CAPITULO 2

El corazón de Jez comenzó a latir con frenetismo a medida su pecho comenzaba a doler, sentía que había perdido la voz por completo, un nudo se instaló en su garganta impidiéndole la respiración, el habla, todo.

Sus manos comenzaron a sudar y a temblar junto con todo su cuerpo, lágrimas caían sin parar por sus mejillas coloradas y ya no escuchaba absolutamente nada, su padre la miraba con preocupación y lágrimas en sus ojos, Jezabel observaba todo en cámara lenta, soltó un grito de dolor, dolor de verdad, invadió la habitación, un grito el cual ella sintió que abandonaba su cuerpo y la hacía caer en un precipicio que no tenía fondo y nadie podía sacarla de ahí, sentía que cada segundo que transcurría se le iba la vida de las manos.

el dolor tan vivo que sentía en ese momento era realmente desgarrador. 

El doctor y la enfermera que le había llevado la comida minutos atrás entraron en la habitación corriendo, al ver a Jez en ese estado el doctor ordenó la jeringa con un relajante para dormirla, la enferma obedeció y la inyectaron haciendo que Jezabel se debilitara poco a poco sin dejar de llorar y cayó en un profundo sueño.

... 

en cuanto despertó sentía que todo lo que había oído o visto era parte de un sueño, el hospital, el accidente, la muerte de su hermano, todo debía haber sido nada más que una simple broma que le había jugado su cerebro, sin embargo, cuando despertó las paredes de aquella sala de hospital y el sonido de la máquina en la que estaba conectada, le decían lo contrario, y el dolor en su pecho le decía que algo no estaba bien, que su dolor era tan real como ella misma y estaba instalado en lo más profundo de su corazón, estrujandolo y quebrándolo en miles de fragmentos.

- Jez - susurro una voz femenina muy familiar. 

ésta giró sus ojos en la dirección de donde provenía aquella voz, quería girar todo su rostro y ver de quien se trataba, pero su cuerpo parecía no reaccionar.

observó aquellas pecas poco visibles y la melena rojiza.

- Odet..- dijo Jez aunque fue tan bajito el tono en que hablo, que era imposible que su amiga le escuchara. 

- no sabes cuanto te extrañé - dijo casi llorando - te extrañamos - corrigió

Jez sonrió forzadamente al saber de quién se trataba, los niños del orfanato.  

quería preguntar por todos, sobre todo por Rous, pero el dolor en su pecho no se lo permitió. 

cerro fuertemente los ojos para olvidar el malestar que se formaba en su pecho, un dolor tan inexplicable que ni siquiera ella sabía de que se trataba.

Muchas emociones fuertes en tan sólo un día.

Luego el dolor que sentía, se estaba transformando en otro sentimiento aun peor, miedo, pero no era común tener miedo de esa manera, como si no fuese ella la que lo sentía realmente,como si fuese un miedo ajeno.

- ¿estas bien? - le pregunto su amiga tomándole la mano, preocupada.

Jez asintió, y se armó de valor para preguntar. 

- ¿Y Rous? - dijo con voz ronca sin saber realmente lo que temía o la razón por la que preguntó sólo por ella.

Odet se tenso al instante y trago duro. 

- ella...está muy bien - sonrió 

Jezabel la miró dudosa.

La conocía tan bien, que sabía que le estaba ocultando algo. 

pero lo dejaría para después, en estos momentos no tenía fuerzas para enfrentar alguna otra noticia, sin importar que fuera buena o mala.

de pronto se quedó observando la nada, pensando en lo mucho que iba a extrañar a su hermano, sus bromas,su risa, sus consejos y por supuesto aquellos ojos azules que la miraban con amor, amor de verdad, extrañaría todo él. 

que rápido cambian las cosas, solo despertó y se enteró que una de las personas a las que ella amaba tanto y que era una parte indispensable para su vida, ya no estaba, se había ido dejándola sola en su dolor, y se sentía culpable, no de que muriera, se sentía culpable de no haberle dicho cada segundo que lo amaba, se sentía culpable de no visitarlo tan a menudo, se sentía culpable de haberlo abandonado a él tanto tiempo solo por la estúpida razón de querer estar sola, que rápido cambian las cosas, ahora que se sentía sola ya no quería estarlo más, lo quería de vuelta, lo quería a él. 

de un momento a otro todo se volvió negro, y sentía que caía en aquel pozo de nuevo,su dolor hizo que cayera en la inconsciencia nuevamente,  pero esta vez alguien la sujetó. 

...

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