Capítulo 16: ¡Vulnerable!

Pov Gabriel.

*Estaba llegando a**l* pent-house junto a Gustavo, cuando recibimos al mismo tiempo una notificación en nuestros celulares. Era un correo de Val, nos envió el video del ultrasonido que se había realizado hoy.

Apenas terminamos de verlo le hicimos una video llamada, al primer tono respondió.

-Princesa al menos déjalo sonar un par de veces-bromee.

- ¿Ya lo vieron? ¿Escucharon sus latidos? Cierto que el sonido de su corazón es mágico y hermoso- Chillo emocionada, su rostro brillaba de felicidad. Amaba verla sonreír, esa era la Valery que no veía desde que empezó la relación con Damián.

-Si princesa, te prometo que estaré en la próxima ecografía, escucharlo en vivo y en directo debe ser mil veces mejor- le dice Gus.

-Claro que sí, no te imaginas lo que sentimos Axel y yo en ese momento. –

- ¿Axel? Ya no es loco, psicópata o debilucho, ajam esto es sospechoso- Entrecierro los ojos y ella se sonroja, le doy una mirada a Gus para que la interrogue.

-Conozco esa cara princesa ¿Te gusta Axel? –

- ¿Qué? Claro que no. No inventen cosas que no son- su risa nerviosa la delata.

-Val se te olvida que nos conocemos desde que usamos pañales, podemos decir que estas mintiendo- le digo.

-Además siempre juegas con tu cabello cuando estas mintiendo, justo como lo estas haciendo ahora- agrega Gus, ella suelta un bufido y pone el mechón con el que estaba jugando detrás de su oreja.

-Esta bien, ustedes ganas les contare. Axel y yo nos besamos, desde ese día no dejo de pensar en él y en ese beso. – suelta un suspiro y sé que pasa algo más.

- Hay un pero ¿Cierto? – Gustavo se me adelanta y le hace la pregunta.

-A veces odio que me conozcan tan bien, le temo a que sea solo yo la que sienta algo por él, y también tengo miedo de que, si los sentimientos sean mutuos, las cosas no funcionen y él me pueda lastimar. Me gusta, pero me asusta fallar otra vez en el amor- muerde su labio inferior, tiene esa manía desde que es una niña, hay cosas que no cambian no importa cuanto tiempo pase.

-Princesa, no podemos saber lo que pasara en el futuro, pero si no nos arriesgamos jamás sabremos si las cosas funcionaran, sé que te han lastimado antes, sin embargo, no todos los hombres son iguales. Habla con él dile lo que sientes y si no es correspondido al menos la duda del que hubiera pasado si le digo, no te atormentara el resto de tu vida- le aconsejo.

-Además quien quita que seas correspondida y tengas la mejor historia de amor de este jodido mundo. Y si Axel te rompe el corazón, aquí estamos tus hermanos para recoger los pedazos y reconstruirlo. También para romperle las piernas por lastimarte- le dice Gus y ella empieza reír.

- ¿Qué haría sin ustedes en mi vida? Gracias chicos los amo-

-No hay nada que agradecer Val, Sabes que somos los tres mosqueteros, todos para uno y uno para todos. - le digo.

-Querrás decir el trío problemático- corrige Gus y escuchamos el sonido de un trueno.

La sonrisa de Val se le borra de la cara y empieza a gritar.

-Val respira, ¿Dónde está Axel? - Pregunto, pero ella solo llora.

-Diablos, Gustavo márcale a Axel antes de que Val entre en crisis- Val desde niña sufre de pluviofobia (miedo a la lluvia) por una broma que le hicimos Gustavo y yo y termino en desastre. Pero tenia tiempo de no darle los ataques de pánico, llegamos a pensar que lo había superado.

-No responde-

-Joder sigue insistiendo, Val mírame- Un relámpago hizo que soltara el celular, ahora solo podía observar el techo y escuchar sus sollozos.

- ¿Qué diablos hace Axel que no contesta? -grita desesperado Gus.

Pov Axel

Voy llegando a casa cuando el cielo comienza a oscurecerse, grandes nubarrones se alzan en el cielo, indicando que se aproxima una fuerte tormenta. Los relámpagos y truenos no se hicieron esperar, mientras parqueo el auto mi celular comienza a sonar.

No alcanzo a responder la primera llamada, saco mi celular para ver quien llamo y este vuelve a sonar. El nombre en la pantalla me sorprendió, era la primera vez que alguno de los gemelos me llamaba.

-¿Hola? -

-Axel ¿Dónde estás? Necesito que vayas con Valery- sonaba realmente preocupado.

-Estoy llegando a casa ¿Qué sucede? –

-Val esta a punto de tener un ataque de pánico – sin cortar la llamada corro hacia la habitación.

-Cuando llegues abrázala, eso siempre funciona la hace sentir segura- Gustavo me sigue dando indicaciones, corto la llamada antes de girar la perilla, gracias al cielo no está con llave.

Al entrar veo una escena que me rompe el corazón, Val esta temblando y no deja de llorar, me acerco a ella.

-Val, mírame estoy aquí. Nada te va a pasar- me recuesto en la cama junto a ella y la abrazo, ella se acurruca en mi pecho, comienzo a pasar mis manos una y otra vez por su cabello hasta que logro que deje de sollozar.

Nos quedamos en esa posición sin decir nada, minutos después ella se durmió en mi pecho y aunque dije que me quedaría velando su sueño caí en loa brazos de morfeo.

Unas horas más tardes desperté, ya la tormenta había pasado. Mire mi reloj eran la 1 de la madrugada. Con mucho cuidado puse su cabeza en la almohada para no que se despertara. Deje un beso en su vientre y uno en su frente.

-Buenas noches- Susurré, di media vuelta para ir a mi habitación, pero Valery sostuvo mi mano, me gire para verla.

-Lo siento, no quise despertarte- ella negó la cabeza.

- ¿Te sientes mejor? - pregunte.

-Si, Axel ¿Te puedo pedir algo? – *Las luces estaban apagadas, pero la luna me permitió ver que su rostro estaba sonroja**do*.

-Lo que quieras bonita-

-No te vayas, pasa la noche conmigo por favor- jala mi brazo haciéndome caer sobre ella, mis labios rosan los suyos. Iniciamos con un beso tierno y dulce que cada vez va cobrando más fuerza, el ambiente se comienza a calentar, pero con la poca fuerza de voluntad que me queda me separo de sus labios.

-Val, por favor detente, estas vulnerable y no sabes lo que haces. No quiero que mañana te arrepientas de esto y pienses que me aproveche de ti – Ella pone un dedo en mis labios.

-Te aseguro que soy consciente de lo hago, me gusta mucho Axel y quiero estar contigo. – confiesa y esas palabras bastaron para que volviera a unir mis labios con los de ella, en un beso cargado de pasión y deseo.

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