ℂapitulo 5.

Mamá al escuchar lo que Álvaro dijo se alteró un poco.

—¿Cómo es eso? — pregunto mamá levantándose de la silla y mirando al oficial seriamente — ¿qué fue lo que le pasó a mi hija? — pregunto de nuevo.

—Mamá yo te explicaré lo que pasó — me levanté de la silla también — Comisario por favor saldremos yo y mi mamá para explicarle — declaré virándome hacia el comisario.

En ese momento mire fijamente a Álvaro y él me miró a mi.

—Siga hablando con el oficial López — miré al comisario ahora — él sabe muy bien lo que pasó, fue unos de los principales testigos — termine de decir.

Mamá y yo salimos de la oficina y nos sentamos en uno de los bancos que estaban cerca.

—¿Hija dime qué fue lo que te pasó? — dijo desesperada agarrándome de los hombros.

Le conté solo lo que pasó en la parte del ladrón y de cómo el oficial López se había echo pasar pon un ladrón, no le conté lo que le pasó después de eso porque no quería que armara un shows en la estación policial, cuando termine de contarle mamá me abrazó fuertemente, me besó en la mejilla y en la frente.

—¿Nina corazón estabas asustada? — me preguntó preocupada.

—Si mamá estaba muy asustada — le aseguré bajando la mirada.

—Tendré que agradecerle mucho al oficial López — dijo mamá.

—Mi mamá dijo eso — pensé seriamente — si ella supiera que al que ella quiere agradecerle también se tiró encima de mi a reclamar su premió — volví a pensar, imaginando ese momento nuevamente — uff.

—Bueno vayamos de nuevo a la oficina del Comisario para levantar la denuncia — dijo mamá.

Asentí, nos levantamos del banco y fuimos a la oficina. Le di un toque a la puerta de la oficina y me dejaron entrar, nos sentamos en las sillas y comenzamos la interrogación, unos minutos después, terminamos la interrogación y salimos de la oficina Álvaro también salió junto a nosotras.

—¿Oficial López puedo hablar con usted un momento? — pregunto mamá y esperó a que él asintiera — Nina, cariño ve a la cafetería que hay en frente de la estación, yo voy dentro de unos minutos — me dijo sonriendo.

—Vale, mamá allá te espero — le dije sonriendo.

Álvaro estaba detrás de mi mamá mirando lo que nosotras hablábamos.

—Adiós, oficial López — lo miré y me despedí de forma sarcástica.

—Nos vemos luego manzanita — mamá estaba allí, así que lo dijo de forma que le pudiera leer los labios, muy muy sexy.

Es extremadamente arrogante e irresistiblemente hermoso. Salí de allí y entre en la cafetería que mamá me dijo fui hacia una mesa que quedaba con vista a la calle, pedí mi bebida favorita, un batido de chocolate con galletas de fresa, tengo tanta hambre que lo pedí todo doble, espere a mamá durante un rato.

              PASARON 30 MINUTOS.

Mamá entro en la cafetería, le levanté la mano y la saludé para que me viera, vino hacía mi y se sentó en la silla a mi lado.

—¿Mamá porque te demoraste tanto? — le pregunté.

—Lo siento pequeña pero estuve hablando durante un rato con Álvaro — dijo sonriente.

—Mamá y ahora dices su nombre sin formalidad — me encogí de hombros y le tire una mirada confusa.

—Él me lo pidió — dijo sonriendo aún.

—¿Por qué estará tan feliz? — pregunto mi subconsciente.

—¿Qué hablaste con él si se puede saber? — pregunté y fruncí el ceño levemente.

—Lo invité a cenar a casa — anunció.

—¿Por qué debería de estar en mi casa una persona tan arrogante, tan asqueroso y tan repugnante? — pensé de mala gana.

—¿Mamá se puede saber porque lo invitaste a cenar a casa? — le pregunté incómoda.

—Hija lo hice para agradecerle por haberte salvado — me aseguró — y además me dijo que no, porque tenía planes — dijo decaída ahora.

—Por lo menos es alguien sensato y dijo que no — pensé.

Suspiré con alivio y mamá tiró una mirada muy confusa.

Tampoco podía hablar mal de él porque sospecharía.

—Vale, si tú lo creías necesario — dije como si no me importara — mamá porque no pagas la cuenta y nos vamos a casa estoy muy cansada — dije.

Ella asintió, pago la cuenta y fuimos a casa.

Al regresar ya era un poco tarde.

—Hija ve a tu cuarto bañate, yo te llamaré cuando vayamos a comer — me dijo en la entrada.

Subí a mi habitación y rápidamente me di una ducha, esa ducha me sirvió de mucho, me relaje bastante y me sentí más aliviada.

(Clin, Clin).

Mi teléfono está sonando. Cogí mi teléfono y me tiré encima de la cama, era un mensaje de Emma.

(Mensaje).

—Discúlpame por no contestarte antes, pero tenía cosas importantes que hacer, dime cómo estás — eso decía el mensaje de Emma.

—¿Y yo no soy importante?, me siento mal — le contesté.

—¿Estás enferma?, que te pasó primero me dices que estás feliz y ahora que estas triste — me llegó un mensaje al instante.

—Estaba feliz hoy por la mañana, pero después pasaron muchas cosas que por mensaje no puedo contar así que por favor llámame — le mandé otro mensaje.

Salí del chat de mensajes y de pronto recibo una llamada de Emma.

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