Capítulo 5

Habían transcurrido cinco meses en aquel lugar, donde Eloísa pasó días difíciles, que poco a poco fue superando. A pesar de las incontables lágrimas que había derramado, no había perdido su espíritu, sino que se había vuelto aun más fuerte.

Hacía un mes, Eloísa tuvo un sueño en el que su madre la visitaba. En el sueño, ella se encontraba sentada debajo de un árbol, absorta en sus pensamientos, hasta que una mano suave tocó su hombro. Al girar la cabeza, Eloísa se dio cuenta de la presencia de su madre, a quien anhelaba tanto.

"¡Mamá, Eloísa está cansada!", exclamó Eloísa, mientras se abrazaba a su madre. "Eloísa quiere quejarse, ¡Estoy cansada de llorar!, ¿Por qué el mundo es tan doloroso? Ayúdame a detener mis lágrimas y a olvidar este dolor, por favor, mamá", Eloísa parecía haber encontrado un lugar para desahogarse en su subconsciente.

Después de que Eloísa terminara de hablar, su madre abrió las palmas de sus manos para entregarle un huevo blanco y luminoso a su hija.

"Cuídalo bien y no te arrepientas de lo que ha pasado. No me decepciones más". Después de decir eso, la madre desapareció de la vista de Eloísa, dándole una última sonrisa antes de marcharse.

"Mamá".

Eloísa se despertó de su sueño, había una sensación de alivio en su corazón, tanto que podía sentir la sensación de humedad en sus mejillas, como si el sueño hubiera sido real. Mirando hacia su creciente barriga, Eloísa se frotó cariñosamente el vientre.

"¡Perdóname por haberme dejado llevar demasiado por mis sentimientos! Te quiero, crece bien ahí dentro, para que podamos vernos pronto. Tienes que sacarme de esta soledad".

Al decir eso, Eloísa jadeó de inmediato, debido a que había recibido una patada desde dentro. Como señalando la palabra sí, para ella.

Eloísa estaba tan contenta, sintiendo la patada de su bebé por primera vez. Desde entonces pasó más tiempo interactuando con el feto en su vientre para olvidarse de Peter y de su estado actual. Aunque a veces volvía a deprimirse, su hijo no se cansaba de recordarle a Eloísa su presencia, al seguir moviéndose dentro del estómago de su madre.

Estando casi ya en su octavo mes de embarazo, Eloísa decidió empezar a dar sus paseos matutinos. Aunque fuera invierno en Manhattan, pero aquello no le impedía que Eloísa hiciera sus actividades matutinas.

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Mientras tanto. Lejos de donde estaba Eloísa, Lía se preparaba para someterse a una cesárea porque se le había pasado la fecha de parto y había un pequeño problema con su embarazo.

La decisión tendría que ser tomada, sin importar qué, por la seguridad de la madre y su futuro bebe. Lía acompañada por la madre de Peter y sus respectivos padres, esperaba la llegada de su esposo. Sin embargo, Peter estaba fuera de la ciudad manejando su nuevo proyecto de millones de dólares.

"¡Tienes que ser fuerte, mi amor! ¡Mamá sabe que todo saldrá bien!", dijo la madre de Peter, tratando de animar a su nuera.

"¿Dónde está Peter, Mamá? ¿Todavía no ha llegado?", preguntó Lía impaciente.

Esperaba ansiosamente la llegada de su esposo, ya que este era su primer hijo.

"Peter está en camino ¡No te preocupes, cariño!", respondió la madre de Peter.

Prefería mentir antes de preocupar a Lía, podría empeorar el estado de saludo de su nieta y ella no quería eso.

"¿Es verdad, Mamá?", preguntó Lía con una sonrisa en su rostro al escuchar que su esposo iba camino a visitarla. Estaba muy contenta y emocionada por su llegada.

"Sí, cariño. Recuerda, no te preocupes demasiado. Sabes qué... tú tienes más suerte que yo, cuando estaba embarazada de Peter, tu esposo ya me estaba haciendo pasar problemas. Me daban mareos cada mañana, incluso cuando estaba en mi séptimo mes de embarazo", comenzó a explicar la madre de Peter, tratando de distraer a su nuera para que no se preocupara tanto por la llegada de su esposo.

El objetivo de la mujer mayor era distraer a Lía para que no siguiera preguntando por Peter. Mientras tanto, su hijo Peter, estaba en otro lugar sin pensar en la condición de su esposa.

Al ver los ojos brillantes de su nuera que parecían querer saber más, la mamá de Peter siguió contando su historia, ya que la operación se aproximaba en media hora.

Dos enfermeras llegaron para llevarse a Lía a la sala de operaciones, haciendo que la madre de Peter dejara de contar su historia. Lía, que empezaba a sentirse nerviosa, no preguntó por Peter.

Después de que Lía ingresó en la sala de operaciones, la madre de Peter salió corriendo para llamar a su hijo. Estaba muy molesta por la actitud de Peter al ignorar a su esposa.

"¿Hola, qué pa…", Peter fue duramente interrumpido por su madre.

"¡¿Si no eres capaz de tratar bien a la mujer que dará a luz a tu hija, entonces, qué clase de persona eres?! ¿Por qué te casaste con ella? ¿No temes que a tu hermana le pase lo mismo que a Lía?".

"Mamá ... "

"¡Cállate! ¡Tu madre aun no ha terminado de hablar!", la mujer de mediana edad volvió a interrumpir las palabras de su hijo cuando intentaba defenderse. "¿Dónde tienes tu corazón? ¿Qué pasaría si algo le sucede a Lía o a su hijo? ¿No lo has pensado?"

"¡Mamá, estoy trabajando! ¡No me estoy divirtiendo! ¿Acaso no hay doctores y enfermeras allí? ¿Por qué me estás haciendo las cosas más difíciles si he estado haciendo mi trabajo como buen esposo todo este tiempo? Pero solo por un pequeño problema, me regañas. ¡Esto no es justo para mí!", Peter se defendió desde el otro lado.

"¿Un pequeño problema dices? Se trata de la vida de tu esposa e hijo, ¡¿Por qué eres tan insensible?! Incluso un animal no es tan cruel como tú".

Sin nada más que poder hacer, teniendo que continuar con su trabajo, estaba por colgar la llamada, ya que no veía una solución viable para ellos dos. Sin embargo, una pregunta de su madre lo dejó pasmado.

"Si Eloísa estuviera en el lugar de Lía, ¿Actuarías de la misma manera?", se escuchó un suspiro pesado del otro lado de la línea. "Desafortunadamente, Eloísa nunca estará en el lugar de Lía, porque ella es infértil. ¡Recuérdalo, Peter!", Peter rio de manera incómoda, lo que hizo que su madre se preocupara.

"Si en este momento Eloísa estuviera en el lugar de Lía, no me movería de su lado ni un centímetro. Madre, usted sabe muy bien mis sentimientos por ella y eso no ha cambiado. Incluso si cientos de Lías sacrifican sus vidas para darme hijos, nada reemplazará a Eloísa en mi corazón. Así que nunca compares a Eloísa con ninguna otra mujer, porque Ella nunca será reemplazada. No me importa si puede darme hijos o no, mientras esté a mi lado, eso es más que suficiente." Después de eso, Peter terminó la llamada, lo que dejó a su madre anonadada al otro lado de la línea debido a sus palabras.

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¡Continuará!

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