Capítulo 17

Peter no podía moverse, estaba por completo paralizado ante la presencia de Eloísa. Aunque habían pasado tantos años separados, él siempre deseó poder verla de nuevo. En ese momento, la mujer que era dueña de su corazón, estaba tan cerca de su rostro que le parecía increíble.

Eloísa se había vuelto más encantadora, con su cabello rubio miel con bucles en las puntas, un maquillaje ligero, pero su rostro, mixto debido a sus padres, seguía estando al natural. Aquella imagen le daba una apariencia desinteresada, que bien atraía a todos lo que la veían. Así mismo, el cuerpo de su exesposa, que antes era delgado, ahora estaba más relleno pero igual de hermoso.

"¿Trabajas aquí?", preguntó Luna, haciendo que Eloísa ignorara a Peter.

"No", respondió Eloísa un poco nerviosa.

Esperaba que Luna no preguntara más, porque su corazón no estaba listo para explicar todo, y mucho menos mentir de nuevo, Eloísa no quería hacer eso de nuevo.

"Me dijeron que tu hijo está enfermo, ¿Es verdad?", Eloísa intentó cambiar de tema.

"Sí, como de costumbre, los niños son los más vulnerables a enfermarse, especialmente con el clima inestable. Ya que ayer jugaron bajo la lluvia, de ahí la situación", explicó Luna.

Eloísa asentía mientras escuchaba a su amiga.

"Eso es lo que sucede cuando los niños tienen algo en mente, es difícil hacer que cambien de opinión".

"Así es, amiga; sin embargo, ¿Qué haces aquí?".

Por más que Eloísa intentara evadir, sabía que el momento de la verdad llegaría.

"¿Quién está enfermo?", preguntó Luna de nuevo, al ver que su amiga seguía en silencio.

"Eloísa, ¿Quién está enfermo?", el silencio de su amiga hizo que Luna se sintiera más curiosa.

"¡Eloísa!", Luna agitó su mano frente a su rostro.

Al ver que su exesposa no respondía la pregunta de Luna, Peter se animó y se acercó un poco más para poder ver la silueta de Hope dormida, aprovechando que Eloísa no había cerrado por completo la puerta de la habitación.

"¿Qué estás viendo?", preguntó Eloísa mientras jalaba el brazo de Peter de manera espontánea una vez que se dio cuenta de que este estaba viendo a su pequeña.

"A tu hija", respondió Peter mientras miraba directo a Eloísa.

"¿Tuviste una hija, Eloísa?", preguntó Luna, sorprendida por lo que acababa de escuchar.

Al ver como Eloísa desviaba su mirada y no decía nada, supo enseguida la respuesta. La paciencia de Luna terminó por agotarse y, con valentía, decidió tomar la iniciativa de entrar en la habitación de cuidados de Hope, incluso sin importarle la protesta de su amiga para no ingresa.

Cuando llegó al lado de la cama de Hope, Luna se quedó con la boca abierta y cubrió su boca con ambas manos. Luego se volteó para mirar a Eloísa y después a Peter, y finalmente, volvió a mirar a Hope y acortar un poco más la distancia entre ellas. Una de las manos de Luna se había elevado para acariciar aquel rostro pequeño.

"¿Por esto huiste, Eloísa? ¿Por qué estabas esperando un bebé?", Luna terminó por adivinar de un intento.

A lo mejor otras personas no lo notarían; sin embargo, Luna, una vez que la vio, ya sabía quién era el padre de Hope, su cara era un ochenta y dos por ciento de Peter, mientras que solo un pequeño porcentaje era de Eloísa.

"Sí, respondió nerviosa.

"¿Es hija de ustedes?", Luna adivina de nuevo.

"¡No!"

Peter, quien estaba feliz en un primer momento, volvió a mirar a su exesposa. Eloísa también lo miró a los ojos, para luego responder contundente.

"¡Ella es mi hija!".

Con aquellas palabras, se acercó a su amiga para poder susurrarle una oración simple.

"Si quieres preguntar o pedir explicaciones, por ahora no puedo decir nada. Debido a la recuperación de Hope, que es lo que más me importa en este momento y nada más".

Le dijo a Luna, ignorando por completo a Peter. Sin que se dieran cuenta, Eloísa estaba tratando de contenerse para no ser emocional frente a su amiga y exesposo.

"¡Lo entiendo! Es que estoy triste porque me lo ocultaras, ¿Cómo se llama tu hija?", Luna continuó hablando y preguntando, pero su mirada no se apartó ni por un momento del rostro de la pequeña.

"Hope", contestó Peter.

De inmediato las dos mujeres lo miraron dubitativas, no entendían como el había conocido el nombre de la pequeña enferma en la cama.

"Sé su nombre por David, ayer me los encontré por casualidad en nuestro restaurante habitual", explicó Peter, como si supiera lo que querían interrogar. "David dijo que él es tu hija adoptiva", dijo Peter de nuevo, enfatizando la palabra "adoptiva".

"¡No me miren así sino que saben nada! ¡Vamos afuera que Hope está descansando!", exclamó Eloísa. La mujer se dirigió hacia la puerta y abrió de par en par.

"Salgan, por favor", pidió cansada.

Luna salió de la habitación de Hope, entendiendo la situación.

"Llámame cuando estés lista para hablar", dijo Luna antes de irse por completo.

Mientras tanto, Peter hizo caso omiso a la petición de Eloísa y en su lugar tomó una silla y se sentó justo al lado de su hija después de besar la frente de Hope sin pedir permiso a su madre.

"¿No escuchaste lo que dije?", preguntó Eloísa, quien se volvió experta en controlar su paciencia desde que tuvo a su hija.

"¿Está mal que como padre no pueda acompañar a mi hija?", se rio Peter con arrogancia.

"¡Ella no es tu hija!", respondió fríamente Eloísa, con los brazos cruzados sobre su pecho. "¿No te da vergüenza reconocer el hijo de otra persona como tu hijo?", continuó diciendo.

"De hecho, estaría avergonzado y arrepentido por el resto de mi vida si no pudiera reconocer a mi hijo", dijo Peter. "Una buena madre no oculta nada a su propio hijo bajo ninguna circunstancia".

"¡¿Qué sabes tú?!".

Eloísa pensaba que podía controlarse bien a sí misma, pero al estar frente a ese hombre terminó por perder la paciencia.

"No mucho, pero una cosa que sé con certeza es que ella es mi hija, mi corazón me lo dijo desde el primer momento en que la vi, ¡Pero me quedé callado! No porque no me importara, sino porque no quería decepcionarte haciendo pruebas de ADN y lo que sea, no quiero que algún día mi hija y tú piensen que alguna vez dudé de ustedes dos. Sé quién soy y soy consciente de ello, soy un hombre despreciable y sinvergüenza, pero también tengo corazón y sentimientos, Eloísa Smith. Por más que intentes ocultarla, mi corazón siempre la reconoce", Peter sonrió burlonamente. "Tu actitud me hace preguntarme si realmente me amaste".

"¡Claro que te amé! ¿Estás satisfecho? Bien pudiste reconocer a tu hija, pero no pudiste ver la sinceridad de la mujer que amas, ¡Típico mentiroso! ¿Preguntas por mi amor? ¿Olvidas que alguna vez fui una buena mujer? Te entendía, sabía cómo eras en tus peores momentos sin quejarme jamás. Pero lamentablemente, olvidaste que solo soy una mujer común y corriente, que puede sentir dolor, decepción y cansancio en esas situaciones". Dijo Eloísa con un sentimiento de desahogo, casi olvidando dónde se encontraba en ese momento.

¡Continuará!

¡Disfruten la lectura!

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***