel día, ¿Habría existido Hope?", dijo Peter con orgullo, como si hubiera hecho una gran contribución.

Eloísa inspiró profundamente por la nariz y luego la soltó por la boca, le parecía inútil discutir con Peter.

¡Toc! ¡Toc!

La puerta de la habitación de cuidados de Hope fue abierta por dos enfermeras.

"Permiso, señorita, tenemos que trasladar a la paciente", dijo una de ellas.

"¿A dónde la van a trasladar?", preguntó Eloísa.

"La señora Luna pidió que este paciente esté en la misma habitación que su hija y ya ella se encargó de todo", explicó con claridad.

"Luna", murmuró Eloísa.

"¿Señorita, podemos trasladarla?", preguntó nuevamente la enfermera.

"Sí, por favor", dijo Hope mientras su hija era trasladada a la misma habitación que Emily.

.......

¡Continuará!

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