Deseo

El resto del dia Catalina estuvo acompañada por Demian quien buscaba algún pretexto para ver a Esther, el que ella no le mirara lo inquietaba, ninguna mujer se habia atrevido a ignorar su presencia.

Por la noche la cena fue igual que el almuezo, Esther se limitó a comer y se sentó lejos de Demian, a catalina le divertia ver a su nieto buscando los ojos de Esther y el nerviosismo de Esther ante la presencia de Demian, que mas quisiera ella que ese par terminara juntos pero sabia que Demian no haria a un lado su vida resuelta por aventurarse a un romance, Damián tenia muchas complicaciones con la empresa de la familia, por algo le habia dado largas a su matrimonio con Roxanne.

- Bueno cariño, nosotras nos vamos, mañana será un dia largo para nosotras

- Descansa Catalina, buenas noches señorita

- Buenas noches señor Demián

La dulce voz de Esther hizo volar la cabeza de Demien, él no pudo con tanto asi que de giró para irse, debia controlarse, aunque lo cierto era que esa mujer lo exitaba demasiado. Su inocencia, su manera callada, el rubor en sus mejillas y sus ojitos que se negaban a verlo lo tenian fascinado.

- Te gusta mi nieto, Esther?

Catalina fue directa, Esther sentia su cara arder en verguenza

- Es apuesto

- Pero te gusta - Esther sabia que catalina era terca y no se quedaria conforme con simples palabras comunes

- Si, es guapo pero no es mi tipo

- Como asi? - Catalina frunció en ceño

- Con todo respeto Doña catalina, su nieto no es mi tipo, es muy arrogante, carece de humildad, se ve que es mandon, es muy engreído, amargado...

Catalina soltó una carcajada nadie que ella conociera se habia atrevido a hablar tan mal de su nieto - Debo reconocer que tienes la boca llena de razón querida pero en el fondo, mi chico es un amor, aunque por fuera sea rudo por dentro es un dulce.

Esther sonrio, ella no estaba para desenvolver ese dulce, no queria probar las hieles del amor otra vez.

Esther ayudó a Catalina a darse una ducha, la ayudó a vestirse y después la arropó, como cada noche ella leia poesia o cualquier otra historia de amor a Catalina, hasta que la anciana se quedaba dormida, después Esther se paseaba por el jardín contemplado la bella noche, algunas veces se tumbaba en el pasto y lloraba en silencio, en otras noches se sumergia en la alberca y flotaba despojandose de sus mas tristes recuerdos, esa noche no fue la excepción, Esther salió a la terraza y se quedó mirando al cielo por horas, sus lagrimas corrian por sus hermosas mejillas esta noche alguien la observaba perdido en aquella figura que tanto lo inquietaba, vio como Esther limpió sus lagrimas y entro a la habitación

Sin poder controlarse mas, Demien salió de su habitación y se dirigió a la casa de su abuela, cuando llegó estaba todo a oscuras, caminó a traves de la pequeña casa y abrio sin ningún problema la puerta de la recamara principal, sus ojos brillaban llenos de lujuria al ver el cuerpo sexi de Esther a un lado de su abuela.

Esther llevaba una batita de algodón color rosa con nubes animadas, no tenia mucho tiempo de haberse quedado dormida por lo tanto no tenia nada mas que ese vestidito cubriendola, la batita le llegaba a sus hermosos muslos, dejando a la imaginación sus enormes gluteos, Esther estaba acostada en forma de feto, pero para Damián eso fue tan exitante, recorrio sus piernas pero sin tocarla, paso saliva y con cuidado tocó el brazo de Esther para despertarla

- mmmh - Esther abrió sus ojos desorientada, él coloco su dedo en sus labios - Shh ven conmigo

Esther estaba confundida pero lo siguió, sonmolienta llegó al pasillo, Demien se giró con brusquedad y antes que Esther pudiera reaccionar Demian ya tenia sus labios sobre los labios de Esther.

El beso fue exigente, lleno de deseo y pasión, al principio Esther se dejó llevar, soltando uno que otro gemido y abrazando a Demien con ambas piernas, todo parecia irreal, cuando Esther sintió la erección de Demien en su zona intima por encima de su ropa interior supo que estaba cometiendo un error

- Nonono, espere.. por favor

Demian la miró confundido y al igual que Esther volvió a sus cinco sentidos - Lo siento..

Que demonios??! pensó Demian para si mismo, él jamás se diculpaba, es más a él jamás lo haia rechazado, en fraccion de segundos Esther ya habia uido, Damián sonrió aunque la deseaba iba a tratar de mantenerse alejado de ella.. o eso creía

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