Capítulo 14

"¿Dónde estamos, tío?", preguntó recién despierta su sobrina."¿Dónde está mamá?" Hope volvió a preguntar esta vez preocupada al ver la ausencia de su madre.

Ambos se encontraban en el coche de camino a la casa de la familia Smith, después de que el avión en el que viajaban aterrizara con éxito hacía media hora.

"¡Tranquila! Cuando el trabajo de mamá haya terminado, ella te alcanzará, ¿Vale?", dijo David mientras acariciaba la cabeza de Hope.

Su sobrina, quien estaba a punto de llorar, sonrió y giró su cabeza para ver la cara de David.

"¡Hope tiene hambre, tío!".

David estaba tan feliz, que había olvidado alimentar a su sobrina.

"¡Mamá siempre alimenta a Hope!".

"¡Lo lamento, corazón! ¡Hope tiene hambre y el tío no la ha alimentado! ¿Qué quieres comer?".

Hope sacudió su cabeza sin saber que comer en realidad, las elecciones siempre eran sencillas para ella debido a que todo lo que su madre le daba era delicioso. Se podía decir que su sobrina era una niña todoterreno para la comida.

"¡Lo que el tío quiera!".

Conociendo la respuesta de su sobrina, David le pidió al conductor los llevara a su restaurante habitual.

No tomó mucho tiempo para llegar al restaurante que en el pasado solía visitar con su hermana.

"¡Vamos, cariño!".

Su tío le tomó la mano, para luego abrir la puerta del restaurante y entrar con ella a su lado.

"¡Buenos días!" , dijo David.

Sin esperar dos veces, David ingresó y se sentó en una mesa junto a su sobrina, escogiendo un lugar cerca de la mesa.

Sin darse cuenta el tío de Hope, que en realidad había escogido una mesa que estaba cerca de donde se encontraba Peter, junto con su esposa Lía y su hija Eloísa.

"¡Como de costumbre, por favor! Pero que no esté muy picante". Dijo David al mesero que se acercó a su mesa.

"¡David! ¡Tiempo sin vernos!", dijo Peter al escuchar la David, mientras se acercaba a su mesa.

"¡Lo mismo digo! ¿Estás solo?" Ambos se dieron la mano y después, Peter señaló hacia Lía y Eloísa.

"Hace rato que estoy acá", dijo Peter. "¡Únete con nosotros! ¡Hablemos un rato!" Ofreció su excuñado.

Su relación con Eloísa quizás hubiera acabado, pero la amistad entre las familias debía seguir intacta, ¿O no?

"No hace falta, ¡Estamos bien acá! No queremos ser una molestia", rechazó David.

"¡Claro que no lo serán! Me alegraría mucho si pudiéramos sentarnos juntos otra vez. Vamos, David, ¿Cuándo volveremos a reunirnos así?", Peter siguió insistiendo hasta que David finalmente se unió a ellos.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que su excuñado no estaba solo, quedándose altamente sorprendido al ver el rostro de Hope. Parecían iguales, especialmente sus ojos.

"¿Quién es esta dulce niña, David?", preguntó Peter un poco nervioso, sin creer lo que veía.

"¡Ah, ella es Hope! ¡La hija adoptiva de Eloísa!", David posicionó a Hope entre ellos dos. "Ven, déjame presentarla. Cariño, él es el tío Peter. Es un amigo de tu madre."

"¡Hola, tío!", Hope besó la parte trasera de la mano de Peter.

De repente, Peter sintió un desgarro en su pecho al escuchar a la niña llamándolo tío, tal como había pedido David.

"Bueno, ¡Vamos a comer! La comida ya llegó", dijo mientras se sentaban en la misma mesa que la familia de Peter.

Mientras comían, el hombre no podía dejar de ver como David alimentaba a la hija de su exesposa.

"¡Tío, Hope se quiere ir!", dijo Hope bastante incómoda debido a la mirada constante de Peter.

"¡Peter, estás asustando a mi sobrina!", reprendió David, lo que obligó al hombre a apartar la vista de Hope. "Sé que ustedes se parecen, pero te aseguro que ella no es tu hija. Hope apenas tiene cuatro años, en cambio, tú y Eloísa se separaron hacía más tiempo" Agregó.

Peter tragó en seco ante las palabras de su excuñado, nadie, ni siquiera Luna y Alex, sabían que él antes de separarse había obligado a Eloísa a tener un encuentro íntimo con él. Eso último era un secreto que solo Eloísa y él sabían; sin embargo, si hacía los cálculos, era muy probable que la pequeña fuera su hija.

"¿En qué estás pensando?", preguntó Lía.

"No en nada, continúa comiendo. No hagas tantas preguntas", respondió Peter alzando la voz, sin darse cuenta de que Hope y David aun estaban con ellos. "¡Lo siento!"

"¡No importa! Igual ya nos vamos", se despidió David, consciente de que la relación de la pareja no iba bien.

Desde hacía un rato, Lía había estado callada y, cuando finalmente habló, fue reprendida por Peter. Y lo mismo sucedió con su hija. Realmente era una familia extraña.

"¡Deja que los lleve!", ofreció Peter, pero David lo rechazó de inmediato.

"¡Ya tenemos un conductor esperándonos!", dijo David mientras cargaba de nuevo a Hope antes de irse.

Peter se quedó sin palabras, mirando la espalda de David y el rostro de Hope que desaparecía lentamente de su vista. Había un sentimiento de tristeza en su corazón, pero no sabía la razón.

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Eloísa, quien estaba acostumbrada a tener a Hope a su lado siempre, no podía dormir incluso cuando el reloj marcaba las tres de la mañana. Por la mañana, tenía que ir al hospital para encontrarse con un colega doctor y cubrir las necesidades de algunos pacientes.

Sin poder conciliar el sueño, tuvo que levantarse para dirigirse al balcón y distraerse con el cielo nocturno.

"¿Podré volver a encontrarme contigo?", preguntó en voz baja, sin saber a quién se refería en realidad.

Cerró los ojos y permitió que el viento de la noche acariciara su rostro suave, pero claramente preocupado.

"No quiero ser una mala mujer y madre, si es que nos encontramos de nuevo, pero a duras penas estoy caminando sola en todo esto. Si en realidad no deseas conocer o aceptar a Hope en tu vida, no te obligaré a ello. Desde el principio, yo he sido la única responsable de que todo esto haya llegado a este extremo".

El tiempo seguía avanzando mientras ella permanecía en el mismo lugar, sintiendo una ansiedad abrumadora. Su vida pacífica había comenzado a desvanecerse lentamente desde la llegada de su hermano David. ¿A quién debe culpar? ¿A David o a su propia incapacidad de esconderse?

Eloísa finalmente decidió regresar a su habitación mientras el frío se hacía más intenso. Se sentó en la cama, abrió el cajón y sacó el álbum de fotos que contenía tantas imágenes de ella y de Hope desde Manhattan hasta Australia.

"¡Quizá sea hora de volver a casa, mi amor! ¡Espera por mamá!", dijo acariciando la foto de su hija.

Guardó el álbum y cogió su teléfono, que había estado sin usar durante mucho tiempo. Decidió enviar un mensaje a Luna.

Eloísa

¡Hola, Luna! Regresaré a casa pronto, ¿Puedes recogerme en el aeropuerto y llevar a tus hijos?

Luna

¿Quién me está escribiendo?

Eloísa

Soy yo, Eloísa.

Luna

¡Por Dios, Eloísa! ¡Pensé que nunca sabría nada de ti!

Eloísa

Solo dejé de responder tus mensajes, no seas tan inmadura. Lo siento, pero tenía mis razones para no haberlo hecho.