Capítulo 12. No sé cómo puedes resistirte

A la mañana siguiente cuándo Riddick se despertó, se encontró en una gran cama rodeado de hermosas jóvenes completamente desnudas, él sintió en el paraíso en ese momento y odio la idea de levantarse pero debía ir a buscar a Erik ya que sus recuerdos de la noche anterior eran un poco confusos, él se levantó con mucho cuidado para no despertarlas, se puso su ropa y salió de la habitación para ir a buscar a Erik.

Riddick lo encontró hecho un ovillo en una esquina durmiendo, él le tocó el hombro para despertarlo y le hizo una seña para que no hiciera ningún ruido y no despertara a las hermosas jóvenes que estaban en la otra habitación durmiendo.

_ ¿Erik estás bien? 

_ Sí perfectamente, ¿Y tú? 

_ Un poco cansado pero por lo demás estoy de maravilla, ¿Ellas no te han hecho nada a ti?

_ Yo no bebí el vino que nos ofrecieron como tú, así que me dejaron en paz.

_ No sabes de lo que te has perdido.

_ Riddick te recuerdo que no hemos vendido hasta aquí para eso.

_ Ya lo sé, pero me pareció grosero negarme a esas bellezas.

_ Oye ayúdame a pensar en que podríamos ofrecerle a la princesa dragón para que nos ayude. 

_ Hum... La verdad es que no se me ocurre nada, aunque ayer las chicas dijeron algo extraño. 

_ ¿El que?

_ Dijeron que en esta isla no hay hombres. 

_ Pero nosotros vimos a los hombre hoja. 

_ Nada nos asegura que fueran hombres, ya que estaban cubiertos de hojas. 

_ Tienes razón, quizá deberíamos salir de aquí y explorar un poco y ver si lo que nos han dicho es verdad. 

_ Si esa me parece una idea genial, ayer me quedé muy picado con esas extrañas piedras que usan para alumbrar la ciudad. 

Riddick se dirigió a la puerta y dijo.

_ ¿A qué esperas?

_ Y crees que está bien que nos vayamos sin decir nada. 

_ Ellas están durmiendo y por la noche que tuvimos ayer dudo que vayan a despertar pronto. 

_ Sí ya sé que habéis tenido una noche muy agitada, no me dejaron dormir en toda la noche. 

_ Podías haberte unido ellas hubieran estado más que feliz. 

_ No he venido hasta aquí a hacer eso Rid. 

_ Si ya lo sé, sin embargo hay que aprovechar cuando se presenta la ocasión, pero bueno dejemos de hablar hay que irnos antes de que se despierten o pueda que no nos dejen ir. 

Al salir de la casa varias mujeres que iban caminando por la calle se les quedaron viendo, como si fueran algo interesante de ver, Erik prestó atención a su alrededor y después de un rato se dio cuenta que en aquel lugar no se veía ningún hombre, mientras caminaban varias mujeres se acercaron a ellos para coquetear. 

Erik les ignoraba sin embargo Riddick se detenía todo el tiempo y Erik tenía que arrastrarlo con él y le dijo. 

_ ¡Rid céntrate!

_ Se me es difícil, no se como puedes rechazar a esas bellezas. 

_ Quizá porque pienso con mi cabeza y no con lo que hay entre mis piernas. 

_ Ya, pues en frente de la princesa no parecía que ese fuera el caso. 

_ Eso no es verdad. 

_ Erik te pusiste rojo y ni siquiera contestaste lo que te preguntó, ella incluso pensó que no podías hablar. 

_ Deja de decir tonterías Rid. 

_ Es muy guapa, entiendo porque te quedaste viéndola como un tonto cuando se te acercó. 

Cuándo iban a llegar a la casa de la princesa ellos la vieron salir con un grupo de jóvenes detrás de ella. 

Ese día ella iba vestida con finas gasas de color blanco que parecían casi transparentes ante la la luz del sol y llevaba una extraña criatura apostada en su hombro. 

Riddick se quedó mirando fijamente la criatura y dijo. 

_ ¿Que no es un dragón lo que lleva en su hombro?

Erik se fijó en lo que llevaba en su hombro y contestó. 

_ Eso parece. 

_ Eso es increíble, lo lleva como si fuera su mascota ahora entiendo porque le dicen la princesa dragón. 

Erik corrió para alcanzarla y la llamó.

_ Princesa. 

Aria se giró para verle y le dijo. 

_ ¿Qué quieres?

_ Por favor te lo suplico ayudé a mi reino. 

_ Ya te dije que no. 

_ Haré cualquier cosa que usted quiera pero por favor ayúdeme. 

La princesa le pasó el pequeño dragón a Lily, se acercó a él, le miró detenidamente y dijo. 

_ Hum... ¿Tienes más hermanos?

_ No, soy hijo único. 

_ Así que eres el único heredero al trono de Creta.

_ Así es. 

_ Vaya entonces quizá quiera algo. 

_ ¿Entonces, me ayudarás?

_ Sí y no. 

_¿Como? 

_ Tendrás que pasar unas cuantas pruebas y si las pasas veré si decido ayudarte o no. 

_ Haré lo que sea. 

La princesa pasó una mano acariciando el rostros de Erik y dijo.

_ Ha... Eres tan lindo espero que no te arrepientas de lo que has dicho después. 

Erik no pudo evitar sonrojarse y dijo.

_ Le aseguro que eso no pasará su majestad.

_ Bueno entonces empezaremos ahora, sígueme.

Aria camino adelante y Lily se acercó a ella y le preguntó.

_ ¿Qué crees que haces? 

_ Aligerar un poco nuestro trabajo y divertirme un rato, por supuesto.

_¿Creí que habías dicho que no ibas ayudarles?

_ No es que quiera ayudarle es solo que me preocupan los dragones que están atacando Creta. 

Lily suspiró y le dijo. 

_ Solo no te dejes embaucar por su cara bonita. 

_ No te preocupes no lo haré. 

Después de una larga caminata a través de la selva, Erik y Riddick estaban sudados y cansados ya que hacía mucho calor, sin embargo aquellas jóvenes parecían estar bien y no parecían ni un poquito cansadas. 

Ellos se detuvieron en un claro rocoso en la cima de una montaña y Aria les dijo. 

_ Hemos llegado,  aquí tendrás tu primera tarea. 

_ ¿Dime que tengo que hacer?

_ Es una tarea sencilla en realidad, solo deben hacer un recuento de todos esos pequeñitos, Aria les señalo lo que en un principio ellos habían creído que eran rocas, sin embargo al fijarse bien en lo que eran se dieron cuenta de que eran crías de dragones. 

_ ¿Que? 

_ No te alarmes ellos aun son pequeños así que no los lastimaran. 

_ ¿Está segura de eso su majestad?

_ Por supuesto, ellos son peligrosos cuando están un poco más grandes, pero ahora ni siquiera pueden volar por eso se quedan en tierra mientras sus madres van a cazar. 

_ Una pregunta, ¿Qué comen?

_ Estos de aquí, carne. 

_ ¿Comen humanos?

_ Claro que no, estos comen ovejas y cabras, solo los más grandes comen humanos de vez en cuando. 

Erik se alarmó y dijo. _ ¿Y si sus madres vienen mientras los cuento?

_ No te preocupes me quedaré cerca así que si te atacan grita y vendré enseguida. 

Aria se fue y dejó a Riddick y a Erik solos con todas aquellas crías de dragón.

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